Steve Wynn: La corte de los milagros

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«Normalmente, un año de trabajo en mi faceta rock me deja hambriento de algo más íntimo y tranquilo, y viceversa»


El veterano músico norteamericano regresa a España con “Northern aggression”, un disco de sonido duro y eléctrico, grabado nuevamente con The Miracle 3, su banda actual. Eduardo Guillot lo entrevista.

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.

 

Es historia viva del rock americano. Pero, a diferencia de otros compañeros de profesión, nunca levanta la voz, aunque desde los años ochenta se hiciera un hueco entre los grandes al frente de los imprescindibles The Dream Syndicate. Después llegarían Gutterball (con miembros de The Long Ryders y The Silos), Danny & Dusty (con Dan Stuart, de Green on Red) o The Baseball Project (con Scott McCaughey y Peter Buck, de R.E.M.) y un puñado de trabajos en solitario que nunca han bajado del notable. Steve Wynn es un artesano discreto, que graba discos como una aplicada hormiga del rock. En la última década, varios de ellos contaron con el apoyo de The Miracle 3, banda en la que militan su compañera, Linda Pitmon (batería), y Jason Victor (guitarra, teclado) y Dave DeCastro (bajo), y con la que está de gira por España para presentar su última y muy recomendable grabación: “Northern aggression”.

Tu anterior disco fue «Crossing dragon bridge», un trabajo de corte melancólico, grabado en Eslovenia y firmado en solitario. ¿Necesitabas a The Miracle 3 para volver a hacer rock?
Cada disco es una reacción al anterior. Cada uno pasa por un proceso que incluye un periodo de composición, ensayos, arreglos, grabación, mezcla, masterización, espera, publicación y larga gira de conciertos, por lo que lo más normal es que acabes agotando las variaciones e interpretaciones del sonido que estás explorando en cada momento. Normalmente, un año de trabajo en mi faceta rock me deja hambriento de algo más íntimo y tranquilo, y viceversa. Y pensé que volver con The Miracle 3 era como regresar a casa. Me siento muy cómodo con ellos.

¿Cómo fue el reencuentro?
Fantástico. Últimamente hemos estado tocando con menos frecuencia, porque Dave y su esposa han tenido un hijo, y Jason vive parte del año en Croacia, mientras que Linda y yo hemos estado grabando y girando con The Baseball Project y Danny & Dusty. Durante ese tiempo, siempre hemos intentado hacer de vez en cuando un concierto aquí o allá, pero no habíamos vuelto juntos al estudio desde 2005. Me gusta mucho cómo trabajamos en las grabaciones. Todos tendemos a pensar como compositores y arreglistas, y disfrutamos mucho encontrando cosas curiosas y sonidos con los que enriquecer las canciones. Se crea un ambiente muy festivo.

También es la tercera vez que grabas en Richmond, Virginia. ¿Hay algún motivo especial?
Tengo una relación muy sólida con la ciudad desde los tiempos de Gutterball. Y eso tuvo que ver con la elección del estudio. Grabamos en Montrose Studios, el mismo sitio donde hicimos el debut de Gutterball y el segundo LP de Danny & Dusty. Es un lugar magnífico, con estupendos ingenieros de sonido. Además, el alojamiento está al lado, así que puedes acercarte por allí a cualquier hora del día. Es como un oasis alejado de la realidad y situado en el campo, y un sitio realmente inspirador para trabajar.

En el disco colabora Stephen McCarthy (The Long Ryders), que ya participó en el debut de The Dream Syndicate y con el que has compartido diversos proyectos. ¿Cuál ha sido su función?
Ha grabado algunas fantásticas guitarras lap steel y pedal steel en las canciones ‘St. Millwood’ y ‘On the mend’. Su presencia en el estudio siempre es positiva. Es un estupendo viejo amigo, y gente así siempre proporciona perspectiva e inspiración. La producción ha corrido de mi cuenta, con la inestimable ayuda en los arreglos de mis compañeros de grupo y la pericia como ingeniero de Adrian Olsen, así como la eficacia del mezclador Nicolas Vernhes. Un gran equipo.

El título y el sonido remiten a cierta idea de agresión o violencia. ¿Estás enfadado por algún motivo?
De hecho, me siento muy contento últimamente. Y lo lógico sería pensar que el paisaje rural y perezoso de Virginia debería dar como resultado música relajada y pacífica. Pero quería que la reunión con The Miracle 3 fuera muy explosiva, salvaje, como pasa siempre que tocamos juntos. También somos buenos en otros estilos, pero creo que las canciones y la dirección musical que tomamos nos conducían hacia sonidos más feroces y psicodélicos. Con esto, nunca se sabe.

¿Son todas las canciones del disco de producción reciente?
Pertenecen a diferentes periodos. Escribí ‘No one ever drowns’ en 1981, el año antes de poner en marcha The Dream Syndicate. Siempre me ha gustado, y me pareció que era el momento adecuado para sacarla a la luz. Hay otras, como ‘Resolution’ o ‘Consider the source’, de las que tenía piezas o partes sueltas hace algún tiempo y se han concretado ahora. La mayoría de las restantes son nuevas.

¿Cómo nació ‘The death of Donny B’? Es una de las canciones más enigmáticas del disco.
Es una versión, muy oscura. Si vas a Google y tecleas ‘Death of Donny B’ nos encontrarás tocándola en vivo en el estudio de grabación, pero también una vieja película de finales de los años sesenta titulada «A day in the death of Donny B» y dirigida por Carl Fick. En el filme, que dura catorce minutos y fue producido por la administración americana para prevenir sobre el uso de drogas, hay una canción, una especie de blues. No teníamos previsto grabarla durante las sesiones, pero una noche, bastante tarde, nos pusimos a tocarla de manera desenfadada, porque Jason y yo estábamos bastante obsesionados con ella en aquel momento. Nos encantó el resultado que conseguimos, así que tuvimos que incluirla en el disco.

También está ‘St. Milwood’, otro de los escasos remansos de paz del álbum. ¿Es «Northern aggression» un disco de extremos?
A veces, el choque entre extremos es la mejor manera de mantener los sentidos vivos y despiertos.

El año pasado estuviste interpretando con The Miracle 3 «Medicine show», el disco de The Dream Syndicate, en Nueva York y Los Ángeles. ¿Cómo fue la experiencia?
También lo hicimos en Atlanta y Boston. Fue realmente divertido. No había tocado algunas de las canciones desde hacía mucho tiempo, pero todavía sentía el álbum fresco y cercano. No me parecería descabellado hacer una gira europea con él en algún momento. Y, de hecho, vamos a tocar muchas de las canciones del disco en esta gira española.

¿Tuvieron alguna influencia esos conciertos en el modo de encarar la grabación de «Northern aggression»?
No necesariamente. En todo caso, siempre he pensado que todo lo que haces en el momento en que grabas, y no hablo sólo de cuestiones musicales, acaba formado parte del resultado final, de un modo u otro. Lo mejor es dejar que tu vida fluya a través de la música.

Una curiosidad final. ¿Conoces al otro Steve Wynn? Si se busca tu nombre en internet, la primera persona que aparece es un famoso empresario de Las Vegas.

Es muy extraño. El tipo posee un hotel gigante en la ciudad con su nombre en lo alto del edificio. Me pregunto si me haría descuento en el caso de que me alojara allí.

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