Punto de partida: Tulsa y Portishead

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«Es un disco alucinante, inspirado, genial, cálido y brutal»

 

Mientras Tulsa emprende la última parte de la gira de Ese éxtasis, que presentará en cuarteto eléctrico el próximo 23 de febrero en la sala Apolo 2 de Barcelona, aprovechamos para preguntarle por el disco que le marcó a fuego en algún momento del camino. Y no duda en escoger Third, el tercer y último disco de estudio que lanzó Portishead en 2008.

 

Portishead
Third
ISLAND RECORDS / MERCURY RECORDS, 2008

Texto: TULSA/EFE EME.
Foto: ALBERTO ACINAS.

Hace ya tiempo que Miren Iza, Tulsa, se convirtió en una de las autoras más personales e interesantes del panorama musical español, algo que certifican trabajos como Centauros (2017) y Ese éxtasis (2021). Hace más de dos décadas que inició su trayectoria discográfica, y cuando le pedimos que escoja un disco que le haya marcado a fuego, se decanta por un título que cumple ahora quince años: Third, de Portishead. «Es de los discos más importantes de mi vida, vuelvo a él sin parar, me destroza y me salva en cada escucha. No es la primera vez que recurro a él como “el disco de mi vida”; hoy ha vuelto a ganar. Es sublime, lo defendería frente a hordas de gigantes armados. La última pugna ha sido contra No need to argue de Cramberries, que para mí era una especie de biblia de bolsillo. Curiosamente, es del mismo año que Dummy, el primer disco de Portishead, de 1994, y en mi cabeza la que escuchaba Cramberries era una niñita y la que escuchaba el Dummy, y Portishead en general, era ya la señora que ahora teclea estas palabras».

Miren no sabe dónde lo adquirió. «No me acuerdo de dónde lo compré porque no soy una psicópata, no soy un coleccionista parafílico de setenta años asiduo a reuniones de conspiranoicos. Ejem. Me lo compré en vinilo cuando salió en el 2008, de eso sí me acuerdo porque llevaba muchos años esperando el nuevo disco de Portishead, como todo el mundo. En el 2008 cambió el mundo, por la crisis económica, porque EEUU tuvo su primer presidente negro y porque yo me separé y empezó mi personal travesía por el desierto. Y este disco contiene el terror y la esperanza de esa época». Portishead forman parte de su educación sentimental desde que salió Dummy: «Mi adolescencia más bien gris y lluviosa está íntimamente ligada a la voz de Beth Gibbons, la amo. Dummy entró en mi casa por mi hermano mayor, que era mucho más y mejor coleccionista que yo, él si se acordará probablemente de dónde lo compró, aunque tampoco es un psicópata. Creo».

Cuando vio la luz Third ella tenía casi terinta años, así que para entonces llevaba mucho tiempo escuchando y comprando álbumes. «Yo me dejaba un dineral en discos, y eso que nunca tenía mucho dinero, cuidaba niños para pagarme mis cosillas… El primer disco que compré por mí misma fue un vinilo de Frank Sinatra cuando tenía once años en el centro musical irunés. Lo había oído en casa de una amiga, lo estaba escuchando su padre y le pregunté que qué era aquello que sonaba. Cómo iba a saber con once años que ese señor adorable era un mafioso y un cabrón».

Las once canciones de Third le causaron un gran impacto. «Es un disco alucinante, inspirado, genial, cálido y brutal. La canción “Machine gun”, en concreto el último minuto, condensa la cultura popular del final del siglo XX y principios del XXI, el vértigo de la era postindustrial, las bandas sonoras modernas de la ciencia ficción y el apocalipsis. He vuelto a ponerlo de fondo y te diría que ahora mi favorita es “We carry on”, porque hoy estoy un poco cabreada. Los días más de calma elegiría “Magic doors” o “The rip”». Volver a él afianza su convicción: «Quizá sea el mejor disco del siglo».

El faro de Portishead le acompaña desde hace décadas, a través de este disco y de otros muchos aspectos de la carrera del grupo británico. «Vuelvo a él muy a menudo, es una referencia musical, suelo volver a los conciertos grabados que hicieron, como aquel mítico de NYC, pero también es una referencia extramusical, me encanta cómo han llevado su carrera, no han hecho ninguna concesión a la dinámica contemporánea, un poco boba de la hiperexposición y la música de consumo rápido, no han forzado sacar otro disco ni han hecho giras que les podrían haber reportado mucho dinero. Se juntaron el año pasado para hacer un concierto por Ucrania y demostraron estar en plena forma, encima». «Espero que un 0,001 por ciento de ellos se me haya quedado pegado en algún sitio», piensa, mientras reflexiona sobre la posible huella que han dejado en su carrera. A la pregunta de si Third fue el camino hacia otros discos, responde con una curiosa lectura: «Desde luego no fue el camino para otro de sus discos, porque seguimos esperándolo. “Hentai” de Rosalía tiene la metralleta “Machine gun”».

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