“Atlantis”, de Joan Miquel Oliver

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DISCOS


“Las canciones insólitas se alían con decenas de detalles originales para conformar un conjunto que necesita varias escuchas, pero que acaba calando y mucho”

 

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Joan Miquel Oliver
“Atlantis”
SONY MUSIC

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Joan Miquel Oliver lo ha vuelto a hacer. El cantante mallorquín ha construido un disco soberbio –el segundo de una trilogía que comenzó con “Pegasus”, parece ser– en el que las canciones insólitas se alían con decenas de detalles originales para conformar un conjunto que necesita varias escuchas, pero que acaba calando y mucho. El tema de fondo aquí es el mar, y aunque es menos costumbrista de lo que nos tenía acostumbrado, las letras muchas veces recogen la estupidez del mundo moderno bajo un puntillismo “non sense” a la manera inglesa. Ese relojero que destroza relojes en ‘Rumba del temps’ podría ser perfectamente un personaje de Alicia.

En todo caso es un disco que engaña, la apertura con la onírica y acústica ‘Nins a tobogans’ deja paso enseguida a una descarga de pop electrónico que juega con la deconstrucción: ‘Agricultors ingravids’ tiene un estribillo que podría ser un himno de estadio si participara de estructuras reconocibles y la que da título al conjunto, modelada de forma más convencional, sería puro Pet Shop Boys.  O Modern Talking, si pensamos que enlaza con la alusión que le dedicaba en ‘Calgary 88’. Ambas poseen marcadas estructura de baile que destrozan en aras de la originalidad.

En ocasiones es un proyecto de taller infantil –‘Rumba del temps’, ya citada–, juega con momentos funkys en ‘Posidònia’ –marcadamente cabreada contra las hordas de turistas que arrasan esa arquetípica tranquilidad de las islas– o maneja unas efímeras y estremecedoras cuerdas en ‘Cançó de contacte’. Es un intermedio entre la electrónica pura y un final más duro, con guitarras densas en ‘Ses persones’ y sobre todo en ‘Torneig amistós’ antes de pasar a un final de nuevo reiventado. ‘Disseny de producte’ y ‘Ses coses’ son dos mantras, la primera en bucle con un impresionante bajo de línea bailable y la segunda obsesiva, folk y coros seráficos. En definitiva, un disco del que disfrutarán los devotos de la mejor música catalana, seguidores de Sisa o Pau Riba que aquí tienen un muy digno seguidor que ha llegado ya al mismo nivel de emoción.

 

 

Anterior crítica de discos: “What’s So Funny About Peace, Love and… Los Straitjackets!”, de Los Straitjackets.

 

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