“Próxima B”, de Júlia

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DISCOS

“Un pop ensoñador dotado prácticamente siempre de un magnetismo tan inaprensible como incontestable”

 

julia-22-10-17

Júlia
“Pròxima B”
HIDDEN TRACK/MALATESTA

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Cuando hace un par de años consultábamos a Estela Tormo –alma mater del tándem alcoyano Júlia, junto a su compañera Lídia Vila– cuáles eran sus referentes, afirmaba picotear de aquí y de allá, nutrirse de “influjos muy dispersos”. Esa dificultad para delimitar la trazabilidad de su propuesta y para, al mismo tiempo, haber sorteado el riesgo de no dar con una ligazón lógica entre las ocho composiciones que integran su segundo álbum, es lo que da pleno sentido a Júlia como un satélite autónomo que flota en una órbita compartida con luminarias foráneas como Warpaint, Beach House, FKA Twigs o US Girls. El salto ya se intuía enorme desde el momento en el que empezaron a desplegar en directo, en formato de estricto dúo (ya sin la asistencia ocasional de Jaume Pla a la guitarra y Santi Serrano a la batería), el material que ahora prorroga las bondades y endereza los desequilibrios de “Nuvolàstic” (2015), el que fue su prometedor debut.

Pues bien, los surcos de esta secuela –nuevamente bautizada por mor de la fijación de Estela Tormo con la astronomía (pero sin ninguno de los vicios casi pueriles de parte del indie estatal de aspiración “planetaria”) – no hacen más que ratificar el crecimiento de su fórmula: un pop ensoñador armado sobre sutiles tramas electrónicas, a ratos evanescente (‘No t’ho mereixes’), en ocasiones contundente (‘Menta’ no está lejos de las producciones tectónicas de Arca), puntualmente bailable (‘Diumenges’) y apenas contagiado del interminable rebrote synth pop de filiación ochentera (‘Cap Parat’), pero prácticamente siempre dotado de un magnetismo tan inaprensible como incontestable (la recta final que proponen ‘Seahorses’ y ‘Matèria’ es modélica). Todo ello bajo la supervisión de Javier Vicente “Carasueño” (Big City, The Secret Society, Tulsa), encargado de modular el onirismo tan proteico y preciso que proponen las alcoyanas. En caso de que aún no lo hayan catado, déjense atrapar por el enigma Júlia. No se arrepentirán.

Anterior crítica de discos: “Boy in a well”, de The Yawpers.

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