Un gusano en la Gran Manzana: Canciones que Springsteen olvidó

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«Gracias a los bootlegs supimos que por cada diez canciones que Springsteen entregaba en sus discos acumulaba otras sesenta»

 

En esta entrega de su «Gusano en la Gran Manzana», Julio Valdeón Blanco repasa, al hilo del anuncio del nuevo disco de Bruce Springsteen, algunas de las muchas canciones inéditas que el de Nueva Jersey acumula. Con audio, por supuesto.

 

 

Una sección de JULIO VALDEÓN BLANCO.

 

 

Ah, los viejos tiempos. Intercambiabas inéditas de Springsteen por correo igual que un mohicano. Cada pirata costaba el equivalente a una capa de armiño. No, no los añoro. La información llegaba hasta nosotros jadeando. Sucia de rumores. Entrecortada. Un tam tam lejano que el viento envió cruzando bosques, mezclado con leyendas y «bullshit» químicamente puro. Claro que entonces, ay, Bruce alquilaba estudios. Y claro, con tanto técnico, productor, amigo, colaborador, pipa y novia por entre las partituras y los bocadillos, algunas canciones se filtraban. Hoy el muy maldito graba en casa. Un estudio personal y blindado. Tampoco están ya los sospechosos números uno de aquellas grietas. Músicos cercanos, cuentan, y colaboradores indispensables. Ellos, sus pequeñas traiciones, permitieron que nos asomáramos entre el rubor y la veneración a las sesiones de «Darkness»,»The river»,»Born in the U.S.A.», etc.

Gracias a los bootlegs supimos que por cada diez canciones que el rockero entregaba en sus discos acumulaba otras sesenta. En 1999 tuvimos «Tracks», la anhelada caja de descartes. Fantástica pero liviana, siquiera para los yonquis que fuimos (y somos). En los cajones dormían maravillas. Olvidadas, con frecuencia, por cuestiones ajenas a su calidad. A veces no encajaban en la temática del disco. O brotaban demasiado confesionales. Sabemos que durante la elaboración de «Tracks» Springsteen y su gente examinaron más de trescientas canciones. Por cuestiones de viabilidad comercial el proyecto pasó de tener ocho discos a seis y luego a cuatro. Sesenta y seis temas dentro. Unos doscientos treinta y cuatro fuera. Si contamos lo acumulado desde entonces, hace ya quince años, y aunque restemos las veintidós «outtakes» que en 2010 publicó en «The promise», no parece quimérico pensar que haya material suficiente para, al menos, dos «Tracks» adicionales.

Ahora que anunia ‘High hopes’, y al hilo de la posibilidad, ya descartada, de que se tratara de un adelanto de «Tracks II», rendimos homenaje a algunas, muy pocas por falta de espacio, de las olvidadas. De las que justificarían la carrera de cualquiera y lograrían que vendieras tu alma a cambio de haberlas escrito. Las damos sin información. Sin fechas ni datos. Por rememorar los días en que suplíamos con fantasía y esfuerzo la anemia informativa. Hoy basta con recordar que el mapa del tesoro es incluso más rico de lo que imaginabas.

Ah, el sonido va de lo cristalino a lo terrible, y a veces los temas están inacabados, pero oye, cosas de los bootlegs. Si no estás acostumbrado, me refiero a los ejemplos más rudos, trata de imaginarlos en su toma original, convenientemente mezclados y remasterizados. Y siento haber rechazado joyitas tipo ‘Train song’, baladones del calibre de ‘And the band played’, bestiales descargas como ‘Crazy rocker’, el reggae acústico de ‘You gotta fight (for what you want)’, la bella y sombría ‘Child’s bride’… Otro día. En otro Gusano. Quizá.

Anterior entrega de Un gusano en la Gran Manzana: Dylan o el retrato de una mente imparable.

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