Denny Laine en 1976, actuando con Wings. Foto: Jim Summaria (Wikipedia).
Denny Laine, multiinstrumentista, cantante y compositor que fue miembro de los primeros Moody Blues y compartió protagonismo con Paul y Linda McCartney en los legendarios Wings, falleció el 5 de diciembre en el hospital de Naples, en Florida, con 79 años.
Texto: LUIS LAPUENTE.
Denny Laine fue uno de esos músicos de larga y fructífera trayectoria que, sin embargo, pasaron casi siempre inadvertidos para el gran público, en la sombra de bandas capitaneadas por artistas de relumbrón, ajenos a las servidumbres de la fama, apenas reconocibles por uno o dos éxitos que, al morir, los medios asocian de soslayo con su figura: hoy, esos nombres que acompañan las necrológicas de Laine son The Moody Blues, Wings, Paul McCartney, “Go now” y “Mull of Kyntire”.
Nacido Brian Frederick Arthur Hines en el archipiélago de las Channel Islands el 29 de octubre de 1944, Denny Laine (un apodo en memoria de su admirado Frankie Laine) empezó su carrera profesional al frente de Denny Laine and The Diplomats, donde tocó la batería su amigo Bev Bevan, luego miembro de The Move y de la Electric Light Orchestra. En 1964, integró los primitivos The Moody Blues, con el flautista y cantante Ray Thomas y el teclista Mike Pinder (de los Krew Kats) y con el bajista Clint Warwick y el baterista Graeme Edge (de los R&B Preachers). Afincados en Londres, ficharon por la discográfica Decca y enseguida encontraron hueco en el mapa del pop de la época con su segundo single, publicado en noviembre del 64, “Go now”, gloriosa revisión de una oscura pieza soul de Bessie Banks, con Laine en la voz solista, que les catapultó hasta el Top 1 de las listas británicas y el Top 10 de las estadounidenses. Se habían convertido en una de esas formidables bandas británicas de rhythm and blues, capaces de alternar versiones pegajosas e intrincadas de piezas negroides con inspiradas producciones propias, originales casi siempre del tándem Denny Laine/Mike Pinder. Pero los Moodies no pudieron revalidar aquel éxito y Laine abandonó el grupo el 1 de octubre de 1966 para formar la efímera Electric String Band y colaborar con Trevor Burton (de The Move) y con los Air Force del baterista Ginger Baker.
Entonces, su camino se cruzó con el de Paul McCartney, que buscaba formar una banda de rock a su medida y encontró el formato perfecto con su esposa Linda en las voces, Denny Laine en la guitarra, Denny Seiwell en la batería y luego el también guitarrista Henry McCullough. Con el nombre de Wings, debutaron en diciembre de 1971 con el álbum Wild life, pero el talento de Laine brilló sobre todo en dos álbumes: Band on the run (1973), donde Wings ya eran solo un trío formado por él y el matrimonio McCartney, y donde coescribió con Macca una canción (“Words”) y compartió voces en otra (“Picasso’s last words”); y Wings at the speed of sound (1976), donde cantó en solitario en el clásico “The note you never wrote” y compuso quizá su mejor canción, “Time to hide”. Además de protagonizar otros momentos gloriosos del legado de Wings (“Spirits of ancient Egypt”, del elepé Venus and Mars, 1975; “Again and again and again”, de Back to the egg, 1979), Denny Laine fue fundamental en la creación de la canción más celebrada de Wings, la memorable “Mull of Kintyre” (1977): «Paul y yo nos sentamos con una botella de whisky una tarde a la puerta de una cabaña en las colinas de Kintyre y escribimos la canción; Paul había escrito el estribillo y a partir de ahí compusimos el resto juntos».
En 1980, Laine publicó el mejor de sus discos en solitario, el álbum Japanese tears, y abandonó la formación de Wings, disconforme con algunas decisiones artísticas y empresariales de Paul McCartney, con quien, sin embargo, volvió a colaborar en los elepés Tug of war (1982) y Pipes of peace (1983). Luego, siguió una errática carrera en solitario, revisitando de cuando en cuando el repertorio de Wings (Wings at the sound of Denny Laine, 1996) y trabajando con el supergrupo de viejas glorias World Classic Rockers.
En 2022 contrajo el COVID, lo que empeoró una dolencia pulmonar crónica (fibrosis intersticial), por la que finalmente murió, después de haber estado conectado a un respirador mecánico en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Florida las últimas semanas.
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