DISCOS
“Un deje más rockero, una cadencia más densa y una atmósfera cargada con instrumentales de peso, pero de una ligereza lírica y una agilidad conceptual tal que engancha y acribilla sin remedio”
Niños Mutantes
“Diez”
ERNIE RECORDS
Texto: SARA MORALES.
Siempre hay una luz al final del camino, tras la oscuridad. Una calma que azota serena después del colapso sonoro de la tormenta. Un decálogo de principios universales que suscriben la experiencia de todo ser humano en la tierra y que, curiosamente, son Niños Mutantes los que vienen a recordárnoslo con su nuevo trabajo. El décimo de sus ya más de veinte años sobre las tablas y en la carretera, bautizado con el apropiado nombre de «Diez», no tanto por la perfección –aunque la acepción también sería justa– como por su rotundidad, significado y vehemencia.
El tema ‘NM’, que fue presentado estos días atrás como el cuarto adelanto del álbum y primero en tener videoclip, narra sin disfraces la crisis que ha azotado al grupo estos últimos tiempos a pesar de haber celebrado hace unos meses por todo lo alto su vigésimo aniversario juntos. Un hándicap que ha dotado de un contenido y un continente especial a este disco y al que han sabido darle la vuelta para convertirlo en positivismo o, por lo menos, en optimismo: «Si estamos dispuestos a soportarnos y no partirnos la cara en una cuneta es porque reconocemos que hay algo por encima de nuestros egos y nuestra bilis. La música nos une y nos hace felices. Le dio un sentido a nuestras vidas, nos salvó de destinos peores, nos dio un camino y una guía. Y nos obliga a seguir juntos, lo queramos o no. Lo queremos». Lo confiesan a corazón abierto cuando describen esta canción y los complicados momentos que han atravesado.
Antes de la llegada oficial de «Diez» el 31 de marzo de este 2017, los de Granada nos fueron invitando a saborear poco a poco y con complacencia algunas de sus nuevas composiciones. Por eso ahora, este nuevo disco ya en la calle, nos suena a un querido compañero al que ya conocemos pero por fin ponemos cara. ‘Pura vida’ llegó primero, concebida durante unas vacaciones en Costa Rica al frente de la versión más indomable de la naturaleza, y encomendada para abrir paso al azote oscurantista y ciertamente dramático que envuelve al álbum y que repiten firmes en ‘Salmo’.
La mano de Abraham Boba y César Verdú de León Benavente al frente de la producción de «Diez» es incuestionable, y se ha convertido en ese complemento perfecto para triunfar en la fiesta. Un deje más rockero, una cadencia más densa y una atmósfera cargada con instrumentales de peso, pero de una ligereza lírica y una agilidad conceptual tal que engancha y acribilla sin remedio. Así es «Diez».
‘Glaciares y volcanes’ fue la segunda canción en dejarse ver, rápida y fulminante con base de un rock electrónico que cabalga entre el realismo y el idealismo. Y ‘Menú del día’, que nació de la improvisación con un bajo y la psicodelia para hablar de la decepción socio-vital, también llegó como parte de los preámbulos.
Un álbum que gira en torno a la pérdida de la inocencia y la consciencia de la entrada al mundo tal cual es. En él los sonidos acompañan más que nunca a las letras mutantes, como en la contenida ‘No continuar’ envuelta en aludes sonoros con gran atino para hablar del tiempo y sus correrías; donde la contundencia y la magia de lo efímero dan cuenta en la juventud de ‘Jovencita’ o en la intensidad de ‘El instante’; y hasta la infinitud de Lorca ha encontrado un hueco en ‘FGL’, un pequeño gran homenaje de la banda a nuestro poeta más infinito y uno de los pasajes más bellos del disco.
Y aunque la correspondiente declaración de intenciones del grupo en estos momentos la encontramos explícita y acertada en ‘Balada del hombre libre’, podemos estar seguros de que «Diez» al completo y en su totalidad ha sido la confesión más sincera ante todos nosotros por parte de estos Niños Mutantes de veinte años pero mucha más vida a cuestas.
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Anterior crítica de discos: “Zona temporalmente autónoma”, de Los Planetas.
