“El misterio del amor”, de Joan Miquel Oliver

Autor:

LIBROS

“Es un libro difícil con mensajes claros; profundo, pero en ocasiones muy fresco”

joan-miquel-oliver-el-misterio-del-amor-18-08-17

 

Joan Miquel Oliver
“El misterio del amor”
BARRETT


Texto:
CÉSAR PRIETO.

Bajó el nombre de “El misteri de l’amor”, hará como unos diez años, Joan Miquel Oliver, entonces todavía en Antònia Font, nos regaló una novela especialmente dura, tanto por el ámbito de la historia que traza como por el lenguaje. Se puede decir que esto, las palabras, son las verdaderas protagonistas, superponiendose en capas y avalanchas, construyendo la realidad más que las dos parejas protagonistas que van desplegándose en contrapunto de infidelidades consentidas. Por eso es tan importante que la traducción de Jenn Díaz deje en carne viva el lenguaje en su reciente traducción al castellano. No en vano su maestría como nueva narradora se demostró en la muy recomendable “Belfondo”.

“El misterio del amor” se presenta como un choque sentimental que crea una gran explosión onírica, de un surrealismo casi daliniano. En teoría, se trata de la historia de una vulva gigantesca, que el escultor Biel Massuti esculpe para inaugurarla el día de la mujer y que el final de la novela aparece en una carroza, desfilando en carnaval. Y entre medias sueños, conversaciones de madrugada, descripciones detalladas, poemas, filosofía en registro vulgar y mucho y detallado sexo. La escritura automática, que es como revela el autor haberla compuesto, llega en ocasiones casi al límite.

Los espacios son también variadísimos. Entre Barcelona, Palma y los aeropuertos discurre la acción más convencional. Y en Formentera, muy mediterránea también. Sin embargo, los espacios del mundo de la fantasía son grandes pedregales y extraños hoteles, muy a la manera de Ballard, casi angustiosos. Y en todos ellos, el mismo maravilloso mundo de las canciones de Oliver, que deja espontáneamente sus señales. Episodios y juguetes de la infancia, pistachos, pomadas mallorquinas, zapatillas huérfanas y perdidas. Es un mundo de objetos baratos, abandonados, como los personajes.

Cosas, sí; con alma. Uno de los mensajes las pone en primera fila: “Solo le podemos encontrar la razón al mundo a través de algo tan drástico como las pequeñas cosas”. Es un libro difícil con mensajes claros; profundo, pero en ocasiones muy fresco. Es, simplemente, la visión pop del peso del mundo.

 

Anterior crítica de libros: “Másters del multiverso”, de Sergi Escolano.

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