Libros: «Cuerpo a cuerpo. Radiografías del cine contemporáneo», de Domènec Font

Autor:

«Que es un excelente libro lo demuestra el hecho de que uno tiene la absoluta necesidad de ver cada una de las películas que cita; así que es imprescindible para cualquiera que sienta un mínimo interés por el cine»

Domènec Font
«Cuerpo a cuerpo. Radiografías del cine contemporáneo»
GALAXIA GUTENBERG

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.
 

 

La facultad de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra se encuentra en la calle Roc Boronat de Barcelona. Se trata de un edificio sobrio de color rojo que se abre cerca de la Diagonal, cuando esta enfoca ya el mar en lo que antaño fue el Manchester catalán y hoy en día es el distrito 22@, una extensa área que el ayuntamiento quiere que se convierta en un vivero de empresas de tecnología punta. Convive pues con cadenas de televisión y multinacionales informáticas. Cada mañana, hasta su muerte hace poco más de un año, acudía allí a su cátedra de Teoría e Historia del Cine Domènec Font, con su amplio bagaje en el medio como ensayista o productor. Poco después de que ofreciera su estudio a la editorial, le asaltó la enfermedad que provocó su fallecimiento, así que este volumen sobre el cuerpo en el cine contemporáneo –contemporáneo significa producido desde los años ochenta– fue una doble lucha, dos soledades: sesiones de quimioterapia conviviendo con reflexiones aisladas.

El tono general es de erudición, de sesuda y trabajada erudición, pero ello no debe asustar al lector de EFE EME. Cierto es que despliega películas y apunta su conexión con la historia de la filosofía; Platón o Hegel están detrás de la imagen en el mundo moderno –amén de referencias literarias, plásticas o musicales–; sin embargo no resulta en ninguna medida farragoso, las páginas en las que conecta a Tarantino y Nietzsche poseen tal magnetismo que el lector no puede evitar un suspiro de satisfacción cuando cambia de capítulo. Por lo demás, las más de quinientas cuartillas a las que nos hemos de enfrentar son un jardín en el que seguro que encontramos flores de nuestro agrado.

Seguramente el catedrático maneja cientos de películas, con mayor o menor extensión en sus apuntes. Vayamos, como ejemplo, a las mías. De la primera parte, pelis de zombies y monstruos, «La invasión de los ladrones de cuerpos» como estudio sobre la identidad y alegato político; entre las que tienen capítulo propio, «Blade Runner», un Spielberg  analizado en conexión con la filosofía clásica, Tim Burton y la máscara o «El resplandor» expuesta muy a lo largo. Todo ello imbricado con apuntes sobre la música de las películas o argumentos contra la producción de efectos especiales. Que es un excelente libro lo demuestra el hecho de que uno tiene la absoluta necesidad de ver cada una de las películas que cita; así que es imprescindible para cualquiera que sienta un mínimo interés por el cine. Que no es nada farragoso lo demuestra el hecho de que, pese a la enfermedad de su autor, en la obra hay verdadera vida.

Anterior entrega de Libros: “El ritmo perdido”, de Santiago Auserón.

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