Luciérnagas, de El Hombre Garabato

Autor:

DISCOS

«Seis hermosas y luminosas canciones, plagadas de sutilidad y sugerencias»

 

El Hombre Garabato
Luciérnagas
AUTOEDITADO, 2019

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Tras Demonios y Aullidos —que fue motivo de una entrevista de Juanjo Ordás, productor de esta nueva obra junto a Pablo Sánchez—, El Hombre Garabato presenta el tercer volumen de una trilogía que ha recorrido paisajes de amor, deseos y sensaciones. A pesar de tener solo seis canciones y, por tanto, considerarse un minielepé, también podríamos pensar que es un mismo disco en tres momentos. En el fondo, no importa tanto; simplemente nos han entregado seis hermosas y luminosas canciones, plagadas de sutilidad y sugerencias.

Cinco hermosas canciones, mejor dicho, y una excepcional, porque “De repente” es la viva muestra de cómo tres minutos de notas y palabras pueden enamorar, ser una caricia para el alma, contar una historia que se sostiene no solo porque el contenido está sentenciado por la sensibilidad de las sugerencias, sino porque la arquitectura sonora que la sostiene también tiene significado. Una historia de infidelidades —que son destrozos sentimentales, pero también ilusiones— con una excelente melodía, una interpretación que transmite sin forzar, arreglos delicados y un violín final que pone los pelos de punta. Toda la tradición melódica hispana de los 70 se ha reconvertido en una de las mejores canciones del año.

Hay más detalles de calidad. Comienza el disco con una guitarra cruda y un riff envolvente en “Un faro en la niebla”, hay fuerza y diseño compacto en “Un instante”, hay pequeños sortilegios instrumentales en esa engrasada máquina pop que es “Qué puede pasar” y, sobre todo, en “Está bien”, existen los vientos, una trompeta que al final se queda sola en oxigenado monólogo y abre un collage distraído y confuso —como el “Revolution 9” de The Beatles—, que desaparece y concluye con la luminosidad de nuevo de la trompeta.

Orgullosamente autogestionados, el grupo de Granada ha conseguido completar la trilogía. Calibrando las dosis a cada entrega, potencian así el contenido lírico y la selección de lo más granado de sus canciones hasta llegar a fundirse en esa estela de grandes banda de Granada, desde Los Ángeles hasta 091, con quienes han colaborado. Y lo hacen con el disco más luminoso de la trilogía, con más esperanzas de vivir. No puede haber mejor cierre ni mejor salida.

Anterior crítica de discos: Live at Woodstock, de Creedence Clearwater Revival.

 

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