Sidonie: Una historia de amor pop

Autor:

sidonie-ok-18-10-16

“Nuestro disco es una cena íntima entre nosotros y el pop. No queremos convertir eso en una orgía. Es cosa nuestra”

 

Reconciliados con una etiqueta en la que no siempre se han visto reflejados, Sidonie le declaran su amor al pop en su nuevo trabajo, “El peor grupo del mundo”. Una relación que ha evolucionado en muchas direcciones en estos casi veinte años sobre los escenarios. Una entrevista de Wilma Lorenzo.

 

Texto y foto: WILMA LORENZO.

 

Que viva el pop, la estética, la emoción y la diversión. Sidonie están bien. En 2017 cumplen veinte años y empiezan a celebrarlo con “El peor grupo del mundo”, un álbum de pop redondo formado por diez singles que son balas inofensivas, mensajes que por primera vez no tienen una segunda persona sobre la que aterrizar. Es un disco por y para Sidonie que habita el lugar al que siempre pertenecieron. Una oda a la elegancia de Elvis, los primeros años de Suede, la contundencia de Morrissey; un estado de la cuestión que no hace más que reivindicar la procedencia y el camino; para convertirse en meta de la historia de tres amigos que un día sobrevivieron a la música y desde entonces lo hacen cada día, siendo el pop su amante, novia y esposa; el motivo por el que su pasión nunca se ha agotado. Marc, Axel y Jes cuentan a Efe Eme cómo ha sido esta historia, cómo “El peor grupo del mundo” es el mejor en lo que a declaraciones de amor se refiere.

 

Aseguráis que “El peor grupo del mundo”es una declaración de amor a la música. Uno se declara en una de estas tres situaciones: o por primera vez, o en correspondencia a una declaración de amor previa, o en una reconciliación o intento de hacer revivir la llama. ¿En qué punto está vuestra declaración?
Marc: En nuestro caso se trata de esa persona que siempre ha estado a tu lado y que, porque se te olvida o no te atreves, te has olvidado de decirle te quiero. Queda claro que la amas, pero no lo has dicho nunca en voz alta porque siempre se ha sobreentendido. Y llega el momento en el que sabes que debes hacerlo. Esto es lo que nos ha pasado a nosotros. Siempre hemos estado bien con la música pop, yo no siento que tenga que reconciliarme con ella… pero sí es cierto que nunca le había dicho: “Oye, música pop, te quiero”.

 

¿Siempre ha existido este amor? El pop no siempre es una etiqueta que una banda tome por bandera. Menos al comienzo de una carrera, y menos aún en España.
Axel: Al principio no escogimos esta etiqueta, pero a pesar de que le pusiéramos otra parafernalia al discurso sobre nuestro estilo, y pudiéramos citar la psicodelia u otros géneros musicales, al final (y ya desde hace mucho tiempo) acabamos diciendo: “Somos una banda de pop”, una banda que luego adorna ese pop de una forma u otra. Esta sensación de estar en deuda con el pop creo que es algo que hemos expresado desde hace muchos años. Lo de ahora es una reflexión que nos hace estar en paz acerca de algo que nos ha acompañado. Llámalo amante, novia o pasión.

 

¿Por qué ahora atreverse a dar el paso?
Marc: Pues no sé. Quizá tiene que ver que estamos a punto de cumplir veinte años y también era una forma de celebrarnos a nosotros mismos: “Basta ya de ser egoísta y hablar de mi amor imposible. Habla un poco de ti y de Sidonie”. Es una forma de celebrar eso, lo que somos.
Axel: Quizá no es lo que opina Marc como responsable de las composiciones, pero yo desde fuera, como amigo y como miembro del grupo, percibo –y eso me alegra– que él está en un momento vital muy bueno, no está sufriendo el desamor que muchas veces ha marcado la composición de canciones en nuestra carrera. En vez de seguir cantándole al desamor, si él está bien en ese sentido, coge y dice: “Voy a cantarle a algo a lo que nunca le he cantado todavía, y a alguien a quien todavía no le he dedicado mi amor”. Ese vacío que podría haber sentido por no poder seguir cantándole al amor lo transforma dedicándoselo a la música. Yo lo veo como un incendio. Si ‘El Incendio’ cantó a un estado de amor y desamor, ahora lo hace igualmente, en toda su dimensión, sobre otra pasión que ha sentido y que le ha airado. Eso hace que la música sea como es ahora.

 

Entonces, para hacer un disco como este, ¿hay que estar en un buen momento vital?
Axel: Exactamente. No se explicaría este disco sin el momento en el que nos encontramos todos: como grupo, personalmente y en lo que al amor se refiere. No podría ser de otro modo.
Jes: Fue bonito verle la cara cuando puso las canciones en Blind por primera vez. Había un gesto en la cara diferente, algo diferente. Se le veía bien y lo percibías según iban sonando las canciones. Eran demos muy básicas, pero estaban llenas de cosas.

 

 

Hacéis una declaración desde la perspectiva del fan. Fan que muchas veces tiene más prejuicios que un músico.
Marc: En la canción ‘Os queremos’ se habla precisamente de la perspectiva del fan. Yo agradezco mucho la cantidad de prejuicios que teníamos cuando empezamos en la música, cuando éramos fans de un tipo determinado de músicos y de grupos, porque nos ayudó a profundizar en un tipo de música a la que de otra manera no habríamos llegado, como puede ser la psicodelia inglesa de los sesenta. Si no hubiéramos tenido esos prejuicios, nuestro carácter como grupo sería otro. Afortunadamente después los prejuicios van cayendo.

 

Y por el camino te llevas lo que has aprendido por buscar lo complicado, lo diferente y único.
Marc: Claro, aprendes más. Desde esa perspectiva entiendo mucho al fan de Sidonie que dice que molábamos más cuando cantábamos en inglés, porque yo he sido así. Yo no perdoné a Suede, que es el grupo del que hablo en ‘Os queremos’, cuando empezaron a ser populares con el ‘Coming up’, me indigné con ellos. Es un discazo, y ahora me encanta, pero ya no era mi grupo. Ya no era ese grupo que fui a ver a la sala Estándar de Barcelona con otras doscientas personas, cuando pude coger la mano de Brett Anderson y cantar por su micro. Es muy elitista, pero es real. Es el romanticismo del fan.
Jes: Y seguimos siendo así. El otro día un chico nos decía: “Claro, vosotros cuando vais a un concierto ya no lo vivís como antes. Para vosotros ver a un grupo ahí arriba es algo normal”. Al contrario, yo sigo disfrutando de conciertos como un fan. Soy fan antes que músico.

 

¿Lo disfrutas de la misma manera?
Jes: Sí, sí. De la misma manera, y espero que me siga pasando toda la vida.
Marc: Yo reconozco que los discos no los disfruto de la misma manera. Por la cantidad de oferta que tienes, que es abrumadora, y porque ya no es lo mismo ir a comprar discos, escucharlos y estudiarlos. Ahora, cuando ves un grupo que te gusta en directo, siempre te emocionas. Es lo mismo que cuando ves a los jugadores de fútbol, siempre los voy a ver mayores que yo. Pero vamos, el otro día viendo a Egon Soda en Gigante estábamos todos alucinados.
Jes: Sería capaz de meterme en primera fila y ponerme a saltar. Y de hecho lo hago en muchos conciertos. Ni zona VIP, ni sentado. Yo me voy ahí al medio.

 

Eso no es lo normal, lo normal es que el músico esté justo delante de la mesa de sonido.
Marc: Bueno, eso es la edad (risas).
Axel: Esta sensación que hemos vivido en algún momento como fans, de querer que ese grupo sea tuyo y no compartirlo, ese proceso clave en el que alguien puede no desear que un grupo crezca, con el tiempo lo hemos vivido con las personas a las que hemos gustado. Y hemos sido víctimas de esta sensación en lo bueno y en lo malo: “Ahora que te comparto, dejas de gustarme”.

 

¿En qué momento esas críticas, hechas desde el amor que el fan os tenía, empezaron a importar?
Axel: Es tan inevitable que lo importante es hacer esa reflexión. No es inevitable que crezcas, no, eso es una suerte. Lo inevitable son las consecuencias que se pueden derivar de ese crecimiento. Hay que asumirlo como algo que pasa, tienes que saber compensar con otras cosas. Eso es esencial, porque si no te vuelves tarumba. Supone perder a gente que te ha visto nacer y que te dice que lo que haces no le gusta. Al principio es duro y es incomprensible, dan ganas de sentarse con ellos e intentar convencerles de que escuchen tu nuevo disco de otra manera, con cariño. Pero es inevitable. Tu relación de amor con esa persona ha terminado para dar paso a otras. Así es. Habrá personas que se enamorarán de Sidonie por primera vez con “El peor grupo del mundo” como ya pasó con “Costa Azul” o “El Incendio”. Compensas el primer nuevo amor con una ruptura.

 

Me gusta ver este disco como un inventario de referentes estéticos, cinematográficos, musicales. Me llama la atención que la mirada al pasado se detiene en artistas internacionales, como Elvis, y que las menciones a artistas nacionales sean coetáneos como Lori Meyers, en vez de iconos del pop español.
Axel: Fíjate, aunque se citan Suede o Morrissey, en las dos notas de prensa sí que aparece Radio Futura, Alaska… es una forma de responder a tu pregunta. No están en las letras por el motivo que haya sido, pero sí están ahí.
Marc: Han formado parte de nuestro discurso pero ni siquiera de forma consciente. Cuando empecé a escuchar música comencé con Dire Straits, después los Beatles, los Stones… pero el pop español siempre ha estado ahí, porque mis padres tenían puesto TVE y seguramente un sábado por la noche habría una gala en la que estaban Raphael, Los Pegamoides… o los vídeos de Radio Futura en “La bola de cristal”. Cuando eres más consciente y estás aprendiendo, buscas una música diferente, que en nuestro caso es la anglosajona, no la española. Más tarde eso cambia.

 

¿Por quién apostaríais, si tuvierais que proyectar en el futuro un icono del pop español?
Marc: Más que un nombre hablaría de una escena que creo que estamos viviendo. Estamos en un momento dulce del pop español. La cantidad de gente que está escuchando esta música, y la cantidad de grupos que están llenando la Razz o La Riviera dos o tres veces es histórica. Para mí esto ya es un icono.
Axel: Igual que lo fue en su momento La Movida, creemos que lo que está pasando ahora significa algo. Con el tiempo se recordará este momento. Nuestra reivindicación actual consiste en darse cuenta de los iconos que siempre han estado ahí. Cuando nos hablaban del pop español decíamos que apenas habíamos escuchado nada porque el 80 o 90% de nuestra discografía la ocupan grupos anglosajones, y era así. Eso es lo que reivindicábamos y lo que creíamos que formaba parte de nuestro ADN exclusivamente, pero pasado el tiempo te das cuenta de que no es verdad, que has estado viendo todos los programas de televisión y que Radio Futura o Serrat, sin haberles dado altavoz, tienen el mismo peso en ti que muchos grupos con los que se nos ha llenado la boca. Lo justo es citarlos, porque sin ellos, aunque no lo creíamos, no seríamos lo que somos.
Jes: Es curioso, cuando has dicho Serrat he pensado que en mi familia se viajaba con él a todas partes a todas horas, y ni siquiera le presté atención. Estaba ahí, me gustaba, pero no le presté la atención que merecía. Los Beatles, los Doors… pero Serrat no. Un día te paras y te das cuenta de la gran influencia que ha tenido.

 

Mencionáis a Lori Meyers, Egon Soda, Mi Capitán y a Jota de Los Planetas, aunque no sé qué pensará él de la mención… Sin embargo, en este disco no hay ni una colaboración más allá de la voz de Ricky Falkner, que estaba trabajando con vosotros en el estudio.
Marc: Sí… y porque estaba ahí y le obligamos a hacer un cameo como cantante de Egon Soda. Pero es como decía antes: si vas a decirle a tu pareja te quiero, lo tienes que hacer tú solo. Esto es igual: nuestro disco es una cena íntima entre nosotros y el pop. No queremos convertir eso en una orgía. Es cosa nuestra.
Jes: Y encima todo el mundo piensa que la frase de Ricky la canto yo, y me dicen: “Qué bonita la voz que metes en ‘Carreteras Infinitas’”.

 

 

Le dejáis la mejor frase: “Basta de amargar a todo el personal”. Está claro que las letras de este álbum presumen de un gran sentido del humor y son muy narrativas, pero hay ácido escondido. Hay una crítica densa debajo de todo esto. Me suena a: “Está bien toda la intensidad, pero vamos a divertirnos”.
Marc: Totalmente. Ese es el segundo mensaje, por ejemplo cuando se cita al cantautor se habla un poco de eso. Como letrista alguna vez me he planteado dónde se me podría catalogar, y escribiendo las letras de este disco he pensado que soy así, que intento no esconderme en metáforas oscuras. No quiero hacerlo.

 

Todo lo contrario que “Sierra y Canadá”. Esta crítica podría ser una forma de reírse de uno mismo.
Marc: Sí, sí. Quizá si hay algo de esta crítica que mencionas. Desde luego sí existe ese punto irónico.

 

Bueno, ya la había en el disco anterior. ¡Creo que tenéis a alguien atravesado, pero no me lo vais a decir!
(Risas) Axel: La crítica al final siempre se resuelve con una declaración de intenciones. Previo a “basta ya de amargar a todo el personal”, está la relación íntima de Jota con el Primavera Sound… y luego se concluye con “no me habléis de honestidad, dadme algo que me haga llorar”. Creo que esto es con lo que entiendes la crítica: emocióname, que de eso se trata. Emocionar más allá de cualquier otra cosa. Divertirnos, emocionar y entretener.
Marc: Va en conexión con reivindicar la claridad del discurso melódico. La melodía y las voces. Por eso están Lori Meyers en el estribillo, porque es de los pocos grupos que no tienen miedo a esconder su voz y las melodías.

 

Uno de los mejores grupos de pop que tenemos.
Marc: Claro. Y de eso hablamos. De más de lo que nos gusta, y menos amargar, pero sin pensar en nadie en concreto. O sí.

 

Si a nivel lírico este álbum es una declaración de amor al pop, también lo es formalmente, huyendo de vuestros dos últimos trabajos. ¿Habéis tenido que controlar o poner ciertos límites en la grabación en el estudio para que así fuera?
Marc: Todo lo contrario. Veníamos de “Sierra y Canadá” y la autoimposición de “no va a haber ni una guitarra acústica”. En “Fluido García” no queríamos que hubiera mucha melodía. Aquí, por ser tan pop y estar tan contentos, cabía un poco de todo.
Axel: Las canciones ya brillaban por sí mismas y nos dimos cuenta que lo que necesitaban era el mejor envoltorio, para que brillaran más. Ahí es donde hemos tenido toda la libertad, sin ningún tipo de premisa o margen que nos pudiera minar en la búsqueda, como a veces sí nos hemos puesto.
Marc: La única negativa que ha habido tiene que ver con canciones que hemos descartado por su oscuridad. Este es un disco de chiringuito.

 

O un disco de singles.
Marc: Ese es el concepto, una recopilación de singles. Pretende serlo, al menos.

 

Hablábamos antes de vuestros veinte años en la profesión. Si este es vuestro regalo a la música, ¿qué esperáis que la música os regale a vosotros en vuestro aniversario?
Marc: Nos ha regalado tanto que estamos en deuda. Más momentos como estos, seguir estando juntos.
Axel: Querernos como nos queremos. Que no se vaya nunca.
Marc: Todo eso y un coche antiguo.

Artículos relacionados