La otra vida: Twanguero, un marinero a las seis cuerdas

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«Estamos haciendo los ensayos generales de la vida del futuro»

 

El coronavirus pilló a Diego García, «Twanguero», en Los Ángeles, donde vive hace un tiempo. Decidió permanecer allí aunque con algunos cambios: su casa, ahora, es un barco. Por Arancha Moreno.

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

A la deriva no anda, pero sí mecido por las olas. Hace unas semanas que Diego García, «Twanguero», cambió los pilares de su casa en Venice Beach por un barco en la localidad de Marina del Rey, cerca del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Allí vive, trabaja y graba su música desde que el coronavirus desplegó sus contagiosos tentáculos en modo pandemia. Diego ha cancelado su gira por España, Canadá y Estados Unidos, y un atractivo mes en la India; aun así, continúa grabando para publicidad y otros proyectos. Tal vez ahora mire desde un ojo de buey, reflexionando sobre los vaivenes de la vida mientras sus dedos ágiles derrapan por las seis cuerdas. Quizá la vida pirata, guitarra mediante, sea la vida mejor.

 

En España se decretó el estado de alarma el 14 de marzo, días antes de que se complicase la vida en Los Ángeles. ¿Quién te contó lo que estaba pasando en España, y cómo lo encajaste?
Siempre estoy al tanto de lo que ocurre en España, ya sea por familiares o amigos. Dedico un rato todos los días a informarme de lo que ocurre, tanto en la vida normal como en el ambiente musical.

 

¿Cuándo se volvió tensa la situación en Los Ángeles, y qué medidas os han impuesto allí?
A los dos o tres días de que se anunciara el estado de alarma en España el gobernador de California tomó las riendas del asunto y aconsejó a todo el mundo quedarse en casa y evitar contacto. En ningún momento se ordenó el confinamiento, simplemente se aconsejó y la verdad es que está tranquila la situación. El distanciamiento social es muy común aquí, no es como en España o Italia. Aun así, las primeras semanas fueron complicadas en los supermercados, farmacias. Hubo mucha tensión.

 

¿En qué momento profesional te pilló la crisis del coronavirus? ¿En medio de una gira, una grabación, componiendo…?
El día que se anunció en España estaba grabando una nueva versión de “Bella ciao” para la conocida serie de Netflix. Y esa semana grabábamos el videoclip del estreno del nuevo disco, Carreteras secundarias vol. 2.

 

¿Qué cosas has tenido que cancelar por culpa del COVID-19?
La verdad, muchas. Este era un año que se perfilaba con mucha actividad. Verano con conciertos en España, Canadá y EEUU. El club donde toco una vez por semana en Woodland Hills, otro mes en la India, donde ya estuve el año pasado… Además, tengo un mánager aquí y otro en Europa (Javier Vacas) y los dos trabajan muy bien. Se han caído bastantes cosas.

 

A nivel personal, ¿cómo estás combatiendo esta situación de encierro? Me refiero tanto a tu actitud, que quizá haya ido cambiando a lo largo de las semanas, como a las herramientas.
Como todo el mundo, imagino. Las primeras dos semanas estuve muy preocupado. No tenía claro qué hacer, si volver a Madrid o quedarme en California a verlas venir. Pero tengo toda mi vida hecha aquí, muchas guitarras, amplificadores, el home estudio, discos, mi compañía de publishing, la compañía de discos, el proyecto Kosmik Band, mi novia. Fueron unos días extraños, muchos españoles salieron por patas. En un momento mi mente se aclaró por completo y decidí quedarme. Arreglé bien mi situación de seguros médicos y me encerré hasta que se empezara a calmarse todo. Por suerte sigo teniendo trabajo. Grabaciones online, mis colaboraciones con Playing for Change… Lo único que me faltaba era solucionar el tema de la vivienda. Estos últimos dos años estuve vivendo en Venice Beach y la verdad es que sin los ingresos de mis cinco o seis conciertos mensuales se me haría cuesta arriba. Como por arte de magia, un amigo me dijo que un tipo vendía un barco en Marina del Rey, pegado a Venice. El muchacho en cuestión estaba pasando por un momento económico jodido y se lo compré por un precio muy bajo. Tiene todas las comodidades para vivir y puedo grabar y tocar a cualquier hora.

 

En lo creativo, ¿te inspira o te paraliza esta situación? ¿Ha germinado alguna canción, o algún brote de canción?
Para el momento creativo en el que me encuentro ahora, la verdad es que sí me inspira. Aquí en Los Ángeles paso mucho tiempo en casa, trabajando en mi música muchas horas. Me puedo tirar dos días creando texturas con capas de guitarras para una música de meditación o una escena determinada, así que esta situación de novela de Asimov me puede ayudar para crear cosas mas abstractas.

 

¿Qué libro, qué disco y qué película y/o serie te han hecho más llevadero el confinamiento?
Llevo varios libros al mismo tiempo. Uno es la autobiografía de Ennio Morricone In his own words, está muy bien estructurada y el hecho de que sea como una entrevista le da agilidad. Es increíble como describe su proceso creativo y al mismo tiempo respeta el rigor y el compromiso con la escuela compositiva de la que proviene. Es muy académico, pero no trasmite eso en sus bandas sonoras. También The study of counterpoint de Alfred Mann, que lo uso como manual diario de estudio, y All the pretty horses, de Cormac McCarthy. Al ser en inglés, siempre voy un poco mas lento, pero leer a los grandes novelistas americanos en su idioma es una pasada. Y estoy reescuchando cosas de mi adolescencia, vinilos de Ry Cooder, Jeff Beck y Alchemy de Dire Straits. Series no veo.

 

En esta situación tan inesperada y crítica, ¿qué conclusiones estás sacando de nuestra sociedad, y de ti como individuo?
A nivel social hemos visto lo importante que son los servicios públicos y que, como sociedad, tendremos que cuidar especialmente la sanidad en los tiempos venideros. Definitivamente, estamos haciendo los ensayos generales de la vida del futuro. También me dieron esperanza las muestras de solidaridad que se vieron esos días. Aquí mucha gente me ayudó, y mira que yo era un español en Los Ángeles en el momento del estallido. A nivel personal tengo mis altibajos, pero realmente no me puedo quejar porque, aunque suene a tópico, una vez más la música me está salvando.

 

Vuestro sector va a sufrir las consecuencias de esta crisis durante largo tiempo, porque pasarán meses hasta que vuelvan a organizarse conciertos. Parece que será de las últimas actividades en volver a reactivarse, y hay especialistas que creen que no se producirá hasta otoño de 2021, incluso. ¿Cuál es tu postura ante este tipo de informaciones?
Hay sobredosis de información y opiniones estos días. Yo creo que nadie tiene ni idea de cómo afrontar esta situación ni cuál va a ser el escenario dentro de 48 horas, imagínate hablar de otoño de 2021. Estamos improvisando todos. Es como si Miles Davis me invita a tocar en un sueño. Pues le echo coraje y subo al escenario.

 

¿Cuál fue el último concierto que diste, y cuál el último que viste como público?
Toqué en San Pedro CA el 8 de marzo. Como público, vi a Melody Gardot aquí, en Los Ángeles.

 

¿Estás trazando algún plan profesional para cuando empiece a escampar esta tormenta?
Sí, ahora habrá que ponerse las pilas por si llega a ser larga nuestra vuelta a los escenarios. Justo en febrero comencé con mi nueva web, Casa Twang, donde lanzaré contenidos didácticos y clases online. Creo que puede ser una opción interesante. No soy un artista muy conocido en el mundo, pero los amantes de la guitarra en muchos países me siguen, así que veo por ahí una salida momentánea. También está el tema de la publishing en Los Angeles. Hay mucha demanda para televisión o anuncios, y van cayendo cosas de vez en cuando.

 

En el plano personal, ¿qué piensas hacer cuando todo esto pase?
Vivo en un área donde la espiritualidad, el veganismo, el extremo respeto por la naturaleza y todas estas cuestiones están muy establecidas, con mayor o menor fortuna. Tampoco es que me haya convertido a nada de esto, pero sí siento un giro en mi forma de ver las cosas. No hay nada de malo en practicar meditación o estar comprometido con nuestro entorno natural, que es como se piensa aquí. Cuidar lo local.

  

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