Diez canciones imprescindibles de Paul McCartney (1970-1980)

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El mismo año que se disolvieron los Beatles, Paul McCartney emprendió su propio camino. Tras analizarla en el «Cuadernos Efe Eme» número 16, que puedes comprar aquí, Luis Lapuente se sumerge en esa primera década en solitario y con los Wings para encontrar diez joyas de su repertorio, y acompañar así a la lectura.

 

1. ‘Maybe I’m amazed’ (“McCartney”, Apple, 1970).

Hermosa letanía amorosa de aires rockeros, como una gloriosa secuela del doble blanco de The Beatles, un ‘Helter skelter’ menos rabioso y más emocionado, sin duda una de las mejores canciones de amor de Macca, dedicada a Linda Eastman y grabada en los estudios de Abbey Road en 1969.

2. ‘Junk’ (“McCartney”, Apple, 1970).

Cuando Paul McCartney rompió amarras con The Beatles, pasó a convertirse en uno de los autores más importantes de los años setenta, ajeno a modas contemporáneas, centrado en desarrollar disco a disco su propio estilo. En su primer álbum eligió tocar todos los instrumentos en su propio estudio casero y registró algunas de las mejores canciones de su carrera, como la melancólica ‘Junk’, una preciosidad, de las más tristes y emocionantes en su pasmosa simplicidad: una bonita melodía y apenas una guitarra es todo lo que necesita, como en sus mejores momentos, para dibujar el arco de la emoción. Reminiscencias a ‘Get back’ y a unos Beatles de mesa camilla.

3. ‘Another day’ (sencillo “Another day/ Oh woman, oh why”, Apple Records, 1971).

Como en su primer álbum, Paul eligió tocar todos los instrumentos en su propio estudio casero y facturó esta preciosa balada pop que había escrito durante las sesiones del álbum “Let it be”, muy al estilo ‘Eleanor Rigby’, aunque sin tintes barrocos. Grabada el 12 de octubre de 1970, fue uno de sus primeros singles y una nueva confirmación, por si hacía falta, de que había vida después de The Beatles

4. ‘Uncle Albert/Admiral Halsey’ (“Ram”, Apple, 1971).

Del album “Ram”, una maravillosa celebración de la vida sencilla, un álbum facturado casi a lápiz, con cariño de alfarero por Paul y Linda, quizá la cumbre de su legado en solitario, con “Band on the run, flaming pie” (1997), “Memory almost full” (2007) y el reciente “New” (2013), casi como si The Beatles no se hubieran separado. Es difícil quedarse con una sola canción de este disco porque más de la mitad brillan al más alto nivel, desde el rock and roll descocado de ‘Smile away’ al pop pegajoso de ‘Eat at home’, el rock irresistible de ‘Monkberry moon delight’, las veladas referencias a Brian Wilson (‘The back seat of my car’) y al jazz arcaico (‘3 Legs’, ‘Heart of the country’) o esta gloriosa suite titulada ‘Uncle Albert/AdmiralHalsey’, que parece extraída de la cara B de “Abbey Road”

5. ‘Give Ireland back to the Irish’, de Wings (“Wild life”, Apple, 1971).

“Wild life” fue el fallido debut en formato elepé al frente de Wings, pese a una portada que prometía más y mejor, que parecía anunciar un retrato del Paul McCartney más íntimo y pastoral. Probablemente su producción más endeble, la único prescindible casi de principio a fin, sin una sola canción que retener en la memoria, ni siquiera la balada ‘Dear friend’, que funcionó aceptablemente en las emisoras de radio. Soft rock sin gracia ni talento, antecedente directo del AOR más infumable. Mejor quedarse con los grandes singles de esta época, desde el infantil ‘Mary had a little lamb’, una tierna cancioncilla infantil compuesta en 1830 por la escritora norteamericana Sarah Josephine Hale, hasta la torrencial y furiosa ‘Give Ireland back to the Irish’, una canción en la que protestaba por la actuación del ejército británico durante las manifestaciones celebradas en Irlanda del Norte el llamado Domingo Sangriento, en las que murieron catorce civiles por disparos de las tropas antidisturbios. ‘Devolved Irlanda a los irlandeses’ fue inmediatamente vetada por los responsables de la BBC, que también prohibieron su difusión en otras cadenas de radio del Reino Unido. Sin embargo, no pudieron evitar que el single llegara al número 1 de ventas en las listas de la República de Irlanda (y también en las de España).

6. ‘Hi hi hi’, de Wings (sencillo “Hi hi hi / C’mon”, Apple, 1972) .

Cuando Paul grabó este single no pudo burlar a los censores de la BBC, que consideraron que “en la canción había referencias inadecuadas al sexo y a las drogas”. Frases como “getting high” (literalmente, “colocarse”), “doin’ with her” (“hacerlo con ella”) o “sweet banana” (“dulce banana”) fueron tachadas de irreverentes, provocativas y obscenas. McCartney protestó amargamente por la prohibición del single en la emisora pública británica (“por cosas parecidas no se atrevieron a prohibir a Bob Dylan”), pero la censura no consiguió evitar el éxito de ventas de aquel single pegajoso.

7. ‘Band on the run’, de Wings (“Band on the run”, Apple, 1973).

Registrado en los estudios de Ginger Baker en Nigeria por unos Wings reducidos a trío (Paul, Linda McCartney y Denny Laine) tras la sorpresiva deserción de Denny Seiwell y Henry McCullough, “Band on the run” incluye algunas de las piezas más inspiradas del repertorio del ex Beatle, deliciosas baladas acústicas como ‘Bluebird’ o ‘Mamunia’, vibrantes números de pop pegajoso como ‘Band on the run’ y ‘Jet’, referencias a la época del “Abbey Road” como ‘Mrs. Vandebilt’ o la extraña ‘Nineteen hundred an eighty five’, guiños al rock sucio de la Plastic Ono Band de Lennon como la sensacional ‘Let me roll it’, preciosas estampas de pop sinfónico como ‘No words’ y divertidos collages como ‘Picasso’s last words (Drink to me)’, compuesta a instancias de Dustin Hoffman tras la muerte de Picasso. Cualquiera de ellas podría figurar en este decálogo del Macca de los años setenta, pero nos quedamos con la que dio título al álbum. Y con la maravillosa ‘Helen wheels’, single no incluido en el álbum “Band on the run”, una furiosa descarga de rock and roll a lo Chuck Berry, que tendría que esperar en el limbo hasta el recopilatorio “Wingspan”, en 2001.

8. ‘Rock show’, de Wings (“Venus and Mars”, Capitol, 1975).

Paul y Linda intentan repetir la jugada del memorable “Band on the run” pero solo lo consiguen a medias, lo que ya es mucho decir. Así las cosas, “Venus and Mars” fue uno de los álbumes más apetecibles del ex Beatle, donde alternaba su inconfundible talento baladista y su exquisito gusto por el rock de guitarra de palo con formidables descargas de rock and roll reverberante como ‘Magento and titanium man’ o ‘Rock show’, en la que se escucha al mismísimo Jimmy Page en las guitarras.

9. ‘With a little luck’, de Wings (“London town”, Parlophone/Columbia, 1978).

El álbum “London town” fue un trabajo ecléctico, por momentos sobresaliente, registrado entre Londres y Nueva Orleans, donde los McCartney fijaron su domicilio durante unos meses para imbuirse al máximo del espíritu mestizo y festivo de la ciudad. Aún tocado por la reciente muerte de su padre, Jim McCartney, Paul grabó un disco extenso (más de cincuenta minutos, en la era del vinilo) y variado, por momentos eufórico, con canciones energéticas en su pasmosa sencillez, como esta deliciosa ‘With a little luck’. De nuevo unos Wings reducidos a trío (Paul, Linda y Denny Laine), que casi suenan como los Beatles, si no fuera porque faltan el cinismo ácido de John y la dulzura irónica de George.

10. ‘Goodnight tonight’, de Paul McCartney & Wings (Parlophone/Columbia, 1979).

Paul sofisticado pero sin la magia de “London town” o “Venus and Mars”, de vuelta a los cánones del rock energético para grandes auditorios pero sin la rabia de ‘Helter skelter’, entregado al encanto cool de la música disco pero sin el bagaje negroide de unos Bee Gees o la sabiduría funk de unos Bernard Edwards/Nile Rodgers. Wings en su declive, con nuevos miembros y un puñado de temas registrados con una especie de all-star band llamada Rockestra. Desgraciadamente, la mejor canción que McCartney grabó ese año (‘Goodnight tonight’) solo se publicó en single.

BONUS TRACK:

11.‘Come and get it’, de Badfinger (sencillo “Come and get in/ Rock of all ages”, Apple, 1969).

Una composición de McCartney para la película “The magic Christian”, donde actuaron Peter Sellers y Ringo Starr, que fue un éxito en la grabación de los gloriosos y desdichados Badfinger (Tom Evans, de Liverpool, y Pete Ham, Ron Griffiths y Mike Gibbins, de Gales) que estaban llamados a convertirse en los nuevos Beatles. McCartney grabó una maqueta en las sesiones de “Abbey Road”, que luego se publicó, a nombre de The Beatles, en el volumen 3 de la serie “Anthology”.

 

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