“Donde tú te escondes”, de Miguel Dantart

Autor:

DISCOS

“Un artista que evoca costumbrismos sensibles y paisajes exóticos en sus palabras”

 

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Miguel Dantart
“Donde tú te escondes”
NUNAVU SONGS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Miguel Dantart, sevillano pero ya por esas fechas residente en Madrid, irrumpió en 1997 con una canción que definía un lirismo muy particular: ‘Dolores y José’, la historia de amor de dos sin techo, desfavorecidos que le hacen un quiebro a las penalidades con humor y ternura. Enmarcado en la generación de cantautores que aparecieron a rebufo de Javier Álvarez o Pedro Guerra —como Quique González o Ismael Serrano—, comparte los decorados estilísticos y el talento de estos —y de algunos anteriores, como Víctor y Diego—, aunque con mucha menos suerte. La primigenia versión de la canción contaba con la guitarra de Joan Bibiloni, en un elepé en que también participaban Pepe Robles, Vainica Doble o Alejandro Sanz.

Tras ello, tres discos más, de una calidad que supera el notable, pero que no han logrado ponerlo en el lugar que merece. Por ello, no está de más detenerse en ‘Donde tú te escondes’ —que quiere celebrar veinte años de carrera—, aunque se trate de un disco en dos partes de la que solo ha aparecido la primera, cada una compuesta por un minielepé de cinco canciones, para hacer valer el trabajo de un artista que evoca costumbrismos sensibles y paisajes exóticos en sus palabras. En él recupera ese viejo éxito, ’Dolores y José’, un leve minué de validez actual y completamente esperanzado.

Pero lo que sostiene el grueso del disco son canciones nuevas inspiradas en circunstancias actuales del cantautor; por ejemplo, su reciente paternidad en ‘Aún no tienes nombre’. Canta en ella a su hijo —futuro, en la letra aún no ha nacido—, pero lo que pedía una nana si guardáramos las obviedades, se convierte en una canción llena de swing y alegría. También parte de hechos vividos ‘Se llamaba Frida (rodajas de sandía)’, un homenaje a Frida Kahlo, un bolero de ambiente mexicano —¡esas trompetas…!— que revela su fascinación por el colorista y vital país y que está grabado en parte allí.

Las dos canciones restantes son un mensaje de amor cálido desde la pureza de un violín final —‘Solo tus ojos pueden verme’— y el retrato perfecto del desamparo encarnado en una chica y en las redes sociales —’A la luz de Instagram’—, el perfecto cruce entre Hilario Camacho y Los Secretos, nada extraño porque a veces Dantart los ha teloneado. Y es que, únicamente con cinco cortes el disco se hace escaso, se pide más a la sensibilidad por el detalle y la crudeza atenuada por la confianza en que todo va a salir mejor. Esperaremos la segunda parte que anuncia para después de verano.

Anterior crítica de discos: “No security. San Jose ‘99”, de The Rolling Stones.

 

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