La guapería, de Zenet

Autor:

DISCOS

«Zenet es el bolero. Un bolero puro, rescatado de las radios de las abuelas, buscando una sonoridad y un timbre de esos que ya no se dan»

 

zenet-la-guaperia-11-03-19

Zenet
La guapería
EL VOLCÁN MÚSICA, 2019

 

Texto: César Prieto.

 

Uno escucha La guapería y entiende que Zenet es el bolero. Un bolero puro, rescatado de las radios de las abuelas, buscando una sonoridad y un timbre de esos que ya no se dan porque lo latino, por lo menos lo que se difunde masivamente, está ocupado por máquinas. No es que los experimentos sean inválidos, la electrosamba puede estar bien. Los experimentos de Corcobado, por poner otro extremo, seguro que lo están, pero a veces se agradece recuperar una esencia que no sería bueno que se difuminase.

Zenet es el bolero, en primer lugar, porque se ha dedicado a rebuscar entre antiguos cancioneros a los grandes compositores, de Miguel Matamoros a Osvaldo Farrés, y ha escogido, como quien escoge las perlas más raras, sus canciones menos obvias, para que todo parezca nuevo y fresco, excepto que seas un desgustador completista. Y en segundo lugar, porque se ha rodeado de unos músicos excepcionales, los mejores, traídos en ocasiones desde el otro lado del Atlántico. No sabe el lector lo que apetece escuchar agrupaciones como las de antes, completas, en las que el violín y los vientos se alían para crear sonoridades cálidas y airadas al mismo tiempo.

Mucho más habaneras que mexicanas, más Benny Moré que Los Panchos, sus versiones se llevan adelante con estéticas variadas, que girando alrededor de un eje central adoptan arreglos de diferente textura que las alejan de la uniformidad. Hay un apartado cercano al son, boleros más animados como “Estás equivocada” o “Montuno Demasiado” —con el nombre paga—, un puro tumbao que se acerca al homenaje con algunos guiños. En la parte contraria, canciones que se sostienen sobrias, con solo un instrumento: el piano en “Es tan difícil” —puro Bola de Nieve— o “No te empeñes más”, en que a la guitarra se le van añadiendo poco a poco crecientes de sonido.

Hay estructuras que recuerdan a otros boleros. Al fin y al cabo, los patrones son los mismos. “Demasiado” una composición de Zenet y los integrantes del grupo, tiene el inicio de “Se te olvida”, y “Borrasca” recuerda en algún fraseo a “Sombras”. Ambas las cantaba Javier Solís. Hay también instrumentaciones a lo grande en “Ansias locas”, “Tu no, yo sí” y “La palabra fin”. Y el cúlmen de todo es “Imágenes”, que añade a los vientos la tensión emocional del violín.

Y un par de recitados, décimas del poeta cubano Alexis Díaz Pimienta, como prólogo y epílogo, que ponen en el escaparate cuál es su mundo: listado de boleristas, La Habana, incidir en lo lírico. Zenet, recitan, «parecen sacados de antiguas fotografías», traen aromas de sentimientos pasados. Y es que avanzar, en música, es importante, pero la música es mucho más que avanzar.

Anterior crítica de discos: Autoficción, de Las Odio.

 

novedades-marz-19

 

Artículos relacionados