La gran esfera, de La Casa Azul

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DISCOS

«Milkyway vuelve a callar las bocas de aquellos que afirmaban que La Casa Azul era un producto con fecha de caducidad»

 

La Casa Azul
La gran esfera
ELEFANT, 2019

 

Texto: Juanjo Ordás.

 

Poco queda ya del proyecto totalmente naif que iniciara Guille Milkyway a finales de los años noventa. Diecinueve años han transcurrido desde El sonido efervescente de la casa azul (2000), aquel en el que Milkyway se escondía tras un ficticio grupo de jóvenes pizpiretos para hablarnos de amor pubescente. Y personalmente me alegro de su crecimiento, porque lo que antes me daba igual, me ha acabado resultando muy respetable. Este La gran esfera (2019) llega tras ocho años de parón en los que se ha asentado como productor y escritor de confianza de Fangoria, entre otras labores como su trabajo como Lázaro de Nino Bravo (sí, me he puesto bíblico). Y, si bien, el concepto ha variado a lo largo del tiempo, lo que no cambia son las ideas frescas del compositor a la hora de aportar nuevos sonidos a los discos de La Casa Azul, así como elaboradas letras.

El disco se nutre de temas del más diverso calado, yendo desde “Hasta perder el control”, que bien podría ser la cabecera de un anime japonés, hasta temas mucho más bailables como el que lo abre, “Podría ser peor”, o “El colapso gravitacional”. Como siempre, esto no es apto para aquellos que gusten de lo analógico y crudo, está repleto de programaciones y demás tecnología. De hecho diría que no es ni apto para mí, pero, lo dicho, este hombre se merece un respeto. Además, te lees o ves cuatro entrevistas con él y cae mejor que bien. De hecho, Milkyway vuelve a callar las bocas de aquellos que afirmaban que La Casa Azul era un producto con fecha de caducidad y, lo dicho, con La gran esfera evoluciona hacia una nueva versión del proyecto en la que se permite hablar de hijos y otras “cosas de adultos”.

Anterior crítica de discos: 99 cent dreams, de Eli Paperboy Reed.

 

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