“Smart guys”, de John Mellencamp

Autor:

EL MIÉRCOLES, CANCIÓN

«Incide en la idea de la industrialización, de la migración de la población rural a las ciudades, de la pérdida de los valores esenciales y del cambio hacia una nueva forma de entender el mundo»

 

En Efe Eme, los miércoles suenan. Elegimos una canción de las publicadas durante los últimos siete días para convertirla en nuestra banda sonora de la semana. Hoy la elegida es “Smart guys”, de John Mellencamp. Por Sara Morales.

 

Texto: SARA MORALES

 

Mientras Enrique Bunbury continúa dando pistas de lo que será Flamingos XX, con el tema “El viento a favor” como nuevo adelanto; Sidecars nos presentan “Si me ves aparecer”, canción que han publicado para la película Reyes contra Santa; Andrés Suárez nos ofrece un aperitivo de su próximo disco con una composición llamada “Será”; Carly Simon adelanta su nuevo álbum en directo con “Like a river”; y los Ilegales traen al presente una versión de su mítico “¡Hola mamoncete!” en directo, John Mellencamp, que también ha contribuido a enriquecer la actualidad musical, lo ha hecho de un modo especial, con un regalo inédito, que merece atención.

Se trata de “Smart guys”, una canción que viene acompañada de vídeo y que habita, desde el pasado 4 de noviembre, en la reedición de Scarecrow, el disco que el estadounidense publicó en 1985.

Una pieza de folk rock rasgado y cinético que, en su día, quedó fuera del repertorio, pero que ahora, treinta y siete años después, ha encontrado su sitio en esta revisión que también incluye contenidos extra. Con ella, Mellencamp incide en la idea de la industrialización, de la migración de la población rural a las ciudades, de la pérdida de los valores esenciales y del cambio hacia una nueva forma de entender el mundo (el tecnológico), que levantan, como conceptos, el hilo conductor del álbum. Si en su momento plasmó la realidad de Indiana, su lugar de origen, con cada una de las canciones que atienden a estas problemáticas, ahora con “Smart guys”, el músico termina de redondear sus intenciones.

No debemos infravalorar la rutina del campo, el valor de la tierra, ni dejar que todo ello se haga pequeño ante el aroma a ejecutivo de los rascacielos de las grandes ciudades. El orgullo rural es lo que reclama, pero lo hace de un modo sagaz y tremendamente pegadizo: «Esos tipos inteligentes pueden hacer de este mundo un lugar mejor, si todos lo pensamos un poco más», canta.

Anterior entrega: “Downpour”, de Charlie Cunningham.

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