De estreno: Pau Vegas

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«La esperanza de continuar, de luchar por lo que quieres, y la ruina de toparse con barreras continuamente: eso es Esperanza y ruina»

 

Recién llegada a la industria, la vallisoletana Pau Vegas se presenta con el epé Esperanza y ruina, el interesante debut pop de la teclista de Amaia, Yoly Saa, Dora o Sofía Comas, entre otros proyectos. Esta es su historia.

 

Texto: EFE EME.
Foto: RAÚL PRAT.

 

Después de adelantarnos canciones como “Cabeza gris”, “Otra vez tú” y “Cuántas noches”, llega Esperanza y ruina, el epé de debut de Pau Vegas, música vallisoletana que se estrenó discográficamente el pasado 10 de febrero. Para ello ha contado con la producción de El Extintor (Marcel Bagés y David Soler), que le acompañan en esta breve colección de gemas pop y electrónica con la que se presenta en directo el 18 de marzo en el teatro Zorrilla de Valladolid. Aquí la conocemos mejor.

 

¿De dónde vienes?
Vengo de Valladolid y he tocado en varios proyectos personales anteriormente, como mi banda Cuarto Burlé. Y también acompañando a muchas artistas, como Amaia, Yoly Saa o Dora.

 

¿Cómo nace el proyecto?
Nace de la necesidad de explorar en mis canciones nuevos sonidos.

 

Describe tu sonido.
Son canciones de pop, pero con una sonoridad electrónica debido a los sintetizadores y percusiones electrónicas. Pero no dejan de ser canciones, en la forma.

 

Principales influencias.
Escuché mucho pop e indie en español, mucha música latinoamericana también. Bon Iver o James Blake, por supuesto. Y jazz contemporáneo.

 

¿Cómo definirías tu nuevo disco?
Creo que las canciones son muy diferentes entre sí, pero las rodea un aura parecido, creo que debido a la época en la que las escribí hace dos años. Son bastante oscuras pero hay claridad en el mensaje, creo. Esperanza y ruina, básicamente.

 

 

Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como los de…
Me gustaría que sonara como un primer epé, ya habrá ocasión de sonar a otra cosa.

 

Cinco discos de cabecera.
In the beginning, de Kira Skov y María Faust; 22, A million, de Bon Iver; Amok, de Atoms for Peace; Un día en el mundo, de Vetusta Morla, y Mingus ah um, de Charles Mingus.

 

Cinco canciones perfectas.
“Belice”, de Love of Lesbian; “Goodbye pork pie hat”, de Charles Mingus; “Believe, beleft, below”, de Esbjörn Svensson Trio; “Livin’ on a countdown”, de Mastters, y «No more dream, no red light», de Finn Botswanna.

 

¿Prefieres estudio o directo?
Directo, sin duda.

 

¿A quién te gustaría telonear?
Venga, va: Bon Iver.

 

¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?
Posiblemente en uno a Thom Yorke.

 

¿Qué canción del disco es la que mejor te representa y por qué?
Ahora mismo me siento más cerca de «Muy cerca del suelo». Me hace creer, al menos durante unos minutos, que la vida es un poquito más suave.

 

¿Cómo eres encima de un escenario?
¡Venid a un bolo! Je, je, normalmente voy con Dani Barcala, guitarrista, y con todos nuestros sintetizadores y máquinas. Más es más. Si tuviésemos más instrumentos, es probable que los llevásemos también.

 

¿Qué planes tienes este año?
Girar con este epé para rodarlo mucho.

 

Tienes cincuenta palabras para vender tu primer disco. ¡Adelante!
Son cuatro canciones con un concepto que no solo cualquiera que se dedique a alguna profesión artística sentirá como suyo, también habla de la vida actual. La esperanza de continuar, de luchar por lo que quieres, y la ruina de toparse con barreras continuamente. Eso es Esperanza y ruina.

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