Punto de partida: Martí Perarnau (Mucho) y Blur

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«Este disco me descubrió que la música es algo muy abierto e infinito, así que a partir de Blur perdí muchos prejuicios y empecé a amar todo tipo de música»

 

El líder de la banda Mucho, Martí Perarnau, escoge uno de los discos que más le han marcado musicalmente. Su punto de partida es el disco homónimo de Blur, que vio la luz en 1997. Así le influyó entonces (y ahora) el grupo de Damon Albarn.

 

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Blur
«Blur»
Food Records, 1996

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

Martí Perarnau es líder de Mucho, banda que debutó en 2013 con «El Apocalipsis según Mucho». Ahí empezó su trayectoria discográfica, pero su camino musical empezó mucho antes. En 1997 ya había comprado unos cuantos discos, incluido el «Modern life is rubbish» de Blur, pero fue otro trabajo el que le marcó de forma especial: su elepé homónimo, «Blur». «Recuerdo perfectamente que lo compré el mismo año que salió, sería alrededor de septiembre, porque lo compré a la vez que “Be here now” de Oasis. Nos bombardearon muy duramente con el videoclip de “Song 2”. A mí me parecía una canción muy salvaje y me llamaba mucho la atención, supongo que como a todo el mundo».

 

 

Fue inevitable escuchar o ver el videoclip de ‘Song 2’: «Lo ponían todo el rato sin parar. En esa época ponían buena música en la televisión y en las radios comerciales, fue el último estertor de la buena música en los medios generalistas«.  Finalmente se acercó a comprarlo a una tienda, aunque no recuerda con exactitud el momento ni el lugar: «Yo en el ’97 tenía 12 o 13 años. Podría aventurarme a decir que fue en el Madrid Rock de Gran Vía porque pasaba miles de horas allí, pero eso es una elucubración. Lo que sí tengo seguro es que lo compré en secreto, puesto que para mis amigos yo era fan de Oasis. Estaba muy mal visto ser seguidor de los dos grupos, era como ser del Madrid y del Atleti a la vez, pobres ilusos, como si la música fuera una competición. Suerte que fui un poco menos tonto que todos los demás».

Martí se llevó a casa su compra «furtiva» y se dispuso a escucharla. Cuando lo hizo, le impresionó: «Lo que más me impactó fue lo ecléctico que era, esperaba un disco mucho más rock. Al principio había algunas canciones que no me gustaban nada, que con los años se han ido convirtiendo en mis favoritas. Mi oído adolescente todavía no está educado y en este disco había muchos sonidos y mucha armonía que me resultaba extraña. En su día las que más me llamaban la atención eran ‘Beetlebum’, ‘Song2’ y ‘On your own’. Con los años, por suerte, eso ha ido cambiando. Ahora mi favorita sin duda es ‘Look inside America’, una auténtica joya de canción, de hecho las cuatro últimas del disco son un viaje musical flipante, al igual que ‘Death of a party’. De hecho me doy cuenta de que esas son las canciones que más tienen que ver con el siguiente disco de Blur y con la carrera en solitario de Albarn».

 

 

Veinte años después de descubrirlo, Martí reflexiona y admite que no lo considera el mejor trabajo de la banda («Mi favorito es «13», para mi es su verdadera obra maestra»), pero sigue volviendo a él: «Por supuesto que lo sigo escuchando. Hace poco lo volví a escuchar con mi amigo Emilio Saiz en un viaje que hicimos juntos y estuvimos cantando a grito pelado todo el disco. Descubrimos que hay una edición especial con algunas caras B que son una auténtica maravilla. Lo bueno de Blur y de todo lo que hace Damon Albarn es que tiene mucha alma y además nunca deja de explorar y de buscar nuevos caminos, eso nunca envejece y nunca pasa de moda».

«Blur» marcó a Perarnau «a fuego. En esa época estaba empezando a tocar y pasé muchos años de mi vida queriendo ser como Damon Albarn. Ahora que puedo echar la mirada atrás me doy cuenta de que este disco me abrió el camino hacia los sintetizadores, la electrónica, los sonidos estrafalarios de guitarra y hacia la búsqueda de una melodía de voz que toque el corazón. Creo que gran parte de mi personalidad musical y del sonido que he desarrollado en todos estos años es gracias a Blur. Estoy seguro de que nunca habría compuesto un disco como “Pidiendo en las puertas del infierno” sin la influencia de Blur, y he de confesar que he hecho mil baladas y mil canciones pensando en ellos, otro tema es que nunca lograré hacer una canción tan buena como ellos. He intentado componer algo tan flipante como «Look Inside America» tantas veces…».

Aquellas catorce canciones del cuarteto dejaron un poso profundo, pero también se convirtieron en el primer eslabón de una larga cadena: «Fue el disco que me abrió la cabeza. Podríamos decir que fue el primer peldaño hacia toda la historia de la música. Este disco me descubrió que la música es algo muy abierto e infinito, así que a partir de Blur perdí muchos prejuicios y empecé a amar todo tipo de música. Directamente me llevó a Bowie y a Supergrass pero indirectamente me llevó hasta todo lo que escucho hoy en día. Creo que escuchar todo lo que ha hecho Damon Albarn es un gran ejercicio de pedagogía».

Anterior entrega de Punto de partida: Carolina de Juan (Morgan) y Fiona Apple.

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