México lindo y querido: Austin TV, Carla Morrison y Juan Cirerol

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«Tu cara no importa, importas tú, no es tu religión, tu preferencia sexual, o tu dinero lo que te hace un ser humano. Detrás de esas máscaras podría estar cualquiera» (Austin TV)

El 7 de septiembre comienza la primera gira española de Austin TV, una banda mexicana que ya dejó buen sabor de boca en el festival Tanned Tin y que ahora se embarca en un tour más amplio, con objeto de dar a conocer en vivo los temas de “Caballeros de albedrío”, su cuarto álbum, pero primero que se edita en nuestro país. Una buena oportunidad para hablar con ellos y, de paso, presentar a otro par de artistas de interés procedentes del país centroamericano: Carla Morrison y Juan Cirerol.

 

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.
AUSTIN TV: LA NUEVA GENERACIÓN

 

 

 

Hace unos meses fueron elegidos como mejor grupo mexicano en los Premios de la Música Independiente, aunque Austin TV [en la foto superior] eran unos desconocidos en España hasta la edición de su cuarto disco, “Caballeros de albedrío” (Terrícolas Imbéciles/Origami Records, 2011). El quinteto mexicano anónimo (suelen ocultar sus identidades) practica un intenso rock instrumental que no renuncia a la electrónica y se emparenta con el post-rock, el punk, el space rock o la psicodelia. El álbum está dividido en dos partes: “Hán”, de corte atmosférico, y “Séeb”, mas decantada por la tecnología. Unidas, dan la medida de sus posibilidades, que ahora demostrarán en directo con una extensa gira por nuestro país.

Estáis a punto de comenzar gira española. ¿Con qué estado de ánimo la afrontáis?
Estamos sorprendidos y felices, visitamos por primera vez España en febrero de este año y quedamos encantados con la escena musical, la escena artística en general, los lugares en donde tocamos, las ciudades y la comida… A parte de eso, estamos en un momento de concentración importante, hemos estado tocando y creando mucha música en los últimos meses, además de nuevas conexiones entre nosotros en el escenario.

Vuestra anterior visita tuvo lugar en el Tanned Tin. ¿Qué recuerdos teneis del concierto y el festival?
Ese concierto entró directamente, en nuestra memoria, a la repisa de los recuerdos como uno de los mejores shows que hemos dado. Para nosotros, en primer lugar, ya fue impresionante llegar a Europa: Si a eso le sumas esas actuaciones que dimos en España e Inglaterra a principios de año, pues nos dejas con poco aire para todas las otras emociones que nos provocó cada uno de estos shows, pero el que vivimos esa noche, por parte de todos, el público, los organizadores, el lugar, fue algo único.

Aquel concierto fue bastante impactante. ¿Qué importancia le dais a la puesta en escena?
Nos importa mucho que el público que asiste regrese a casa satisfecho con el show que fueron a ver. Sabemos lo que significa ir a ver a una banda, el esfuerzo y dinero que inviertes en eso. Desde esa perspectiva, nos gusta crear el show desde la elección de los temas y las interacciones con el público, que son siempre un asunto al que le damos especial importancia. Creemos mucho en el trabajo en equipo y el surrealismo del instante común, creemos en el “ridículo” público. La meta siempre es sorprender a la audiencia y lograr entre nosotros la energía necesaria para poder gritar, correr y brincar en el escenario.

El público español os ha conocido con “Caballeros de albedrío”, pero antes publicasteis tres álbumes más. ¿Cómo los valoráis con la perspectiva del tiempo?
Toda la música que hemos creado es parte de nuestra evolución como músicos, hemos intentado que ninguna pieza tenga nada que ver con la otra y ese ha sido siempre el reto. El primer epé fue un ensayo, nuestra autodeterminación nos llevó a hacer ese disco con dinero que ahorramos vendiendo camisetas de la banda, era una meta a conquistar solo por lo que representaba para nosotros, y la música estaba aún muy emparentada con lo que escuchabamos entonces: punk californiano y bandas emo de la movida de 1996. Después de eso, comprendimos que podíamos lograrlo y que teníamos ganas de seguir haciendo música diferente. La decisión de ser un grupo instrumental nos colocó en el lado incómodo de la composición musical, no queremos usar las mismas fórmulas en nuestras piezas todo el tiempo, tenemos que ir mutando, salirnos de la zona de confort para poder hacer música que nos sorprenda, sobre todo, a nosotros mismos.

Os gusta ocultar vuestra identidad. ¿Por qué? ¿Es un homenaje a The Residents?
Lo que buscamos es recordarnos a nosotros y al público que “Tú cara no importa, importas tú”, que no es tu religión, tu preferencia sexual, o tu dinero lo que te hace un ser humano. Detrás de esas máscaras podría estar cualquiera.

“Caballeros de albedrío” está dividido en dos partes. ¿Es una muestra de todas las facetas de Austin TV?
Sí, por ahora es el disco más completo que hemos hecho, y también el más complejo, con variaciones en la instrumentación. La idea era crear un álbum que tuviera dos sonidos opuestos y que por momentos dudaras de si lo había creado la misma banda al mismo tiempo. Meme [Café Tacvba], nuestro productor, fue una parte importante en el desarrollo del disco.

Hacéis temas instrumentales, usáis la electrónica, y se nota que habéis escuchado punk, space rock o psicodelia. ¿Cuáles son vuestros referentes sonoros a la hora de trabajar?
Cada uno tiene un mundo en su reproductor de mp3, pero sí hay bandas que nos gustan a todos y que nos ponen a cantar en cuanto las escuchamos. Nos recuerdan siempre al inicio de Austin TV, cuando estabamos todos muy metidos en la movida del punk californiano y los inicios de la música hardcore, emo e indie. Ahí es donde crecimos y en donde nos conocimos, siempre estaremos emparentados a ese momento de nuestras vidas. Ahora, diez años después, cada uno de nosotros tiene gustos distintos y eso es lo increíble de este momento, el trabajo en equipo con una sola meta en común, la música.

Grabasteis “Nos vamos juntos” (Jaguares) en un disco tributo. ¿Os sentís parte de la tradición rock mexicana? ¿Con qué grupos de vuestro país sentís conexión musical?
Apenas estamos a punto de entrar en la tradición de rock mexicana, pero no entraremos como nuestros antecesores. Tal vez sea una nueva tradición la que encabezamos junto a algunas otras bandas de nuestra generación. Sentimos conexión con todos los proyectos que estén creados con pasión y riesgo, pero no hacemos distinciones regionales, la música nos gusta o no, sea de donde sea. Nos consideramos, eso sí, muy afortunados de estar creando junto a muchos otros artistas mexicanos, nuevas formas de mostrar lo que hacemos, abriendo nuevos foros y espacios dedicados a lo que hacemos, algo que era imposible de imaginar hace diez años. Estamos creando una plataforma sólida para los artistas del futuro, y eso es muy emocionante.

Músicos mexicanos como Carla Morrison, Torreblanca y otros se han manifestado abiertamente a favor del movimiento «Yo soy 132». ¿Cuál es vuestra postura al respecto y qué pensáis de las últimas elecciones que ha ganado el PRI?
Hemos seguido el desarrollo del movimiento desde el inicio y es emocionante, creemos que en algún momento lograremos organizarnos en un nuevo sistema político y económico justo y progresista, este tipo de movimientos son los primeros pasos. No creemos que tenga que haber un lado u otro al mando, en realidad no nos sentimos plenamente identificados con nuestros políticos, ni con el sistema económico en que vivimos. Sin embargo, como grupo no hacemos públicas nuestras preferencias políticas, porque todos opinamos de manera diferente.

Esta gira supone vuestro primer intento serio de acceder al público español. ¿Creéis que es fácil, teniendo en cuenta que son pocos los grupos mexicanos que han logrado cierto reconocimiento?
Estamos muy emocionados, y también nerviosos. Sabemos que no es sencillo, pero como dice un buen amigo: “Los tipos más peligrosos serán siempre los que no tienen nada que perder”, y nosotros no tenemos absolutamente nada que perder, todo será ganancia desde el primer momento en el que pisemos España. Visitar este país hermano dos veces en el mismo año para nosotros ya es demasiado bueno para ser verdad. Haremos nuestro mejor intento y usaremos nuestras armas secretas.

¿Hay ya planes para un nuevo disco?
Sabemos que tenemos que hacerlo pronto, pero por ahora no vemos cuando llegará el momento de detenernos con la promoción de “Caballeros del albedrío”. Tenemos casi un mes de gira por España en septiembre. En octubre y noviembre haremos una gira por México y descansaremos en diciembre. Durante las vacaciones todos sabremos si ya tenemos suficientes ideas nuevas para hacer un disco. Siempre nos ha gustado tomarnos nuestro tiempo, esperamos no tardar tantos años en sacar algo nuevo, pero si así sucede, está bien. Apostamos más a la duración en el tiempo de lo que hacemos y no en la altura que alcance nuestro éxito.

Gira española de Austin TV:
Septiembre 2012
Viernes 7: Le Club (A Coruña)
Sábado 8: Vigo (Sala por confirmar)
Jueves 13: I’m Gallery. Show especial + expo (Madrid)
Viernes 14: Sidecar (Barcelona) Artista invitado: Gabriel y Vencerás
Sábado 15: Hor Dago! Jardín de Falerina Lorategia (Vitoria)
Jueves 20: La Lata de Bombillas (Acústico al Café 16 h.)
Jueves 20: Sala López (Zaragoza)
Viernes 21: Siroco (Madrid) Artista invitado: Wilhem and the Dancing Animals
Sábado 22: La Matriz Creativa (Cartagena)

 

 

«Hay una nueva generación de música en México y me encanta ser parte de ella, ya era hora de que el país renaciera musicalmente, ofreciendo otro tipo de opciones» (Carla Morrison)

CARLA MORRISON: A SU MANERA

Con su primer álbum, “Déjenme llorar”, la joven cantautora de Tecate se ha convertido en un auténtico fenómeno en la escena musical pop mexicana, y ha logrado llegar a lo más alto de las listas de ventas sin contar con el apoyo de los medios masivos y trabajando de manera totalmente independiente.

Ha hecho historia en México, al convertirse en la primera artista de la escena indie que se sitúa durante varias semanas consecutivas en el primer puesto de las listas de ventas. La joven cantautora Carla Morrison lo ha logrado con un disco titulado “Déjenme llorar”, que ha cautivado al público pese a no contar con el apoyo de los medios ni estar editado por un gran sello discográfico. «¡Creo que la gente esta encantada con mi proyecto porque soy muy del pueblo!», comenta. «Trabajo con compañías completamente independientes, no soy una top model pop star, muestro mis tatuajes y a veces digo groserías. Soy muy normal, y mis letras hablan de lo que puede sentir cualquier persona. Creo que eso es lo que le gusta a la gente. Pero la verdad es que no esperaba que me fuera tan bien».

Sobre todo, porque siempre ha tenido claro que prefería trabajar por su cuenta. «Me gusta hacer las cosas en casa y de manera hermosa, natural, orgánica. Todas las disqueras se me han acercado, y a todas les he dicho que ‘No, gracias’. La verdad es que prefiero hacer las cosas a mi manera, me siento más a gusto y más feliz».

Las redes sociales han jugado un importante papel en la difusión de su trabajo, así como la labor de distribución realizada por Intolerancia Records, uno de los sellos independientes más importantes del país, o el apoyo de una artista reconocida como Natalia Lafourcade. «Soy fan suya desde que publicó ‘Las 4 estaciones del amor’ (2007), y la he seguido con mucha atención», reconoce Carla. «¡Luego sacó ‘Hu Hu Hu’ (2009) y me gustó aún mas! A ella le había interesado mi primer epé, ‘Aprendiendo a aprender’ (2009), y me propuso producir el siguiente. ¡Fue increíble! Aparte de ser una gran artista, Natalia es una persona con un enorme corazón y mucha inspiración. Aprendí mucho de ella».

Aunque no cuenta con distribución en España, “Déjenme llorar” está disponible en la plataforma digital Spotify, donde se puede comprobar el talento de una vocalista y compositora con conexiones folk (hay quien ha establecido paralelismos con Russian Red), pero de influencias muy variadas. «Me gusta de todo, pero si tengo que escoger nombres que me marcaron, son los de Patsy Cline, Beach Boys, The Beatles, Rocio Dúrcal, Karina, Ramón Ayala, Buena Vista Social Club o Radiohead».

Probablemente, en esa mezcla entre tradición pop anglosajona y referentes hispanos esté la clave de su éxito, y también el factor que la diferencia claramente de Lourdes Hernández (dejando aparte, aunque no carezca de importancia, que Carla Morrison canta en castellano, buscando una comunicación más directa con su público), ya que incorpora a su repertorio y su modo de enfocar la canción un elemento emocional íntimamente relacionado con la ranchera. «¡Claro que sí! Y más teniendo en cuenta que yo viví seis años en Phoenix (Arizona). Creo que la gran melancolía y añoranza que sentí por mi tierra se metió en mi música».

Su caso quizá sea el más llamativo, pero no está sola. La acompañan otros artistas como Juan Cirerol o los también cantautores Andrés Landón y Juan Manuel Torreblanca, que no por casualidad han sido los productores de “Déjenme llorar”. «Hay una nueva generación de música en México y me encanta ser parte de ella, ya era hora de que el país renaciera musicalmente, ofreciendo otro tipo de opciones».

Muchos de los integrantes de esa generación han optado también por entrar en el debate político del país, apoyando movimientos como “Yo soy 132” o manifestando su opinión tras las últimas elecciones, en las que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, ha sido proclamado presidente. «Es triste, pero no solo porque haya ganado. Él no es el problema completo. El problema es que fue un fraude. Me atrevo a decirlo porque el día de las votaciones, con el 3% escrutado, la cadena de televisión más importante del país, que fue parte de su campaña, ya estaba declarándolo presidente. No lo eligió el pueblo, se compraron los votos de la gente más pobre. No es correcto, pero entiendo la necesidad de alimentar a sus familias».

Sin embargo, y aunque ella lo hace, no cree que sea obligación moral de las figuras públicas pronunciarse políticamente. «Además de músicos, tambien somos seres humanos, y si alguien prefiere no entrar en estos temas, está bien, todos somos iguales. Pero yo no descarto la idea de que si se puede hacer, es bueno, y ayudaría mucho, aunque cada cual es libre de decidir». Otra cosa en la que coincide con Russian Red, aunque se sitúe en su extremo ideológico opuesto.

 

 

«Alguien en Guadalajara me dijo que sonaba como el primer elepé de Dylan. Y luego me pasó lo mismo en otras ciudades. Fue cuando decidí escucharlo, y me gustó mucho, sobre todo su etapa eléctrica» (Juan Cicerol)

JUAN CIREROL: DE LAS TAQUERÍAS A LOS ESCENARIOS

A finales del año pasado, el singular cantante mexicano publicó “Haciendo leña”, un jugoso álbum que le ha permitido tocar en festivales como el South by Southwest (Austin) o Vive Latino, y que le ha convertido en uno de los artistas con mayor proyección en la escena musical del país centroamericano.

En el principio fueron el noise, el punk y el hardcore, los estilos que, como buen adolescente enrabietado, practicaba Juan Cirerol con Cancer Bullets, su primera banda. En 2008 ya había decidido trabajar como solista, y dos años después editó “Nomás sirvo pa cantar”, firmado como Juan Cirerol y Los Primos del Norte y distribuido únicamente por internet y en las actuaciones. También en 2010 grabó “Ofrenda al Mictlán”, su debut como solista y el inicio de una trayectoria que comenzó, por causas de fuerza mayor, en los establecimientos de venta de tacos. «La decisión fue más sencilla de lo que podría parecer. Simplemente, opté por no hacer otra cosa que no fuera tocar la guitarra, pero tenía que comer y sobrevivir, asi que pensé que si no tenía forma de actuar en escenarios, lo haría en uno improvisado», explica el joven cantautor oriundo de Mexicali (Baja California).

Aquello ya es parte del pasado. Hoy es fácil verle tocando en festivales como South by Southwest (Austin, Estados Unidos) o Vive Latino (México DF), donde triunfa con las canciones de “Haciendo leña”, el primer disco suyo que se ha distribuido de manera normalizada, de la mano del sello independiente Intolerancia Records. «Ofrenda al Mictlán’ lo publicó un colectivo llamado Vale Vergas, que se formó para sacar el álbum y ahora se ha convertido en un proyecto más grande, que edita otros vinilos. Con Intolerancia he tenido mucho apoyo. Para mí, es el sello mas importante de México. Su trabajo lo demuestra, no tengo que decirlo yo. Al grabar el disco con ellos, he podido aprender muchas cosas, y me he divertido mucho en los showcases a los que me han invitado».

Asistir a un concierto de Juan Cirerol supone encontrarse con un tipo aferrado a una guitarra acústica y una armónica, una versión pervertida de Bob Dylan. «Cuando grabé mi primer disco solo sabía que era un personaje histórico y que le dió marihuana a The Beatles. Pero alguien en Guadalajara me dijo que sonaba como el primer elepé de Dylan. Y luego me pasó lo mismo en otras ciudades. Fue cuando decidí escucharlo, y me gustó mucho, sobre todo su etapa eléctrica».

Cirerol actúa vestido de negro, como otro icono de la música estadounidense: Johnny Cash. «Es fácil verlo. Lo curioso es que mi abuelo, que debe tener ochenta y trés años, lo escucha más que yo. Pero me dio la idea de unir la música norteña [género folclórico popular mexicano] con el country. Empecé a asimilar a Cash y a mezclarlo con el estilo típico de esta región».

Así nacieron lo que algunos ya denominan como anarco-corridos. «Un amigo mío llamado Txema Novelo, que fue quien se empeñó en que grabara un disco y ponerme en la escena, fue quien llamo así a mis corridos, porque dice que siempre hay algo de anárquico en ellos».

Cirerol ha conectado con facilidad con los jóvenes en su país gracias a su descaro y a unas canciones que hablan de aventuras nocturnas, relaciones de pareja y flirteos con el lado salvaje. Temas como ‘Clonazepam blues’ o ‘Metanfeta’ son coreados en sus shows por un público que también celebra su versión de ‘Se vale soñar’, un tema de Tigrillo Palma que dice: «Quisiera que cuando llueva / En vez de agua, cayera perico / Y que corriera cerveza, tequila por mar y ríos / Que en los jardines hubiera / En vez de rosas, claveles o lirios / Matitas de marihuana / Coca y opio, ¡Qué bonito!» Lejos de resultar polémica, la canción (que también aboga por la desaparición de los cárteles de la droga) triunfa porque, como afirma Cirerol, «es el sueño de todo mexicano». Y quizá el de mucha otra gente.

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