Punto de partida: Sean Frutos (Second) y Soundgarden

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“Creo que me sigue marcando aquella época grunge en la manera de expresar y desgarrar la voz algunas veces en los conciertos de Second”

 

Los próximos 19 y 20 de octubre, Second despide en la sala Joy Eslava de Madrid su gira “Viaje iniciático”. Qué mejor momento para proponerle a Sean Frutos justo eso: que nos lleve hasta su punto de partida, al disco que le cambió la vida. Y elige “Superunknown” de Soundgarden.

 

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Soundgarden
“Superunknow”
A&M RECORDS, 1994

 

Texto: SEAN FRUTOS.

 

Podría escribir, por ejemplo, sobre «Ziggy Stardust» de David Bowie, «Seventeen seconds» de The Cure, «The Queen is dead» de The Smiths, «Different class» de Pulp o «Coming up» de Suede, que fueron discos que influyeron en la música que hemos venido haciendo Second durante toda nuestra carrera, pero quiero remontarme unos años antes, y hablar de «Superunknown», de Soundgarden.

Cuando empezábamos a tocar estaba en pleno estallido el grunge, que desde Seattle se extendió a todos los rincones. Todos queríamos cantar, tocar y vestir como Kurt Cobain, Eddie Vedder o en este caso Chris Cornell. Nuestros primeros y tristes acordes intentaban imitar canciones como ‘Black hole sun’, ‘Spoonman’ o ‘Fell on black days’. Creo que el primer conocimiento de «Soundgarden» lo tuve gracias al clip de ‘Black hole sun’. Me cautivó de lleno la imagen de un agujero negro tragándose a unos esperpénticos personajes, mientras el grupo tocaba con rabia la canción.

 

 

Debe ser que cuando eres un adolescente inconformista te atrae precisamente la desolación, incomprensión y panorama apocalíptico de muchas de estas composiciones. Las guitarras potentes y la voz desgarradora de Cornell se convirtieron en grito de guerra de los locales de ensayo de todos los «pelucas imberbes» que intentábamos hacer música por entonces.

Me compré “Superunknow” por catálogo, que era una buena forma de descubrir música por aquellos años, y tengo que decir que por aquel entonces no tenía reproductor de cedés, pero este disco y otros de The Doors los compré en este nuevo formato. Estuve alrededor de dos meses solo ojeando el libreto, con las letras y las hipnóticas ilustraciones. Luego me pude comprar el reproductor, y ya disfruté de las canciones anteriormente mencionadas, y otras como ‘The day I tried to live’ ‘Kickstand’, ‘4th of July’, etc… dejándome llevar por la oscuridad y agarrándome a la escasa luz que algunas veces aparecía en letras y canciones. Siempre que lo escucho lo dejo sonar de principio a fin, sin saltar ninguna canción. Lo considero una obra concebida para ser disfrutada de esa manera, y no por partes.

 

 

Es curioso, en aquella época de pleno apogeo grunge el grupo que más me entraba era Soundgarden. Con los años fui descubriendo más a otros, como Nirvana o Pearl Jam. Aunque me llegase un poco más tarde lo que venía de las Islas Británicas, y me enamorase después del Britpop con todas sus consecuencias, creo que me sigue marcando aquella época grunge en la manera de expresar y desgarrar la voz algunas veces en los conciertos de Second.

Punto de partida: Ariadna Paniagua (Los Punsetes) y Los Ramones.

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