El disco del día: Lloyd Cole

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«Su vuelta después de tres años se nos anuncia como un retorno a la electricidad rock abandonada hace años, en compañía de la base rítmica de sus dos primeros discos en solitario»

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Lloyd Cole
«Standards»
TAPETE/GREEN UFOS

 

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

 

Liberado desde hace años del lastre de no haber podido nunca superar las excelencias de un debut tan fundamental como fue aquel “Rattlesnakes”, en compañía de The Commotions (uno de los álbumes capitales de los años ochenta), el músico escocés sigue haciendo de su carrera una ininterrumpida colección de rotundas obras de pop artesanal. Y aunque ninguna de ellas se acerque al sobresaliente, sí encontramos en todas y cada una de ellas motivos para seguir creyendo en la pericia de un songwriter que trata siempre, dentro del estrecho margen que su libro de estilo permite, de dar una pequeña vuelta de tuerca a los perfiles de su cancionero.

Su vuelta después de tres años se nos anuncia como un retorno a la electricidad rock abandonada hace años, en compañía de la base rítmica de sus dos primeros discos en solitario: Fred Maher (habitual de Lou Reed) a la batería y Matthew Sweet (responsable de una extraordinaria triada de álbumes propios en la primera mitad de los noventa) al bajo. También participa Joan Wasser (Joan As Policewoman) en algunos coros y al piano. Ese tono, algo más endurecido en las formas, queda corroborado en el primer tramo de este «Standards», robusto pero excesivamente formulista y aferrado a un vademecum en el que siempre asoman las sombras de Cohen, Dylan o el propio Reed. Aunque en esta ocasión lo hagan con una reverencia que achata la proverbial inclinación pop de nuestro hombre.

Una veta que sí asoma, sin embargo, algo más tarde. Porque lo mejor de este disco llega pasado su ecuador. Con el emocionante solo de guitarra y los precisos teclados (a cargo de Blair Cowan) en la celestial ‘Blue like Mars’, con el contagio del vigoroso riff made in NY de la fulminante ‘No truck’ (Tom Verlaine como influencia continua desde finales de los ochenta) o con el tremolo y la hechizante melodía vintage de ‘It’s late’ (lo más cerca que nunca ha estado de Chris Isaak).

Lástima que su próxima gira hispana nos prive de tal ornamentación, ya que nos visitará solo y en acústico. En todo caso, y como no hay mal que por bien no venga, es de suponer que no escatimará clásicos.

Anterior disco del día: The Rolling Stones.

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