Mike Scott, de The Waterboys: «Los artistas deberíamos mejorar a medida que envejecemos»

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«Mi trabajo más importante es como compositor, después como cantante y luego como líder de una banda»

 

En primavera vio la luz el nuevo disco de la histórica banda escocesa, All souls hill (Cooking Vinyl, 2022) y en septiembre vendrán a presentarlo a Madrid con un concierto en La Riviera. Sobre ello, y algunos apuntes del pasado traídos al presente, habla Mike Scott con Sara Morales.

 

Texto: SARA MORALES.

 

Prolífico e incombustible. Así permanece Mike Scott, alma máter de los históricos The Waterboys, a pesar del correr de los años. Con un bagaje de discos que han puesto sonido a diferentes etapas de la historia y a varias generaciones, el músico escocés continúa en pie de guerra con su escritura y su manera de comprender el sonido. Aunque siempre ha mantenido un discurso coherente y transversal, ahora se presenta más reflexivo; será la edad que se va cumpliendo o la vida que, con sus giros, empuja al aprendizaje inconsciente.
El caso es que con su nuevo álbum recién publicado, All souls hill, un tanto misterioso y al mismo tiempo revelador, se convierte en el mejor momento para volver a hablar con él. Nueve canciones que marcan desde el pentagrama el momento que atraviesa la humanidad, pero también él mismo como compositor infatigable y su banda como estandarte del rock and roll.

 

Quince discos cargan ya las espaldas de The Waterboys ¿Cuesta diferenciarse de uno mismo o ni siquiera lo pretendes?
En realidad ni siquiera lo pretendo. Solo hago lo que la música me dice y, de eso, espero lo mejor.

 

¿Qué trae este trabajo de diferente para ti, como creador, con respecto a la larga lista que lo precede?
Cada álbum tiene su propia identidad, su propio lugar en la evolución musical de The Waterboys, y este tiene una serie de características que lo hacen destacar. Entre ellas está la de que casi todas las canciones son coautoras, es decir, están hechas junto a otras personas que han puesto la música. Yo he escrito las melodías vocales, pero no la música en sí.

 

Tanta historia a cuestas, tantos giros estilísticos y éxitos imperecederos como “The whole of the moon”, o más recientes como el disco anterior Good luck seeker, ¿complican la creación llegados a este punto o la alimentan?
No pienso en eso, la verdad. Estoy feliz de que la música siga fluyendo y que mi escritura siga viva, y creo que así es como debe ser. Los artistas deberíamos mejorar a medida que envejecemos y, a la vez, el flujo de trabajo debería ir siendo más fácil.

 

La banda nació en 1983 y, en aquella década, os convertisteis en todo un referente. ¿Sigue intacto el Mike Scott de aquel disco de 1985, el inolvidable This is the sea?
El tipo que escribió y cantó toda esa música está vivo dentro de mí ¡Ya lo creo!

 

«Fisherman’s blues no fue un álbum fácil de hacer»

 

Tu retiro a Irlanda tras ese álbum, fuera del foco, sin obligaciones, sin presión, te vino muy bien mentalmente e incluso creativamente, pero ¿crees que fue aquella “ausencia” la que impidió que Waterboys se hicieran tan abrumadoramente populares como U2?
En realidad fue un momento de mucha presión, porque todos estaban esperando el próximo álbum y ver qué íbamos a hacer los Waterboys a continuación. Esa es una de las razones por las que Fisherman’s blues necesitó tanto tiempo. No fue un álbum fácil de hacer. Escribir las canciones y tocarlas con la banda fue fácil, pero elegir cómo debería sonar y sentir que el álbum estaba terminado fue difícil.

 

Ahora que hablas de Fisherman’s blues, qué importante ha sido este disco para asentar las bases de la música durante generaciones, aquel rodeo por las raíces celtas, el góspel y el country fueron decisivas. ¿De todos tus roles artísticos, en cuál te reconoces más?
Creo que mi trabajo más importante es como compositor, después como cantante y luego como líder de una banda. Ya después como fabricante de discos. La música de Waterboys es música tranquilizadora, amable con el oyente. Quiero decir, intentamos transmitir que «todo está bien, el amor está a cargo».

 

Este nuevo álbum ha llegado en un momento histórico convulso, ¿cuánto hay de realidad y de fantasía en el concepto de All souls hills?
Es una mezcla. Algunas canciones como «Southern moon» e «In my dreams» son más fantásticas pero, por ejemplo, «The liar» es totalmente real. Otras tienen ambas cualidades.

 

La sensación onírica embriaga todo el disco, tanto en los paisajes que pintan las letras, como en las atmósferas sonoras. ¿Es el mundo imaginario un mundo mejor?
No. Creo que ambos son reales, aunque ¿quién puede decir qué es la realidad? Muchas personas caminan por la vida viendo muy poco de lo que les rodea, y siempre hay más por aprender y comprender, como dice la canción «The whole of the moon».

 

Precisamente ahí quería llegar, aunque el que nos haya traído hasta aquí sea aquel tema de 1985 que has recordado. Pese a todo, el mensaje que cala de este nuevo disco es positivo: hay esperanza en el drama humano y en la experiencia de vivir. De verdad lo crees así, ¿no?
Sí, por supuesto que lo hago. Si piensas en cómo vivíamos los humanos hace cien años, puedes ver cuántos pasos positivos hemos dado. Hay menos hambre, menos muerte por enfermedad y menos guerra. La gente tiene más libertad de pensamiento (fuera de los regímenes totalitarios como China) y más libertad espiritual (fuera de las teocracias fundamentalistas). La tecnología ha alargado nuestras vidas. La mayoría de la gente come mejor. Necesitamos ampliar la democracia, eso sí; los enemigos de la evolución humana son el autoritarismo y el fundamentalismo. Que desaparezcan pronto.

 

«Los enemigos de la evolución humana son el autoritarismo y el fundamentalismo»

 

Tú mismo has ejercido de productor de este nuevo repertorio. ¿Tienes la sensación de que nadie mima las canciones mejor que uno mismo?
Me gusta producir y mezclar la música de los Waterboys yo mismo, pero si veo que mis mezclas no funcionan, rápidamente le pediría a alguien más que las hiciera. En los últimos álbumes, Bob Clearmountain mezcló muchas pistas y, sin duda, volvería a tirar de él.


Quizá, lo más destacable de este disco sea el ritmo animado e incluso alegre del sonido, en contraposición con la crudeza de las letras. Ocurre en temas como «Here we go again». ¿Esa duplicidad es la clave de All souls hill?
Simplemente sucede sin que yo lo planee. Sí, «Here we go again» tiene un sonido muy alegre pero, en este caso, la letra también es divertida.


¿Con qué equipo has contado para dar vida al disco, además de con el coproductor Simon Dine?
James Hallawell y Brother Paul tocaron muchos teclados y agregaron toques orquestales. Greg Morrow y Ralph Salmins doblaron la batería. Aongus Ralston y Mike Brignardello tocaron el bajo. Ian McNabb, de Liverpool, ha cantado como respaldo en «Blackberry girl» y un joven cantante inglés, Barny Fletcher, ha hecho los coros de «Here we go again».

¿Te acompañan también sobre el escenario durante la gira de presentación?
La formación actual de los Waterboys somos Brother Paul, James, Aongus, el baterista Eamon Ferris y yo.

Por cierto, menudo éxito el de vuestro tour por Reino Unido con todas las entradas vendidas. ¿Vuestro directo continúa siendo vuestro mejor arma?
Me gusta tener grandes espectáculos y buenos discos en nuestro arsenal.

El próximo 15 de septiembre haréis parada en Madrid, con un concierto en La Riviera ¿Qué vamos a encontrarnos?
¡¡Soul y rock and roll!!

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