Septiembre, de Mikel Erentxun

Autor:

DISCOS

«Este nuevo álbum formará parte de sus discos más logrados, tanto por la valentía y la inquietud demostradas por su autor como por la calidad de sus composiciones»

 

Mikel Erentxun
Septiembre
WARNER, 2023

 

Texto: JAVIER ESCORZO.

 

Dos años después del alto en el camino que supuso el proyecto Amigos de guardia, Mikel Erentxun regresa a la actualidad musical con Septiembre (Warner, 2023). Para encontrar su anterior trabajo con composiciones nuevas, tenemos que retroceder hasta 2019, cuando publicó El último vuelo del hombre bala (Warner, 2019). Cuatro años son muchos años para Mikel, que siempre ha sido un autor extremadamente prolífico y que, en todo este tiempo, ha recolectado una extensa cosecha de canciones; tantas, que su idea inicial era grabar un álbum triple, siguiendo la estela del All things must pass de su admirado George Harrison.

Al final, el proyecto mental de triple se ha convertido en una realidad tangible de doble, pero lo que sí ha permanecido ha sido el espíritu del ex Beatle, así como el de sus tres compañeros de Liverpool y los de otras luminarias de los setenta como David Bowie o Marc Bolan.

El germen del disco, sin embargo, hay que buscarlo en Elton John, un artista repudiado por el donostiarra hasta que vio su biopic (Rocketman, 2019) y se puso a escarbar en sus primeros discos. Entonces se encendió la mecha de la creatividad y, en plena pandemia, se compró un piano y se puso a escribir canciones con él. Esa es la principal novedad que encontramos en Septiembre, marcando la diferencia respecto a trabajos anteriores. Y es que, después de treinta y ocho años de carrera, al bueno de Erentxun le brillan los ojos como si fuera un principiante cuando se sienta tras las teclas, y eso se nota en el resultado, que emana una frescura difícil de conseguir para un artista de su trayectoria. El piano es, de hecho, el elemento fundamental sobre el que se levantan algunas de las mejores piezas de este disco: “Cierre de emergencia”, “Este agosto es un gran viernes”, “Pensando en ti (cuando lo urgente es vivir)”, dedicada a su amigo Pau Donés, y, muy especialmente, esa preciosidad titulada “Oh, Siena”, dedicada a su hija y que lo tiene todo para convertirse en un nuevo clásico de su repertorio.

Para el buen fin de esta expedición a lo más profundo de los setenta, Mikel ha sabido rodearse de unos extraordinarios compañeros de viaje: Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, de Rufus T. Firefly, y Daniel Ruiz y Sam Barltrop, de Reme, dos bandas que parecen recién llegadas del festival de Woodstock. Ellos aportan el armazón sonoro que las canciones requieren, tanto en los momentos más delicados, con esas excelsas baladas al piano, como cuando aprietan el acelerador y dan rienda suelta a las guitarras, que rugen con la distorsión de décadas pasadas (“Tren a Marte”, “Ladridos en el pecho”). Anni B Sweet canta en una canción (“Tú y yo”) y mete coros en siete más, entre las que destaca, por la originalidad de sus armonías,”Al sur de Vejer”. Y hablando de Anni, el corte que cierra el disco, “Cuando éramos ayer”, es una maravilla de final psicodélico que bien podría haber formado parte del álbum que la malagueña grabó con Los Estanques (Burbuja cómoda y elefante inesperado, Inbophonic Records, 2022).

Aun subrayando el carácter innovador de este disco en la carrera de Mikel, sería exagerado afirmar que supone un giro radical en su discografía. En realidad, las influencias siguen siendo las mismas de siempre y algunos cortes de este Septiembre pueden remitir a viejas joyas como “Historias tristes” o “Nubes negras”, ambas de Duncan Dhu. La gran diferencia es que lo que antes eran destellos intermitentes, unas pocas gotas espolvoreadas aquí y allá, esta vez es un tsunami que lo impregna absolutamente todo.

Para muchos, entre los que me incluyo, los mejores discos de Erentxun son aquellos en los que más ha arriesgado y ha conseguido mayor distancia respecto a la imagen que de él tiene el gran público (El abrazo del erizo, Acróbatas, Detalle del miedo, Corazones…). Todavía es pronto para asegurarlo, pero de momento parece claro que este nuevo álbum formará parte de sus discos más logrados, tanto por la valentía y la inquietud demostradas por su autor como por la calidad de sus composiciones. Pasarán los meses y las estaciones, pero permanecerá Septiembre.

Anterior crítica de discos: Final straw, de Snow Patrol.

Artículos relacionados