De estreno: Wakame

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«Guitarras orgánicas que te llueven encima, una voz presente y casada con la distorsión del fondo, zurra ambiental, letras que te rompen»

 

Revolución industrial es el título del debut de Wakame, cuatro músicos murcianos fogueados en otras bandas que publican ocho canciones producidas por Carlos Hernández Nombela y con la colaboración de Rafa Val, de Viva Suecia.

 

Texto: EFE EME.
Foto: ANTONIO MOLINA.

 

Venidos de bandas como Funicular, los murcianos Toni Bastida, Álvaro Sánchez y Lolo Walls, dan forma, junto a Lex Serrano, a Wakame. Un nuevo proyecto influido por el rock alternativo de Placebo, Interpol o The Killers que publicaron en junio su debut, Revolución industrial, donde destacan piezas como “Metaverso o “Carry White”, esta última con la colaboración de Rafa Val, de Viva Suecia. Ocho canciones en las que se percibe esa búsqueda de sosiego y de vías de escape personales y colectivas, producidas por Carlos Hernández Nombela (Los Planetas, Leiva, Carolina Durante…) y subrayadas por la distorsión y las guitarras.

 

¿De dónde venís?
Somos músicos murcianos que se juntaron a llevar a cabo un proyecto sin demasiadas pretensiones. Nos conformábamos con ensayar, hacer tres o cuatro conciertos, presentarnos al concurso regional y poco más. En 2019 se nos fue de las manos con nuestra antigua banda, Funicular, de la que tres de nosotros formábamos parte. Llegamos a tocar en un escenario medianamente importante para nosotros y nuestra repercusión crecía a nivel regional. Nos nominaron a mejor grupo debutante de la región, tocamos en el Sonorama ese verano… Pero, claro, hubo que parar en febrero de 2020. Para nosotros fue un cambio importante, puesto que planteamos muchas cosas en ese periodo que persistió hasta finales del 21. Nos sirvió para reflexionar sobre cómo íbamos a retomar y nos ayudó a elaborar un plan y a componer un disco. Así que, tras dos años en silencio, salimos a la escena de un modo distinto, con más pretensiones de profesionalizar lo que hacemos, y con muchas intenciones de crecer. Lolo, Toni y Álvaro siguen en la banda, y Álex nos acompaña desde hace poco. No sabemos hasta dónde llegaremos, pero, en estos pocos meses desde que salió Wakame todo está creciendo, poco a poco suben seguidores, escuchas y nos salen cosas. Estamos bastante contentos con este camino.

 

¿Cómo nace el proyecto?
Más que nacer, nos planteamos ir en serio, con pretensiones y a tope. Ese planteamiento fue fruto del disco que grabamos con Carlos Hernández, del coqueteo con las diferentes discográficas independientes para sacar el elepé, estar un poco más inmersos en este «mundillo» tan complicado que es la música. Esa escena diferente en la que nos encontrábamos merecía que el cambio fuese completo: sonido, gestión, planteamiento, filosofía de grupo. Y aquí estamos. Al fin y al cabo, si nos paramos a analizarlo, Wakame ha ocupado más tiempo en contenido que la anterior formación, y de momento no decepciona para nada lo que estamos haciendo. A ver qué sale de todo esto.

 

Describid vuestro sonido.
Guitarras orgánicas que te llueven encima, una voz presente y casada con la distorsión del fondo, zurra ambiental, letras que te rompen si las reflexionas, un jaleo que cuando te entra te pone a saltar… En definitiva: ¡un poquito de wrock!

 

 

Principales influencias.
Son muchas las bandas que han inspirado y moldeado nuestra música, pero todas coinciden en el uso de la guitarra eléctrica como pilar fundamental. Podríamos destacar a Interpol, Placebo, The Killers, Biffy Clyro, Coldplay, Manchester Orchestra, Arctic Monkeys y un largo etcétera.

 

¿Cómo definiríais vuestro nuevo disco?
Es un disco bastante mimado, tuvimos tiempo para componerlo y Carlos Hernández lo produjo para que sonase redondo. Creíamos que teníamos algo chulo entre las manos y aquí está. Son ocho canciones, es un disco muy orgánico y visceral. Revolución industrial es para nosotros eso: una revolución. Habla sobre cómo pasa el tiempo y como se repiten las acciones de la gente, los pensamientos recurrentes, los sentimientos. Cómo fluye todo en el momento que estás a punto de perder la compostura y gritar lo que sientes. Además, ese periodo de la historia supuso un cambio drástico de todos los planteamientos de la vida, absolutamente todos. Por eso el nombre le venía que ni pintado como álbum debut. En todos los grupos modernos y emergentes está de moda decir que es «una declaración de intenciones», pero la verdad es que no nos gustan las modas, que luego pasan rápido. Que juzgue el oyente.

 

Vuestro disco suena, u os gustaría que sonara, como los de…
Suena a lo que pretendíamos que sonase. Queríamos tralla y queríamos contundencia, por eso Carlos Hernández fue el elegido para la producción. Como él en este rollo no hay otro y todos sus grupos llevan ese toque de zurra que es incontestable. Queríamos justo lo que tenemos.

 

Cinco discos de cabecera.
Turn on the bright lights, de Interpol; Only revolutions, de Biffy Clyro; The million masks of god, de Manchester Orchestra; A rush of blood to the head, de Coldplay, y Young mountain, de This Will Destroy You.

 

Cinco canciones perfectas.
“Many of horror”, de Biffy Clyro; “Bed head”, de Manchester Orchestra; “Rest my chemistry”, de Interpol; “The first fire”, de If These Trees Could Talk, y “A strange education”, de The Cinematics.

 

¿Preferís estudio o directo?
Hay momentos para todo. El directo es muy satisfactorio, sobre todo cuando el público acompaña y cada vez haces escenarios un poquito más importantes. El estudio es ilusionante porque materializas el trabajo de local y es el primer paso para seguir creciendo como banda. Los dos tienen cosas buenas y cosas malas, pero realmente como vamos compaginando todo, pues no nos podemos permitir estar seis meses parados componiendo disco o seis meses haciendo solo conciertos sin componer absolutamente nada, no conocemos otro modelo de momento que no sea el que llevamos. Es como cuando estudiábamos inglés en el insti: evaluación continua.

 

¿A quién os gustaría telonear?
Venga, vamos a fliparnos. Estaría guapísimo ir en alguna de sus giras con algún grupo internacional del rollo de Él Mató A Un Policía Motorizado, o con Las Ligas Menores, con los que tocaremos este verano en un festival; últimamente el rock independiente argentino está subiendo un montón y no deberíamos perderlo de vista. Lo que se está haciendo en México también es para echarle un oído. Estamos abiertos a la gira mexicana y a la argentina. Comemos bien, nos molan los asadores, el picante, la cerveza y la buena gente. El mariachi y el tango los llevamos regular, pero aprendemos rápido. Somos más de cumbias, pero os queremos. Escribidnos a @estoeswakame en todas las redes sociales, que nos haremos un poco de rogar pero acabaremos yendo. Por tener un poco más los pies en la tierra, una girita con Kitai, Airbag, Carolina Durante, Anabel Lee… Son grupos con los que nos partiríamos de risa y se pasaría el tiempo volando. Luego, grupos que nos daría respeto serían los Bunbury, León Benavente o Vetusta Morla de turno. Ojalá hubiésemos podido telonear a Dover, eso hubiese sido la hostia. Sí, somos unos flipaos.

 

¿En qué disco de homenaje os gustaría participar?
Estaría muy guay hacer un homenaje a Dover. Un grupo importantísimo en la historia del rock independiente español del que poco se habla actualmente para buscarlos como referentes. Revolucionaron un panorama nacional que bebía poco de ese estilo y lo petaron de una manera bestial.

 

 

¿Qué canción del disco es la que mejor os representa y por qué?
La que más nos mola y representa es, sin duda, “Bioética”. Es una conversación contigo mismo en primera persona del singular, para tornar posteriormente al tú, al reproche más explícito y visceral. Los actos repercuten en un ambiente común, por eso esas conversaciones en singular acaban siendo plurales, del medio, colectivas. Es el grito como reivindicación final de esta canción. Además, esa contingencia hace que sea la fiel representante del título del elepé. En principio, la canción podría asociarse a los cambios tanto éticos como físicos de la revolución industrial, lo que supone y supuso dilemas morales. Somos intensitos, ¿verdad?

 

¿Cómo sois encima de un escenario?
Nos gusta reírnos, aunque a veces nuestras canciones sean un poco más serias de la cuenta. Nos miramos bastante y eso nos hace venirnos arriba. Reconocemos que la primera canción somos un poco flanes y todavía nos tiembla un poco la canilla izquierda. Cuando todo suena guay y se va el nervio, a disfrutar. Hay que tener en cuenta que un grupo que empieza pisa menos escenarios de los que le gustaría siempre, lógicamente no estamos todas las semanas montando el tambaliche, y cuando tocas un mes después de la última vez es normal que pase esto. Pero lo llevamos con filosofía y con gracia. Como podrá entenderse, somos personales normales que hacen cosas de persona normal con una vida y dinámicas normales, y algún finde tocamos por ahí. Esto último nos da un componente de verdad que nos acerca al público. Lo que damos es lo que tenemos, ni más ni menos. Para nada vivimos en vidas irreales en las que nos regalan la palabra y nos agasajan con vino.

 

¿Qué planes tenéis este año?
Nos metemos a grabar otro disco en octubre. Ese es el plan más apetecible. Creemos que estamos creciendo y pretendemos llegar a final de año un poquito más consolidados, por lo menos que el nombre del grupo suene un poco más a nivel nacional. En cuanto a conciertos, decidimos ser un poco más arriesgados y hacer cosas fuera de Murcia. El verano tenemos festivales mediano formato y algún bolillo esporádico. A partir de septiembre pretendemos seguir saliendo de Murcia y visitaremos Sevilla, Barcelona, Valencia, Alicante… Lo que nos dejen y lo que nos va saliendo sobre la marcha. Para 2024 querríamos estar en algún festival, aunque sea escritos en pequeño y en la última línea, y para eso estamos trabajando. Poco a poco va saliendo el plan, si es que tenemos alguno.

 

Tenéis cincuenta palabras para vender vuestro primer disco. ¡Adelante!
¿No sabes aún lo que es el wrock!? ¡Nosotros tampoco! Pero no pasa nada, pásate por nuestro Spotify y oirás algo que se le aproxima mucho. Somos de Murcia, tampoco nos puedes pedir más. Ya sabes: your fragance, your rules. Para vender había que poner un slogan, ¿no? Bon appétit.

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