Fabián: La dulce fe en la música

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“‘Estáis muy callados’, dijo Fabián, porque escuchar música y voz durante un concierto sin un karaoke de gritos de fondo se ha convertido en algo extraño, pero mágico a la vez”

 

El leonés Fabián sigue haciendo carretera con su último trabajo, “La fe remota”, con el que llegó el pasado sábado a Barcelona, acompañado de Alfredo González al teclado y Juan Marigorta a la guitarra. A la puesta de largo de “La fe remota” acudió Eva Rodríguez.

 

 

Fabián
Casinet D’Hostafrancs, Barcelona
30 de enero de 2016

 

 

Texto y fotos: EVA RODRÍGUEZ.

 

 

Cuando las letras de las canciones son honestas alcanzan de tal forma al que lo escucha que parece que hablan de alguien muy cercano, de historias que un amigo te ha contado alguna vez o de uno mismo. El último trabajo del músico leonés Fabián lo consigue a la primera escucha.

En el Casinet D’hostafrancs (Barcelona), en un espacio frío, poco acogedor y algo hostil, el cantante afrontaba un concierto presentación en acústico de su último álbum, “La fe remota”. En esta ocasión solo le acompañaban el asturiano Alfredo González al teclado y el leonés Juan Marigorta a la guitarra eléctrica.

Pasados pocos minutos de las nueve de la noche, el público de la ciudad condal desfilaba poco a poco entre las filas de sillas colocadas en esa especie de salón de actos mutante, de grandes dimensiones y en la que muchos se dejaban el abrigo puesto. El ambiente no era muy favorable para un concierto de estas características, pero la atmósfera de la sala cambió al instante al escucharse los primeros acordes de ‘Atardeceres’ (“Adiós, tormenta”, 2009) la canción que eligió el músico leonés para empezar la noche de concierto. Este tema es, según dice, un clásico en su repertorio. “Un clásico mío, claro”, bromeó.

Con esa sencilla puesta en escena y un buen puñado de letras muy cuidadas, el auditorio comenzaba a susurrar las melodías con un halo de vergüenza –se podía reconocer entre los asistentes quién cantaba entre susurros y quién escuchaba en silencio, como si se tratase de un concierto de música clásica–. “Estáis muy callados”, dijo Fabián en un momento dado, porque escuchar música y voz durante un concierto sin un karaoke de gritos de fondo se ha convertido en algo extraño, pero mágico a la vez.

 

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Después le siguió “Herida y cicatriz’ (“La fe remota”, 2015) con Marigorta y González acompañándole a los coros. Una canción bidimensional, como lo es también ‘Premio y castigo’, otro de los temas que sonó esa noche y de los que ganas de bailar y saltar de la silla. “Me miran porque no saben lo que van a tocar”, contaba al público haciendo referencia a sus compañeros sobre el escenario y a la elección de los temas que iban interpretando. Entre ellos, ‘No tengas miedo’, del disco “(La brisa breve). La luz distinta” (2013) apareció en esa playlist improvisada, una canción que habla de superar los problemas con alguien del pasado, de llevarse bien y dejar atrás el rencor. Otro de los temas, ‘He quedado con los chicos’, surge del recuerdo de los veranos que pasaba con la familia en una zona de montaña: “Habla de aquellos tiempos”.

Otras de las seleccionadas fueron ‘Apenas’ (“Espera a la primavera”, 2007), ‘Maravillas’ (“(La brisa breve). La luz distinta”) con un solo de piano conmovedor, y de lo último, ‘Turista’, ‘La inmensidad’, ‘Gorriones’, ‘Todas las aves del sur’ o ‘Los relámpagos’, la única canción del disco que no ha compuesto él sino Carlos Madrid.

Cerró la actuación con ‘La luz distinta’ y ‘La huída’, y se despidió hasta la próxima. Así voló una hora y media de concierto, porque cada canción de este quinto trabajo de Fabián es un viaje a un paisaje mental lleno de autenticidad. Quien no quiera perdérselo en directo podrá verle en Valencia el viernes 12 de febrero y en Salamanca el jueves 18.

 

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