Diez canciones esenciales de Lone Star

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Banda legendaria, los barceloneses Lone Star son uno de los grupos protagonistas del Cuadernos Efe Eme número 21. Buen momento para entender por qué han dejado poso a través de sus canciones. Por César Campoy.

 

Selección y texto: CÉSAR CAMPOY.

 

1. «Mi calle» (single, 1968)

Pere Gené y los suyos ya se habían ganado, con creces, la confianza de La Voz de su Amo-EMI, a la hora de plantear composiciones propias. Con «Mi calle», publicada en formato sencillo junto a «Thinking of you», la banda presenta los cimientos definitivos de esa filosofía basada en la crítica social y el crudo retrato de una realidad.

2. El cant dels ocells (En jazz, 1968)

Durante unos años, el grupo alternó su faceta rockera con un virtuosismo evidente que quedó plasmado en un magnífico En jazz (La Voz de su Amo), y que incluía una revolucionaria adaptación de la pieza clásica catalana, que pasará a la historia por el mágico diálogo entre el vibráfono de Miró y el piano de Gené.

3. “La trilogía (Dios, el hombre y el amor)” (single, 1969)

Una de las cimas creativas del combo vio la luz a partir de un sencillo compartido con «Y murió el amor». Una guitarra lúcida, una sección rítmica apasionada y unos arreglos orquestales épicos contribuyen a que Lone Star siga ahondando en el aspecto más existencial del proyecto.

4. “Gente joven” (single, 1972)

A lo largo de su trayectoria, Lone Star lanzó continuos mensajes animando a las nuevas generaciones a huir del conformismo. Con «Gente joven» («When I wake up this morning» como cara B), el conjunto se despedía, por todo lo alto, de EMI y volvía a evidenciar su pasión por el rock más duro y ambicioso.

5. “Pájaro de fuego” (Es largo el camino, 1972)

Liberados de la multinacional e inmersos en la aventura independiente del sello Unic, el grupo se desquitaba con un elepé, Es largo el camino, repleto de vericuetos experimentales. «Pájaro de fuego» es una suerte de elaboradísima mini ópera rock que rezuma aires rockeros, jazz y elementos tradicionales sudamericanos.

6. “Máquina infernal” (Es largo el camino, 1972)

También incluida en Es largo el camino, «Máquina infernal» es una tremenda bofetada a la sociedad de consumo. La formación, en estado de gracia, construye una verdadera obra maestra del compás y el contratiempo, coronada con una de las interpretaciones de Miró, al vibráfono, más celestiales que se le recuerdan.

7. “¡Adelante!” (¡Adelante! Rock en vivo, 1973)

Apoyados por Unic, y demostrando, una vez más, que siempre fueron por libre, Lone Star vuelve a sacarse de la manga un disco en directo, con temas inéditos, con el cual confirmaban que, a esas alturas y sobre un escenario, pocas bandas eran capaces de hacer sombra a los catalanes. ¡Adelante! Rock en vivo es duro, puro y energético.

8. “Oveja negra” (¡¡Síguenos!!, 1976)

Entre crisis existenciales y estafas varias, el combo trata de sobrevivir gracias al apoyo del pequeño sello Diplo. Surge así ¡¡Síguenos!!, un elepé reivindicativo que recupera algunos de los temas secuestrados tras el asunto Diresa. Uno de ellos es «Oveja negra», un grito a favor de la emancipación de la mujer, y una de sus creaciones más logradas.

9. “Quien no anda no se mueve” (Horizonte, 1977)

Phonic, otro pequeño sello surgido de las cenizas de Diresa, tiene el honor de publicar Horizonte, trabajo conceptual ideado por Gené durante años convulsos en los que llegó a formar parte de una misteriosa asociación llamada Ágora. «Quien no anda no se mueve», con su dura letra y sus hipnóticas líneas de bajo y guitarra, no hacen más que confirmar la condición de Lone Star de precursores del rock duro en España.

10. “Creo en ti” (Viejo lobo, 1982)

Los sonidos urbanos hispanos también son herederos de la cosecha sembrada por la banda barcelonesa. En 1982, el grupo augura un final cercano, y decide anticipar esa despedida (momentánea) con un dignísimo Viejo lobo (Auvi), convertido en emotiva herencia sonora y textual, y que muestra a unos Lone Star en un estado de forma envidiable.

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