Un fin de semana, de Peter Cameron

Autor:

LIBROS

«Con un destello de color es capaz de dibujar toda la escena»

 

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Peter Cameron
Un fin de semana
LIBROS DEL ASTEROIDE, 2018

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Peter Cameron es un excelente constructor de historias. No solo es que estas discurran con fluidez, sino que dejan en el ánimo, sin sentirlo, rastros de melancolía y un mundo simbólico construido desde la normalidad y no desde la retórica. En esta reedición de una obra publicada originalmente en 1994, enfoca exactamente lo que indica el título: una visita que el fin de semana realiza Lyle a casa de su cuñado John y la pareja de este, Marian. Es el aniversario de la muerte del hermano de John, Tony, que fue pareja de Lyle. Y como en Scott Fitzgerald, los personajes son arrastrados inevitablemente hacia el pasado, una zona de confort a la que no puede acceder Robert, la nueva pareja de Lyle.

También Cameron es un estupendo pintor de la naturaleza, la mínima, la sencilla. Con un destello de color es capaz de dibujar toda la escena. Aquí, en una finca rústica conviven un río (el espacio bucólico, el pasado) con el huerto en que trabaja desmesuradamente John y el muro que está construyendo. Sin sentido, porque no separa nada: solo es una forma de protegerse.

De la misma forma, sabe enlazar los diálogos. Un arte tan difícil, el de conseguir que las palabras de los personajes sean creíbles, parezcan tan naturales que el lector crea que necesariamente tuvieron que decir eso, lo alcanza con holgura. Y como es experto en captar detalles y darles luz, también se convierte en un sutil estudio de las relaciones entre personas; de cómo, sin darnos cuenta, nos vamos arañando; no arañazos profundos (desde luego), pero sí de esos tan continuos que la piel está continuamente lastimada. Incluso los secundarios, esa Laura Ponti, vecina, a la que invitan; su alocada hija, actriz de serie Z, e incluso la señora que, en el tren, abre y cierra la historia, están perfectamente integrados en el entramado de los protagonistas.

En el fondo, se trata de lo que señalábamos anteriormente: el pasado. John quiere rehacer su duelo; Marian, mantenerlo. Y en esta pugna la tensión emerge soterrada, pero firme; sorda, pero educada. Las personas que disfrutan de un mutuo cariño se enfrentan a la vida de forma diferente: el silencio, la pequeña herida. Y todo esto lo lleva adelante Cameron con un pulso perfecto y una finura impresionante en mostrar sin mostrar. El fin de semana acaba y las vidas continúan, incompletas, esperando llenarse algún día.

Anterior crítica de libros: Los asquerosos, de Santiago Lorenzo.

 

 

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