En el arcén: Andrés Suárez, con ganas de trabajar

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«Estoy eternamente agradecido e ilusionado con lo que esta pasando al otro lado de la playa, la gente nos está apoyando y dando un cariño enorme, en los conciertos, las redes sociales… Ojalá pueda devolvérselo con canciones»

El gallego Andrés Suárez es uno de los más destacados nuevos cantautores: poco a poco ha ido haciéndose su espacio. Estos días presenta su segundo disco. Carmene Moreno Habla con él.

 

 

Una sección de CARMEN MORENO.

 

 

Si tuviéramos que definir a Andrés Suárez en dos palabras estas serían melancolía y emoción. De eso se tiñe el disco que nos trae de la mano de Relocos, la misma productora de Luis Ramiro y que se está convirtiendo en el nombre propio para los cantautores de la nueva hornada. “Cuando vuelva la marea”, compuesto en su integridad por Suárez, tanto en música como en letra, es uno de los discos más esperados por el público que se mueve en torno a las salas que acogen a los nuevos cantautores. Once temas y un bonus track que apuestan por la sinceridad y que se mueven entre la música celta, el rock, las bases rítmicas de la música folk norteamericana… Porque si algo caracteriza al gallego es el eclecticismo, la búsqueda de nuevas maneras de cantar la nostalgia.

Un cambio para los que ya conocíamos a Andrés Suárez, que es un experto en iniciar sus composiciones abajo y tener una subida explosiva a mitad de canción: ‘A media estrella’. Una canción que comienza ya arriba y sigue creciendo hasta el solo de guitarra eléctrica ejecutado de manera impecable y se fusiona a la perfección con el violín de Jorge Montes para conseguir una mezcla entre el rock y lo celta que nos recuerdan en algún momento a Celtas Cortos. No es la única canción que mezcla dos ritmos. La otra será ‘Imaginaciones’, que aúna una batería a ritmo marcial y un compás de vals que ayuda a ese aire onírico que tiene este tema. Además, la adaptación de una de las canciones más conocidas de este artista, ‘No te quiero tanto’. En estos tiempos en los que casi todos los cantautores jóvenes tienen cierta tendencia a versionarse a sí mismos sin tener obra para hacerlo, o precisamente por eso, sin añadir nada a la nueva revisión, Andrés Suárez consigue que su canción tenga un aire popero, con cierta mirada al mejor Javier Álvarez, que jamás tuvo y la dota de una frescura que la reafirma como una de las imprescindibles en su repertorio.

Pero el gran atractivo de este álbum es la canción que ha grabado Suárez con Pablo Milanés que ya se escucha en algunos rincones de Cuba y que, si esto fuera Italia, triunfaría en todas las radios: ‘Perdón por los bailes’ es la crónica de un amor vencido a través de una ciudad, tal vez La Habana, tal vez A Coruña, tal vez Madrid y que consigue emocionar con los arreglos más sencillos de todo el disco. La fusión de las voces del cubano y el español consigue un resultado lleno de fuerza: “Ay amor / que dueles como el viento, / que hay sed, / en todo este desierto no ves, / que se me abre la boca. / Ay, amor, / cargado de recuerdo en la luz / que amanece diciendo que tú, / sonríes más ahora.”

¿Cuántos años para el segundo disco?
Cuatro años y medio. Demasiado tiempo, ganas, trabajo, ilusión. Todo sucede por algo, salió como tenía que salir, con la gente que tenía que estar ahí.

¿Vamos a encontrar al mismo Andrés Suárez o cantaremos aquello de Presuntos Implicados: “cuánto hemos cambiado”?
Imposible ser el mismo. Imagínate, en cuatro años… Gente, ciudades, amor, dolor, libros, cine, nuevos acordes… todo nos cambia, y no he dejado de hacerlo. Creo firmamente en la evolución, si es musical, mejor.

Grabar con Pablo Milanés ha sido cumplir algo que ni siquiera te atrevista a soñar, ¿te costó que te diera el sí?
Escuchaba a Pablo Milanés en la barriga de mi madre. Es probable que yo sea fruto del baile lento de ‘Yolanda’. Tengo todos sus discos, crecí con él. Con eso te respondo a lo que supone que Pablo Milanés cante en el disco. Es lo mejor que me pasó en mi vida, personal y profesionalmente. Tuve la suerte de ser su telonero en los Veranos de la Villa [Madrid], se lo propuse, le mandé la letra y la canción y accedió a grabarla. Los sueños, a veces, se cumplen.

En la era digital, ¿tiene sentido seguir grabando discos? Lo pregunto porque colgaste el cartel de “no hay localidades” para los días de presentación en Madrid.
Para mí, continuidad. Entiendo que viene una nueva era, que internet es el futuro –y el presente–, pero yo quiero ver a los músicos con los que grabo en el libreto de un disco, escribir unos agradecimientos. Quiero tocar, palpar, el sueño hecho realidad de grabar un disco. Y estoy eternamente agradecido e ilusionado con lo que esta pasando al otro lado de la playa, la gente nos está apoyando y dando un cariño enorme, en los conciertos, las redes sociales… Ojalá pueda devolvérselo con canciones.

Además, el videoclip del single “Lo malo está en el aire” tuvo una avalancha de visitas en Youtube, ¿te sonríe la suerte o es tan solo una cuestión de trabajo?
No quiero pararme a pensar en eso, de hecho, no quiero pararme. El tiempo libre es para el mar, los amigos y la familia. Lo que quiero es trabajar, tocar la guitarra, estudiar canto, piano… Creo que el que no siembra no recoge, y yo quiero seguir trabajando. De eso, no me pienso cansar. Tengo muchas ganas de currar.

¿Dónde podremos verte en concierto?
Tanto en la web como en las redes sociales colgamos los conciertos de la gira. En enero toca mi tierra, Galicia, haremos el 12 Santiago (Capitol), el 13 Lugo (Clavicémbalo), el 14 Vigo (La caracola). Volveré a Madrid el 10 de Febrero, a la sala Galileo Galilei.

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