Sea of mirrors, de The Coral

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DISCOS

«En esta ocasión se acercan al country rock reinterpretado a través de una lente psicodélica»

 

The Coral
Sea of mirrors

RUN ON/ MODERN SKY, 2023

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Pocos grupos británicos de su generación han conseguido mantenerse en activo durante tanto tiempo. En el caso de The Coral son ya veintisiete años, en los que han editado hasta ahora diez discos. Y, lo que es más relevante, llegando en esta década a su mejor momento. De hecho, el anterior disco, Coral island (2021), bien podría pasar por el más logrado de su discografía.

Era aquel un disco doble y parece que la banda sigue en racha, porque ahora editan dos álbumes independientes, producto de su trabajo en los legendarios estudios Parr Street de Liverpool justo antes de su cierre definitivo. El primero, Holy Joe’s coral island medicine show, cuenta con el abuelo de dos de sus componentes, el baterista Ian y el cantante James Skelly, poniendo voz a una narración que se emparenta con su álbum del 2021, y solo tendrá edición limitada a formato físico, no digital.

El segundo, con distribución convencional, es una especie de banda sonora imaginaria de un spaghetti western perdido, con Ennio Morricone como principal influencia. Imaginándose el disco como una película de Fellini con guion de Richard Yates, la idea de un actor que sufre un colapso en una filmación resulta ser una brillante excusa para volver a tratar la alienación física y mental en el mundo de hoy. Sin dejar atrás del todo su sonido característico de la zona del Mersesyside en la que crecieron, en esta ocasión se acercan al country rock reinterpretado a través de una lente psicodélica, con ecos de Gene Pitney, Lee Hazlewood o Townes Van Zandt.

Producido el disco por Sean O’Hagan, quien ya había colaborado con ellos en Butterfly house (2010), sus soleados y melancólicos arreglos los emparenta en parte con lo que ha grabado con su banda The High Llamas o lo que, sin ir más lejos, hacían en su día The Thrills. Queda claro en “North wind”, “Will bird”, “Oceans apart” o “The sinner”, probablemente las canciones en las que mejor representadas quedan sus intenciones.

Anterior crítica de discos: Everything is alive, de Slowdive.

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