De estreno: Bravo Lahoz

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«No quiero crear un “sonido propio”, ni mierdas de esas»

 

Acaba de ver la luz su primer disco en solitario y homónimo. Con él, el músico madrileño se desprende de su bagaje por el ruidismo punk y el hardocre, para adentrarse en sonidos de todos los tiempos y rincones, a través de la intimidad de unos textos autobiográficos. Se llama Bravo Lahoz, sus canciones atrapan y su libertad creativa todavía más.

 

Texto: SARA MORALES.
Fotos: CARMEN GONZÁLEZ.

 

Tras Francisco Javier Bravo Lahoz, aka Bravo Lahoz, se erige una gran personalidad. Podría parecer un outsider, pero no lo es; ocurre, sencillamente, que tiene las ideas muy claras y estas avanzan por caminos que no suelen ser los habituales en estos lares. Quizá por eso sorprende, o engancha, más bien. Por esa lealtad a sí mismo fuera de pretensiones y ambiciones, por su naturalidad, pero también por su propuesta de sonido realista, ciertamente oscuro, enigmático y contagioso, a la par que intimista. Procede de la escena post punk y hardcore donde la batería era su lenguaje, pero ahora encarna un camino en solitario que ya cuenta con su primer álbum de estudio y homónimo, publicado el pasado 14 de abril.

Hoy le conocemos más a fondo, pero si quieres llegar de verdad hasta él, escucha sus canciones. Esas ocho historias son él y, su música, un trocito de la historia de todos.

 

¿De dónde vienes (geográficamente y proyectos anteriores)?
Vivo en un pueblo de la sierra norte de Madrid, vine a dar aquí hace unos años huyendo de la decrepitud de la ciudad. En cuanto a los proyectos, he participado en varios desde que era joven, bandas sin ninguna repercusión, pero en las que lo he pasado muy bien. Primero lo intenté como cantante, no sabía tocar nada; después empecé con la guitarra (con la que no soy lo que se puede llamar un virtuoso) para poder componer, obtuve los mismos resultados; hará diez años empecé con la batería, es más fácil encontrar banda y mucho más divertido; pude participar en algunas cosas, pero se disolvieron también.

 

¿Cómo nace el proyecto?
Disuelta la última banda en la que tocaba, me convencí de que si quería sacar algo tenía que intentarlo por mi cuenta; siempre había querido grabar en estudio, pero no se habían dado las condiciones porque todas las bandas en las que he tocado han caído antes de poder dar ese paso. Compuse “Se abre paso” con la idea de grabarla y dejarlo ahí, no tenía más pretensión; pero me enganché y empecé a recuperar cosas que tenía por ahí a medio hacer para llevarlas al estudio.

 

Describe tu sonido.
La voz muy presente para enfatizar el mensaje, guitarras lo-fi y la aportación de la gente que colabora, a la que doy mucha libertad; la producción de cada canción ha sido determinante en el resultado final, ha definido el sonido. En el disco no hay un estilo predominante ni un sonido reconocible, tampoco me preocupa demasiado. No quiero crear un “sonido propio”, ni mierdas de esas. Lo importante para mí es que cada canción sea coherente con los textos.

 

 

Principales influencias.
No me he apoyado en nada concreto, de hecho no he querido fijarme deliberadamente en nada, para no verme demasiado influido. De todas formas, siempre he tenido presentes a los clásicos: Brian Eno, Lou Reed, David Bowie o John Cale, y eso se debe notar, aunque no sé exactamente cómo.

 

¿Cómo definirías tu nuevo trabajo?
Es un conjunto de cosas muy dispares. Las canciones salen de diferentes momentos recogidos en cuadernos que acumulo desde los noventa. Hay diversidad de estilos, me gusta pensar en él cómo en una recopilación que recoge vivencias, reflexiones y otros desvaríos; es totalmente autobiográfico. El hecho de contar con dos producciones diferentes enfatiza esa intención de tratar cada tema de una forma individual. Entiendo que va ser difícil de etiquetar, así que habrá quien lo llame indie, como llaman a todo lo que no saben dónde meter.

 

Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como…
No lo sé, de verdad que no lo sé; cuando me han pedido referencias no he sabido muy bien qué decir. No busco un sonido más allá de lo que salga, el propio proceso va dando forma a los temas.

 

Cinco discos de cabecera.
Pet sounds, de los Beach Boys; Berlin, de Lou Reed; cualquiera de los de American Recordings, de Johnny Cash; Lodger, de David Bowie y el London calling, de los Clash. Si me preguntas mañana, probablemente diré otros.

 

Cinco canciones perfectas.
“Golden hours”, de Brian Eno (esta seguramente la volvería a nombrar mañana); “Holiday in Cambodia”, de Dead Kennedys; “Venus in furs”, de Velvet Underground; “Bela Lugosi’s dead”, de Bauhaus y “Mowai fear Satan”, de Mogwai.

 

¿Prefieres estudio o directo?
Pues creía que el directo, hasta que me puse a grabar el disco; soy bastante gafe con los conciertos. De todas formas, el proceso de composición es el que me mueve a hacer todo esto, escribir las letras, darles forma y encajarlas con la música, es un trabajo que requiere mucha concentración, me parece que tiene algo de artesanía. Es lo que más me interesa.

 

¿A quién te gustaría telonear?
Me da un poco igual, aunque preferiría no tener que mezclarme con todos esos que van lanzando consignas baratas y reivindicaciones propagandísticas. Pero, vamos, estoy tranquilo porque gente de ese pelaje solo cuenta con afines.

 

 

¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?
Cualquiera al que me inviten, siempre y cuando no haya dinero público “de por medio”. Y cuanto más alejado de lo que hago sea el homenajeado, más me interesa la idea.

 

¿Qué canción de tu nuevo trabajo es la que mejor te representa y por qué?
Todas son autobiográficas y representan mi interpretación sobre diferentes experiencias, así como la búsqueda de conocerme más a mí mismo. Diría que “El gilipollas” es la que más me define, de hecho había pensado llamarla “autorretrato”, las razones son obvias.

 

¿Cómo eres encima de un escenario?
Cuando me he visto en vídeos, paso una vergüenza ajena terrible; pero la gente suele decir que lo pasan bien. Espero que podáis verlo en algún momento, cuando venza la maldición. Tenía previsto tocar en Fuenlabrada, dentro del festival Inverfest, pero di positivo en Covid dos días antes. Ya os dije que soy un poco gafe para los conciertos, cada vez que me sale algo, me pongo a temblar porque sé que algo me va a pasar.

 

¿Qué planes tienes para este 2022?
En circunstancias normales, presentar el disco; pero según está la cosa, quién sabe si voy a llegar a cumplirlo antes de que el mundo se vaya a la mierda. De todas formas, por si acaso, estoy ya escribiendo nuevos temas, por si hay oportunidad de sacar una segunda entrega.

 

Tienes cincuenta palabras para vender vuestro disco. Adelante!
Por el precio de una copa de garrafón en Madrid, puedes hacerte con él, el dolor de cabeza es el mismo, pero la portada es muy chula.

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