Extravagante: The 4 Instants

Autor:

Extravagante: The 4 Instants The 4 Instants
Discotheque
SOCIETY, 1966 / WAH WAH, 2008

Una sección de: VICENTE FABUEL.

Este es uno de esos estupendos discos vulgares capaz de hacerte igual de feliz que muchas obras de nombre y postín. Desde lo ordinario de su título, Discotheque, el sospechoso anonimato de los músicos que lo crearon o la deliberada falta de personalidad en su portada, no hace falta decir que desde el mismo momento de ponerse a la venta –con penosos resultados–, el minúsculo sello londinense Society ya estaba pidiendo perdón por haberlo editado. Ahora bien, podemos enfocarlo de otra manera. Personalmente no veo que fuese nada común usar ese sofisticado título en años tan rústicos como los que trascurrían alrededor de 1966, sinceramente podría asegurarles que en esos días, la mera contemplación de cualquier neón barato indicando un local de esas características prometía golosinas mundanas que para nada se encontraban a este lado de la raya. Sigamos, ¿se avergonzaban los músicos de su trabajo, pues, y preferían un discreto anonimato? Tampoco era eso, ninguno de ellos sufría por su estatus autoral mientras mantuviesen correctamente el tempo en la pista de baile… ya que música de discoteca se trababa. Lo cierto es que fuera del mundo del jazz, a poca gente le importaban esas minucias, igual que unos años antes nadie se había interesado por el diabólico guitarrista que tocaba en “Suzie Q” (1957) o “Hello Mary Lou” (1960). Vale, se puede entender que entre esa innecesaria falta total de información y que aparezca en los créditos del primer LP de Bryan Ferry incluso el nombre de su peluquero particular pueda haber excesivo trecho. Pero avancemos, dado que no debería haber nada en contra de que en cualquier cover aparezcan iconos estéticos de época, aquí tenemos una hermosa modelo entregada a los placeres de la danza, y que además explica con precisión el contenido del disco, entonces, qué tal si pasamos a comentar la nueva portada que luce este disco en la reedición de discos Wah Wah.

Uno de nuestros sellos hispanos favoritos ha decidido alterar la portada de este Discotheque, cambiando chica por chica – arriba pueden ven ambas–, supongo que con la loable intención de homenajear al fotógrafo de la nueva «cover girl»: Oriol Maspons (Barcelona, 1929). Motivo grande y suficiente por el que no debería hablarse más, si no fuese porque el gran diseñador Maspons hizo durante su fructífera carrera centenares de espléndidas portadas –muchas de ellas anónimas– en parecida onda a la que ahora él mismo reemplaza (¿?), es decir, un trabajo artesanal sobre nefandos y habitualmente despreciados discos, algunos para más inri en «infralabels» como Belter, no solamente susceptible ahora mismo de ser valorado como alta cultura –obra gráfica de Maspons forma parte del Museo de Arte Moderno de New York o la Bibliotheque Nationale de París– si no mostrando, curiosa y transversalmente, similar cariño del fotógrafo cuando trabajaba para un single de Raimon en discos Edigsa que para otro de Manolo Escobar o Paquito Jerez en Belter. He ahí el punto de cocción de este gran artista.

Y como, «last but not least», algunos discos envuelven música, éste de The 4 Instants por ejemplo, decir que fueron una efímera formación de desconocidos músicos de sesión ingleses alrededor del batería Clem Cattini, probablemente uno de los «drummers» más prolíficos de los 60 y 70, desde los Tornados de Joe Meek hasta Lou Reed (esas inquietantes escobillas en «Walk on the wild side»), y que aquí muestran su vitamínica aportación a la habitualmente denostada música discotequera, obviamente en esos años de mediados de los 60, música de «discotheque» vertiente mod-jazz, lo que quiere decir que ni faltan sus versiones de clásicas norteamericanas del rhythm & blues («Watermelon Man», «Caravan», «Night Trainv o la espídica «Mashed Potatoes»), ni la decisiva aportación del imprescindible órgano Hammond o sus propios temas como el fantástico «Bogattini» a la cabeza, y cuya autoría en los créditos: Cattini-Winters-O’Neal-Keen, permite un breve recordatorio de que esos nombres pudieran ser los desconocidos miembros del grupo. Brindemos por ellos junto a una de las 500 copias en vinilo de esta limitada edición.

En :

Artículos relacionados