La Columna Metálica: El diablo que conoces

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Una sección de JUANJO ORDÁS.

Todos los aficionados al metal, incluso al rock, saben que prácticamente todo lo que BLACK SABBATH grabaron sin Ozzy Osbourne como vocalista fue mediocre. Pero igualmente, todos los aficionados al metal, incluso al rock, saben que existe una excepción a esta norma: La etapa junto a Ronnie James Dio. Proveniente de los Rainbow de Ritchie Blackmore, el vocalista insufló vida nueva a Black Sabbath, orientándoles hacia las nuevas corrientes de heavy metal y, por ende, hacia el sonido de sus propios hijos, aquellos que vieron en la banda de Birmingham un ejemplo a seguir. Los años junto a Dio produjeron tres discos en estudio esenciales: Heaven and hell, Mob rules y Dehumanizer (el álbum que los reunió a principios de los años 90). Tres obras de rock metalizado y ciertamente góticas y románticas. Con el paso del tiempo, lo que ayer era musicalmente duro e inadmisible para la culta realeza del rock and roll, hoy se considera «classic rock» a nivel mundial y, por lo tanto, respetable. Por ello es interesante acercarse a los citados discos del cuarteto con ganas e ilusión, sin prejuicios metaleros, preparado para sumergirse en rock de orfebrería, de cuidados (y poderosos) riffs, de rock and roll puro, mitológico en ciertos aspectos pero que a día de hoy sigue sonando perfactamente valido.
Son precisamente estos Black Sabbath, con Dio como vocalista, Geezer Butler al bajo (impresionante poeta de las 4 cuerdas. Se le puede ver en la foto), Vinnie Appice a los parches y Tony Iommi (guitarrista e indiscutible líder), los que están listos para editar un nuevo trabajo. Tras la gira de reunión de los dos últimos años y rebautizados como HEAVEN AND HELL (mejor evitar tribunales), el cuarteto editará en breve The devil you know, cuarto disco en estudio de la formación. Y podemos hablar ya del disco de metal del año. ¿Por qué?, porque los trabajos que ha editado Iommi en solitario en los últimos diez años son sublimes, un muestrario de cómo hacer canciones de rock duro universal y con convicción más allá de los cincuenta años. Porque Dio conserva su operística voz en estado de gracia. Y porque en directo han demostrado haber aumentado –aún más– su poder.

Como ya comentámos en su día, los brasileños SEPULTURA acaban de editar A-Lex  Steamhammer/SPV), un disco conceptual basado en La naranja mecánica, aunque tomando como referencia el libro de Anthony Burguess y no tanto la película de Kubrick. Y sí, la idea resulta de lo más pretenciosa. ¿Por qué intelectualizar tanto el metal? Bien es cierto que a nivel temático nunca está de más avanzar en un género tendiente a la repetición, pero las referencias literarias, especialmente a nivel conceptual, parecen encajar a presión en un entorno tan visceral. Y es eso lo que no acaba de funcionar en A-Lex, pues dificilmente es Sepultura la banda adecuada para registrar la banda sonora de una obra tan compleja. Seamos claros, hoy día el grupo brasileño parece estar más cerca de Black Flag que del metal puro y duro. Revisitar sus raízes folclóricas dio buen resultado, revisar su sonido tampoco ha sido mala idea. El problema es el concepto. Y una vez dejada de lado la iniciativa educativa del combo, hay que reconocer que las canciones son buenas per se, que Derek Green es un vocalista de gran empaque y que la violencia que contiene su nueva creación es lo suficientemente adrenalínica como para someter a sus fieles sin que se quejen. Eso si, la portada feísima.

Según Duff McKagan, VELVET REVOLVER ya han escogido a un nuevo vocalista, el sustituto del expulsado Scout Weiland. Un nuevo capítulo en el culebrón de un grupo que jamás obtuvo credibilidad como tal, asediados por el estigma que gobierna a toda banda formada por figuras reconocidas en aventuras previas. Slash y Duff parecen dos tipos especializados en juntarse con vocalistas problemáticos (Axl Rose, Weiland), por lo que quien sabe quién habrá sido el afortunado esta vez… ¿Liam Galagher?


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