Sílvia Pérez Cruz y Javier Colina Trío: En la emoción

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«Grandes canciones y gran poesía atraídas por el jazz y una voz que más allá de su riqueza sabe transmitir, se deja llevar y nos lleva a la fértil imaginación»

Sílvia Pérez Cruz y Javier Colina Trío
15 de mayo de 2012
Teatro Fernando Fernán Gómez, Madrid.

 

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
Foto: SONIA URBINA.
 

 

Volvieron a Madrid Sílvia Pérez Cruz y Javier Colina Trío para reverdecer los merecidos laureles que les ha brindado «En la imaginación’, disco editado durante el pasado año. Coincide con el lanzamiento del primer disco en solitario de Sílvia pero independientemente de las actividades y novedades de ambos, su unión se intuye duradera o al menos es el deseo de quienes se han enganchado al altísimo voltaje sentimental que destilan las canciones interpretadas por ellos. Sones, boleros… En definitiva, grandes canciones y gran poesía atraídas por el jazz y una voz que más allá de su riqueza sabe transmitir, se deja llevar y nos lleva a la fértil imaginación.

«Con mucho gusto» es el ciclo que inauguraron Sílvia y Javier hace dos días y que cerrará el próximo 20 de mayo Alberto Cortez. Hoy le toca el turno a Jaime Urrutia con un espectáculo titulado «Al natural». Se desarrolla en el Teatro de Fernán Gómez de Madrid y forma parte de los eventos enmarcados por San Isidro. Por este motivo, la media entrada lograda por Pérez Cruz y el Colina Trío el día grande de estas celebraciones, el 15 de mayo, sabe a lleno por la alta competencia y también por el desarrollo a priori tenso que había en Madrid por el primer aniversario del 15M, cerca de allí.

En esas, un oasis, comienza «En la imaginación». Sólo música, Javier Colina Trío se presentó en primer lugar, suave y rítmico para generar las primeras buenas vibraciones. Siluetas magenta sobre fondo azul para jazz y swing elegantísimos que evocaban en mi cabeza la letra de aquel tema de Gabinete Caligari con ‘¡Caray!’. El buen humor y el didactismo de Javier Colina fueron una de las perlas de la noche: «Antes de hablar voy a decir unas palabras», dijo para presentar a Marc Miralta a la batería, Albert Sanz al piano y dar entrada a Sílvia. ‘Te vi llorar’ inició la profundidad y belleza de los textos que ambos escogieron para dar forma a su unión.

Durante todo el concierto el público quiso dar calor y poner el acento a cada cota que se iba alcanzando, los aplausos rompían cada vez que Javier hacía lo que quería con su contrabajo, Sílvia arrebataba con su interpretación, hay que destacar ese sentimiento flamenco que le daba al desenlace de algunos temas, o Marc y Albert sumaban su mejor talento a la noche. Esto fue una constante y en ningún momento estuvieron de más los aplausos, ni siquiera en mitad del desarrollo de las fases instrumentales.

Marta Valdés y Bola de Nieve nutren la alianza de Javier y Sílvia, y aportaron momentos inolvidables gracias a cómo se han acercado a ellos y cómo nos los han traído. Ellos estarían encantados de que subrayara esto, y a mi me parece que Bola de Nieve es un artista eterno y Marta tiene ese ‘feeling’ cubano esencial y atlántico, viajero y enriquecedor. Ahí citaron a Martirio, que les aconsejó viajar a Cuba e interpretar ‘En la imaginación’ ante su autora, dicho y hecho, La Habana volvió a ser una fiesta, según se podía desprender de las palabras de una agradecidísima Sílvia.

El ritmo africano llegó con ‘Belén’, nana que paraba de momento la sangría de sentimientos. Fantástica la percusión directa de las manos sobre caja y tambor de Marc Miralta, y la esencia de Yupanqui y, cómo no, de Bola de Nieve, que encerraba ‘Belén’ y que remitía al ‘Drume negrita’ de uno y otro.

‘Ella y yo’, ‘Mi mejor canción’, ‘Si te contara’, ‘Llora’, ‘Qué dirías de mi’… Todas y cada una de las músicas y letras del repertorio que se desgranó explican cuando tiene sentido cantar, cuando una letra merece nacer y ser querida, valorada. Quisieron terminar Sílvia y Javier con dulces, los traídos por ‘El panquelero’ y lograron endulzar el auditorio para que nos marcháramos con ese sentimental contraste de lo agridulce, pero tuvieron que salir nuevamente tras una ovación abierta, continua y de pie. Y personalmente, ahí llegó lo mejor: ‘La tarde’. La segunda voz de Javier apoyando la de Sílvia, y cada instrumento sonando a la vez parecían notas perfectas formando parte de un acorde mágico, y lean: «Las penas que me maltratan son tantas que se atropellan, y como de matarme tratan se agolpan unas a otras y por eso no me matan». Pero lo mejor es que lo vivan, sino en primera persona, viajando a la imaginación.

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