El ritmo, la furia y la energía de los Arctic Monkeys

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Los Arctic Monkeys demostraron ayer en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid que siguen cargados de la energía adolescente que les dio a conocer. Además, contaron con un telonero especial: Miles Kane. Héctor Sánchez estuvo allí.

 

Arctic Monkeys
27 de enero de 2012
Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid

 

 

 

Texto: HÉCTOR SÁNCHEZ.
Fotografía: ESTEFANÍA RUEDA.

 

 

 

Es triste pero cierto. Muchas veces, el telonero no despierta el interés suficiente antes del concierto por el que el público ha pagado su entrada. Sin embargo, ayer no fue así. Los Arctic Monkeys contaban con un telonero especial y al que más que “artista invitado”, se le puede llamar “amigo”: Miles Kane. El hecho de que los Arctic Monkeys contaran con Kane para abrir boca hizo que una pregunta revoloteara en el ambiente durante el concierto: ¿tocará después con los Arctic? Esta pregunta planteaba otro interrogante: ¿tocarán canciones de The Last Shadows Puppets? Tuvimos que esperar para conocer las respuestas.

Con la habitual puntualidad británica que caracteriza a los ingleses, Miles Kane salió al escenario para preparar el terreno a lo que vendría después. Ataviado con una elegante camisa de leopardo, Kane tocó, casi al completo, su álbum de debut “Colour of the trap” (2011) con canciones como ‘Rearrange’, ‘Quicksand’ o ‘Come closer’. Además, realizó una versión inglesa del tema francés ‘Le responsable’ de Jacques Dutronc y presentó una canción nueva titulada ‘The first of my kind’. El músico estuvo totalmente entregado y alternaba efusivamente el nombre de Madrid con la que parece ser su palabra favorita, o al menos la que más repetía: “fuck” “fucking” y todas sus variantes.

Miles Kane preparó un entrante delicioso antes de que los Arctic Monkeys sirvieran el plato fuerte. Kane abandonó el escenario mientras todos pensábamos “luego volverá”. Media hora después, los Arctic Monkeys ya estaban calentando motores con ‘Don’t sit down ‘Cause I’ve moved you chair’, el primer single de su cuarto álbum, el magnífico “Suck it and see” (2011), que ya habían presentado en España en la pasada edición del Festival Internacional de Benicassin. Los Arctic supieron equilibrar un repertorio dominado por temas de su último trabajo como ‘The hellcat spangled shalalala’, ‘Black treacle’ o ‘Library pictures’ con los clásicos de sus primeros dos primeros discos como ‘Teddy picker’. Su nuevo disco es excepcional, de eso no hay duda, pero la pista y las gradas rebosantes del Palacio de los Deportes enloquecimos cuando la banda tocó seguidas ‘Brianstorm’, ‘The view from the afternoon’, con dedicación incluida, “está es para vosotros”, dijo Alex Turner, y ‘I bet you look good on the dancefloor’.

Todo el protagonismo de la noche se lo llevó Turner, que aunque no habló mucho se mostró muy agradecido y calificó al público como “maravilloso”. El vocalista cada vez luce un “look” más rockero, vestido con una chupa de cuero y peinado con un tupé; atrás quedaron el flequillo y el peinado tipo Beatle. Alex Turner cedió la voz principal al batería Matt Helders, quien cantó la potente ‘Brick by brick’ al ritmo que machacaba su batería decorada de banderas británicas. Después, besó el bombo para demostrar que no es tan duro.

El público estaba entusiasmado pero al mismo tiempo pendiente de la posible aparición de Miles Kane. Mientras, los Arctic tocaron la cara B, ‘Evil twin’, y siguieron con otras canciones como ‘This house is a circus’, ‘Still take you home’ y ‘Pretty visitors’, el único tema, junto con ‘Crying lightning’ que sonó de su tercer trabajo “Humbug” (2009). Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue ‘She’s thunderstorms’, la canción con la que abren su último disco y que tiene todas las papeletas para convertirse en un clásico de la banda. ‘Do me a favour’ precedió a ‘When the Sun goes down’, de su primer álbum, “Whatever people say I am, that’s what I’m not” (2006); una canción perfecta para cerrar ya que alterna a la faceta tranquila del grupo con el sonido duro al que nos tienen acostumbrados.

Los Arctic Monkeys abandonaron el escenario pero no se hicieron esperar para los bises. Los ingleses se marcharon y en menos de lo que dura un pestañeo ya habían vuelto al escenario. Apenas se hicieron de rogar, subieron con la misma velocidad con la que tocan sus estruendosas guitarras. ‘Suck it and see’, el brillante tema pop que da título al álbum, precedió a la mejor canción de “Favourite worst nightmare” (2007), su segundo trabajo: ‘Fluorescent adolescent’. A continuación, Alex Turner presentó a su amigo Miles Kane y éste subió al escenario. ¡Por fin! Ahora todos estábamos esperando ansiosos que tocaran algún tema de The Last Shadow Puppets. ¿Tocarán ‘The age of the understatement’? ¿Será ‘Standing next to me’? ¡No! En lugar de eso, los músicos se despidieron con ‘505’ y se fueron.

¿‘505’ con Miles Kane? Resultó decepcionante poder disfrutar de Turner y Kane en el mismo escenario y que no tocaran ninguna canción de su magnífico proyecto conjunto. Todas las expectativas de escuchar las geniales composiciones de The Last Shadow Puppets se desvanecieron. Aún queda la esperanza del ansiado segundo disco.

Dejando de lado el tándem Turner-Kane, los Arctic Monkeys ofrecieron un espectáculo sobrio en cuanto a la puesta en escena demostrando que no se necesita ningún artificio si se tiene un gran repertorio. Los británicos tocaron veinte canciones en apenas hora y media de concierto a un ritmo vertiginoso y dejando claro que, aunque “Suck it and see” es un trabajo más maduro respecto a sus discos anteriores, los Arctic Monkeys conservan el ritmo, la furia y la energía de siempre.

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