Rockola, Discos. 9 de enero de 2009

Autor:

Steve Wynn
Crossing Dragon Bridge

ASTRO

El ex Dream Syndicate ha decidido tomarse un respiro, levantar el pie del acelerador y, tras dar por finiquitada su brillante trilogía del desierto (la formada por los notables Here come the miracles, Static transmission y …Tick…Tick…Tick), encomendarse a los encantos de lo acústico, dándose un baño de europeísmo tras una estancia de varias semanas en Liubliana (Eslovenia). El resultado es un cambio de rumbo muy considerable para lo que nos tenía acostumbrados en sus últimas entregas (no tanto para quien haya seguido su trayectoria en solitario desde hace más de una década), que reafirma, de cualquier forma, el carácter inquieto de un músico que, pese a haber hundido siempre las raíces de su sonido en terreno inequívocamente americano, sabe reorientar su radar para empaparse de sonoridades en un principio remotas, en este caso las centroeuropeas.
Los temas de este Crossing Dragon Bridge nacieron en formato acústico, a medias con la cooperación necesaria de Chris Eckman (The Walkabouts, Chris & Carla), hasta que fueron más tarde retocados en el estudio, algunos con el excepcional acabado que dan unos arreglos orquestales de lo mas excelso: véase el caso de la majestuosa “Manhattan Faultline”, una de las cimas del disco. Aun con todo, la carencia de pegada inicial del álbum –en comparación con sus precedentes– puede ser suplida con algo de tiempo, paciencia y unas cuantas escuchas. Las suficientes para apreciar sus múltiples matices y recovecos, y, sobre todo, la perenne intuición de un músico siempre hambriento por superarse a cada nueva entrega, aunque no goce de la exposición mediática que merece.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

Taj Mahal
Maestro

HEADS UP/INDIGO

Henry St. Clair Fredericks Jr., alias Taj Mahal, debutó en los años 60 aprovechando la ola de influencia que el blues urbano empezaba a cobrar dentro de la escena del rock. 40 años después, es uno de los guitarristas de blues más abiertos a las realidades sonoras del planeta, que él ha probado y desarrollado en múltiples ocasiones y localizaciones. Pero con la diferencia de que para él siempre se trataba de algo natural e inherente a su condición de “bluesman” (ya se tratara de Hawai, Malí o Zanzíbar).
Este nuevo trabajo de estudio, repleto de invitados próximos a su labor, celebra de forma bien ecléctica estos 40 años de trayectoria. Da igual quién ande por medio, la cosa nunca deja de ser blues por mucho que a veces éste suene a otras cosas. Es blues lo que suena en “Zanzíbar”, con Angelique Kidjo cantando y Toumani Diabate a la kora, cerrando una vez más el ciclo que le une con el país de Ali Farka Touré y Boubacar Traoré. Es blues ese tema suyo llamado “Black man, brown man” que traslada al lenguaje del reggae con Ziggy Marley y toda su banda (y con él mismo tocando el banjo, que le saca tanto y tan buen partido como otras veces es el ukelele o la armónica). Son blues las dos piezas que comparte con Los Lobos (“Never let you go” y “TV mama”). Blues es ese “Dust me down” que canta al alimón con Ben Harper. Y blues son los temas en los que utiliza a la eficaz Phantom Blues Band (como por supuesto en esa versión de “Diddy wah diddy” de Willie Dixon) o a la New Orleans Social Club (con el contundente órgano B3 de Ivan Neville).
Podríamos decir que se trata del disco “para todos los públicos” de Taj Mahal, pero borro lo dicho si alguien puede pensar que el comentario desmerece un átomo la calidad del trabajo.
GERNOT DUDDA.

Manel
Els millors professors europeus

DISCMEDI

Salen en todas las listas de lo mejor del año, lo cual hace que uno desconfíe bastante –la unanimidad siempre es sospechosa–. Aparte de ello, deslumbran de forma casi obcecada a mis amigos de tendencia indie –indie incluso sección saltarina–. Y hay algo que no cuadra. Y no cuadra porque estos cuatro catalanes en una primera escucha serían candidatos a repeler a cualquier seguidor del New Musical Express, tanto por la arquitectura de sus canciones como por sus referentes epidérmicos. Su estética de “grup de folk”, su cuerpo sostenido por una sangre de hoguera mediterránea –esos grititos de “Al mar” son puro tebeo– o su fragilidad a lo Pau Riba –“Avís per navegants” es su “Noia de porcel·lana” particular– o lejanamente a lo Pascal Comelade no ayudan a llegar a un público de expectativas más modernas.
Y sin embargo algo debe de haber ahí, se obsesiona el cronista, y rascando el reproductor al fin se llega a ello. Alcanzan por el otro lado la misma incomprensible sensación de vacío cotidiano que ahoga a referentes que ya son santo y seña de toda la cohorte indie. Los más selectos, diría uno. Y así tienen la misma melancolía de los primeros Surfin’ Bichos –esas cuerdas sublimes de “Roma”– o la misma dejadez luminosa de Sr. Chinarro. La sensibilidad, ese es el contacto que puede unir a Antonio Luque con canciones tan aparentemente ajenas a él como “Corrandes”, que es la manera catalana de adoptar una aparente improvisación, como el tumbao o los verdiales. Y es que como el grupo sevillano ambos adaptan las tradiciones de sus tierras para desplegar un costumbrismo de la soledad, a ratos ligera, a ratos marchita, a ratos escuela Bruguera.
Se descubre el misterio, pues, Manel no hacen más que hablar de lo de siempre con la intuición de ahora. Ésa es, y no otra, la clave de los buenos discos.
CÉSAR PRIETO.

Old Crow Medicine Show
Tennessee pusher

NETTWERK RECORDS

Son jóvenes pero tocan música ancestral, verdaderos chamanes de la música de raíz americana. Tennessee pusher es una verdadera obra de arte firmada que confirma a Old Crow Medicine Show como grandes salvadores de la tradición folk rock yanqui. Podríamos hablar de una versión remozada de The Band aunque sonando aún más clásicos que los de Robbie Robertson. Apenas hay electricidad, tan sólo elementos acústicos y dos líneas argumentales claras: folk and roll festivo o intimista y melancólico, siempre bucólico.
Devoradores de caminos polvorientos, caníbales fagocitadotes del blues, country y bluegrass, estos cinco tipos son capaces de plantear un recorrido por la música más añeja y resultar innovadores, pues sus esquemas son tan tremendamente clásicos, tan primitivamente enérgicos que se alejan de cualquier corriente “mainstream”. No inventan la rueda pero la hacen rodar con fuerza, ¿no es tan importante descubrir como preservar?
La producción de Don Was ordena y organiza, pero el mérito está en el alma de los componentes de la banda, capaces de firmar canciones que serían clásicas de haberse grabado en los años 50 o 60. Hazte un favor y escucha “Highway halo”.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Miguel Ángel Chastang
From Harlem to Madrid Vol. 1

NUBA/KARONTE

El contrabajista Miguel Ángel Chastang tuvo la gran fortuna de conocer al pianista Larry Willis durante su estancia en Nueva York como alumno del prestigioso City College. Su maestro fue Ron Carter, pero todo hace indicar que Chastang sacó más provecho de los clubes de Harlem, donde noche tras noche llegaría a hacer una buena coya de amigos. Entre ellos está el célebre fundador de Fort Apache (junto con Jerry González) y director musical de los legendarios Blood, Sweet & Tears, que indujo al español a un bautismo afroamericano en toda regla. Chastang recuerda aquella época (finales de los años 80) con más hechos que nostalgia y le pidió su participación en este proyecto cuyo título se puede tomar de una forma mucho más literal de lo acostumbrado. Completan la formación el batería Juanma Barroso y el saxofonista cubano Ariel Bringuez. Hay por supuesto “standards”, con Miles Davis partiendo la pana (“Blue in green”, “Nardis”), pero también muy buenas piezas propias de Willis y Chastang. Del primero es la bellísima “To wisdom the price”. Del segundo, “Entre tú y yo”, una pieza modélica que es un absoluto “balón en bandeja” puesto a su saxofonista. No van de sesudos (lo de Harlem no es ninguna coartada intelectual) sino a disfrutar plenamente de lo que tocan, que es pura delicia. No hay ningún truco ni fórmula mágica. Ellos son la fórmula, ellos son el swing.
GERNOT DUDDA.

Southern Arts Society
Burning sand

GRREN UFOS

Si ustedes son de los que aprecian las revisiones del sonido más elegante de los 80 (The Go-Betweens, Lloyd Cole & The Commotions, Felt, The Pale Fountains), éste es su disco. Si les pirra el pop bohemio, afectado pero suntuoso, de Tindersticks o The Montgolfier Brothers, también es éste su disco. Si disfrutan con esas melodías arenosas, satinadas y hechizantes, a media voz entre hombre y mujer, que bandas como The Walkabouts han sabido pulir con tanta maestría, también es éste su disco. Y si simplemente saben apreciar el pop luminoso sin más, bien arreglado y aún mejor ejecutado, también puede ser éste su disco de cabecera.
Y no han de irse muy lejos: todo esto lo consigue desde Sevilla ese corredor de fondo que es Andy Jarman, alma mater, desde comienzos de los 90, de proyectos sumergidos en la noche de los tiempos de la independencia patria como Strange Fruit o Aquaplane, quien desde hace unos años lidera con mano maestra a Southern Arts Society. Su segundo disco tiene de eso y mucho más, gracias a su pericia compositiva y ornamental y a un capítulo de colaboraciones de lujo, integrado por Gary Olson (The Ladybug Transistor), Muni Camón (Madenning Flames), Françoiz Breut o Roger Quigley (At Swim Two Birds o los propios Montgolfier Brothers). Échenle el guante, si tienen ocasión, porque no le sobra nada.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

Diamond Dogs
It’s most likely

JERKIN CROCUS/LOCOMOTIVE

Para los que no conozcan a los Diamond Dogs ahí va algo de información previa: los Diamond Dogs es una especie de reencarnación escandinava de los Stones/Faces de los setenta que pivota sobre el cantante Sulo, que viene a ser algo así como un Rod Stewart moreno, y el calvo pianista que se hace llamar The Duke of Honk. Asimismo, The Diamond Dogs ha funcionado como un supergrupo ya que por sus filas han pasado miembros oficiales de bandas de la primera división rockera sueca como Hellacopters, Marislym o Facer. Dicho esto, es necesario subrayar que su oferta musical no ha variado un ápice desde que se formaran en 1997. Su álbum más destacado y recomendable es As your greens turn brown, de 2000.
En It’s most likely, su quinto LP, repiten otra vez su fórmula magistral y nos presentan trece nuevos temas basados en estructuras musicales de principios de los setenta, una fórmula que, como ya hemos comentado, resulta algo manida. No obstante, hay que reconocer que Sulo y los suyos han intentado, tímidamente, introducir algunos cambios para orientar hacia el soul el característico sonido de los Diamond Dogs. Han introducido metales y algunos coros con ese objetivo. Aun así, los suecos no recuperan la frescura de antaño y hay momentos en que estas “innovaciones” se giran en su contra como un bumerán ya que “springsteenean” composiciones como “Casanova Cryin’”, lo que para algunos puede ser un cumplido pero para otros es un demérito. Pese a todo, el disco tiene buenos momentos para “rockanrolear” sólo o acompañado, que en, el fondo, de eso se trata con una banda de estas características. Destacamos “Make it all up to you”, “Raise a holler”, “Far from getting close”, el homenaje al guitarrista de Dr Feelgood “Wilko Johnson’s eyes” o “Cold blue summer”.
ÀLEX ORÓ.

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RECOPILATORIOS

Luis Eduardo Aute
Memorable cuerpo

SONY BMG

Luis Eduardo Aute, el hombre renacentista. Cineasta, pintor, poeta y músico, facetas culturales que ha abordado con éxito y que ahora son recogidas en Memorable cuerpo, antología centrada especialmente en su faceta musical pero cuyo hermoso libro de acompañamiento celebra algunas de las mejores creaciones pictóricas del autor.
Hace tiempo que Aute decidió regrabar algunas de sus piezas más emblemáticas en los volúmenes Auterretrato I y II. En Memorable cuerpo ambos discos vienen acompañados por un tercer compacto inédito, así como de Invisible, su descatalgodao disco en inglés de mediados de los años 90. Mientras que el esfuerzo anglófono sigue resultando prescindible por muy difícil de localizar que sea, son los tres volúmenes de Auterretrato los que dotan de fuerza al paquete recopilatorio. Nuevos arreglos para viejos temas, una interpretación más sabia y un sonido homogéneo permiten al oyente darse un paseo por lo más granado del repertorio de Aute sin perder comba, sin desorientarse entre sonidos deudores de tics de época (algo que sí ocurre con las dos grabaciones en DVD que se adjuntan).
Lo hermoso de autores como Aute es el universo que han creado, la mitología propia en la que se bañan cada una de sus obras, indistintamente del medio. Esta edición limitada no deja de ser un objeto dirigido a coleccionistas, pero el neófito que decida embarcarse en tan vasto mar disfrutará de un placido viaje –aunque quizá sea más recomendable dejar esta completa caja a los más duchos en la materia–.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Varios
Sister Bossa vol 8. Cool jazzy cuts with a brazilian flavour

IRMA RECORDS

Ya hemos comentado en otras ocasiones discos de Irma Records, el sello boloñés dedicado al jazz, al funk, al house, al lounge y las añejas bandas sonoras “made in italy”. Todos sus lanzamientos destacan por la altísima calidad instrumental de todos los músicos que graban para la disquera italiana y esta recopilación no es una excepción. En ella encontramos a personajes ya conocidos como Bengi (altamente recomendable también su disco “Charme and Shake”) y nombres tan sugerentes como Italian Secret Service, Modulo 5 o Aaron Tesser & The New Jazz Affair unidos por el denominador común de la bossa nova más bailable capaz de fusionarse con el funk y el jazz. Por tanto, este es un disco apto para clubes y fiestas en las que el “bailoteo” sea el eje central de la diversión.
En los lanzamientos de Irma no deja de sorprender la inagotable cantera italiana para este tipo de sonidos. Ignoramos si en el país trasalpino tiene mucho predicamento pero de lo que no hay ninguna duda es de que se trata de un producto altamente exportable y con vocación internacional que merece la pena conocer.
ÀLEX ORÓ.

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