En el arcén: Adrián Usero, el cantautor que no quiere serlo

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«Al subir a un escenario lo primero que pienso es: ‘por favor, sacadme de aquí’. En la segunda canción pienso en pasarlo lo mejor posible»

Asegura que su nuevo disco es el primero, y no lo es. Es cantautor y se mueve en el circuito madrileño, pero dice que no lo es. Carmen Moreno nos presenta a Adrián Usero. O no.

 

 

Una sección de CARMEN MORENO.

 

 

Con la candidez de un niño que le contaba a Rosa León qué iba a cantar en aquel programa de televisión, así abre Adrián Usero su “Gigantes”, el que él considera su primer disco y con el que nos muestra seis canciones regrabadas y cuatro nuevas para conformar un trabajo que posee buenas melodías y unas letras nada complicadas para un público que gusta del pop español. La demostración de que muchas veces la ilusión y las ganas suplen los medios.

¿Qué diferencia hay entre este disco y “Clave de luna”, tu anterior trabajo?
En este la producción está más trabajada. El anterior era una presentación para el público. En el primero la producción corrió a cargo de Augusto Guzmán y José Lemus, en este producimos Guzmán y yo. No puede ser mía al cien por cien porque no sé de música todo lo que debía saber, pero sí sé lo que me emociona, lo que me gusta y lo que no. Se ha hecho un poco así, lo que nos gustaba se iba quedando y lo que no, salía del disco.

Te mueves en el “circuito cantautor” pero, en realidad, tú no te denominas cantautor, ¿no?
No, primero porque no toco ningún instrumento y hago mis canciones con mi banda y con más gente, como Miguel Ángel Bueno o Carlos Siles. Y, luego, porque creo que la imagen del cantautor ahora mismo está muy ligada a la posguerra y una temática más crítica que yo no suelo tocar. Yo hablo de amor, de mis amigos, de mi familia… de lo que me pasa día a día. Gracias a Dios, no tengo nada de lo que quejarme porque no he vivido una época tan dura como vivieron los cantautores en España. No es que no me gusten, es que no me considero cantautor.

En este disco las letras son tuyas ¿y la música?
Te diría que cada dos canciones el compositor es distinto. Hay músicas de Carlos Siles, Juan López-Jamar, que es mi guitarrista, José Lemus, que es mi otro guitarrista y que es cantautor, Miguel Ángel Bueno, Alberto Otero, que toca en Doctor Brown. Si tienes empatía con alguien creo que es más fácil escribir canciones que con alguien que puede ser muy buen profesional, pero no entiende lo que estás escribiendo.

Pero, ¿te implicas a la hora de componer la música o te mantienes totalmente al margen hasta que te la dan lista para tocar?
Intento mantenerme al margen en el proceso compositivo, pero, igual que mis letras pueden cambiar un poco cuando se les ponen música, cuando yo recibo la música decido qué me gusta y lo que no lo cambiamos. Pero suelo respetar bastante.

¿Y de qué habla Adrián Usero en su disco?
De lo que te decía antes… Principalmente son canciones de amor: cuando te enamoras porque estás enamorado, y cuando te dejan porque te han dejado. Hay quien crítica eso, pero me decían hace poco que la vida son cuatro cosas: comer bien, dormir bien, querer y que te quieran. De no dormir sí que escribo porque casi todas las canciones hacen alusión a eso, de comer nunca he escrito, pero de querer o que me quieran… todas.

¿Y quiénes son gigantes?
Hay una frase en la primera canción del disco que dice: “y jugar a ser gigantes de pequeños”. Eso lo hacemos todos, pero más los músicos cuando nos subimos a un escenario: debemos convertirnos en gigantes durante una hora y media porque la gente se centra en nosotros ese tiempo, así que tenemos que sacar lo mejor que tenemos. Luego, algunos nos bajamos y somos incluso más pequeños que el resto.

¿Cómo planeas los conciertos?
El de presentación del disco fue con banda e invitados. Después comenzamos gira acústica con guitarra y piano que nos llevará por Murcia, Barcelona, Ciudad Real…

Estas canciones ya habían sido grabadas en tus anteriores discos, ¿verdad?
Seis ya habían sido grabadas, sí. Cuatro son nuevas. Teníamos un problema, cuando la gente nos compraba las maquetas, como no teníamos distribución, las vendíamos en los conciertos. La gente que las compraba y las escuchaba en su casa me decía luego que el concierto era radicalmente distinto y les gustaba más. Eso pasaba porque nosotros empezamos a guitarra y voz y ahora somos seis personas encima del escenario. Por eso hemos decidido grabar lo que somos en el escenario. No sé si suena radicalmente distinto, pero suena como queríamos sonar y no podíamos dejar pasar eso.

Entonces, ¿escuchas a los fans?
Lo de fans me queda un poco grande. Escucho a la gente que comparte cosas conmigo y viene a verme a los conciertos. Primero me tiene que gustar a mí, pero intentamos ser muy respetuosos con la gente y claro que la escuchamos. Acabamos convirtiéndonos en amigos.

Cuando decides conformar este disco, ¿cómo eliges las canciones?
Soy muy egoísta: elijo las que más me gustan a mí y las que más me llena cantar.

Tienes dos canciones, una está en este disco y es ‘A propósito de Irene’, y la otra es ‘Irene’, que no aparece aquí. ¿Quién es ella?
Me da un poco de vergüenza decir esto… Era una forma de hablar de lo que me pasaba a mí en un momento de mi vida que no era muy bueno. Hablaba de una pequeña depresión en la que caí y cómo salí de ella. La llamé Irene porque mis padres ya tenían un niño y cuando mi madre se quedó embarazada de mí, querían una niña. Ya tenían decidido el nombre y todo. Al final nací niño, me pusieron Adrián por una canción de Perales. Luego tuve que hacer una segunda parte por una anécdota: esa canción hablaba de una manera tan encubierta de mí que una persona me preguntó si hablaba de una prostituta, así que tuve que hacer ‘A propósito de Irene’ para aclarar que no, que Irene era una chica superfeliz que se acababa de instalar en Madrid y que estaba muy contenta con su situación actual.

¿Cuando te montas en un escenario en qué o quién piensas?
Lo primero que pienso es: “por favor, sacadme de aquí”. En la segunda canción pienso en pasarlo lo mejor posible. Si eso no ocurre es que es un mal concierto. Me da igual que vayan veinte personas o trescientas, lo que pretendemos es que lo pasemos bien todos.

¿Nunca te has atrevido con ningún instrumento?
Son ellos los que no se atreven conmigo… Intenté aprender a tocar la guitarra, pero me fijé en la música que escuchaba en ese momento y que era copla. Pensé que en la copla el letrista escribía, la cantante cantaba, los músicos tocaban… y me di cuenta de que no necesitaba hacerlo todo.

Un tipo de Ciudad Real, a quien le gusta La Copla y toca en garitos de Madrid…
Un tipo de Ciudad Real, que no le entiende nadie, que solo puede hablar de música con sus padres o sus abuelos. Eso antes me parecía horrible. Yo preguntaba por Quique González en mi pueblo y no lo conocía nadie. De repente, por internet, conocí a una chica llamada Elena que sabía quiénes eran Ismael Serrano, Quique González… y me presentó discos de gente que no me sonaban de nada. Eso hizo que me fuese a Madrid.

“Gigantes” es un disco muy madrileño, ¿no?
¿Tú crees? No sé, no tiene una explicación.

Desde aquí puedes acceder a la web de Adrián Usero.

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