Cine: “Terminator: Génesis”, de Alan Taylor

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“La potente historia de ciencia-ficción y la reflexión moralista que sustentaba la acción incesante de los filmes de Cameron es aquí sustituida por giros narrativos supuestamente explicativos cada vez más excesivos y absurdos hasta el punto de no respetar ni la legendaria integridad del mismísimo John Connor”

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“Terminator: Génesis”
Alan Taylor, 2015

 

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

 

“Terminator: Génesis” es una de esas películas que ejemplifican a la perfección cómo la recepción de una obra depende fundamentalmente del ojo de quien la ve. Si uno quiere ver explosiones, disparos, efectos especiales y robots en el típico espectáculo palomitero estival sin necesidad de mirar hacia atrás, adelante. Ahora, si alguien esperaba una continuación fiel al espíritu de “Terminator” y “Terminator 2: El juicio final” (los filmes originalmente realizados por James Cameron en 1984 y 1991, respectivamente), es probable que salga de la sala muy decepcionado.

Donde el otro gran «reboot» del año, “Jurassic World” (Colin Trevorrow, 2015), pudo referenciar sin ofender ni depender en exceso de sus antecedentes, “Terminator: Génesis” busca subvertir y dar una vuelta de tuerca a “Terminator” y fracasa estrepitosamente a pesar de contar con un interesante punto de partida: la promesa, incumplida, de ser un homenaje revisionista del clásico de 1984.

No sabiendo cómo aprovechar la nostalgia del que es su público potencial y en favor de pretender sorprender de manera continua al espectador, la potente historia de ciencia-ficción y la reflexión moralista que sustentaba la acción incesante (acompañada de esos diálogos ingeniosos tan ochenteros) de los filmes de Cameron es aquí sustituida por giros narrativos supuestamente explicativos cada vez más excesivos y absurdos hasta el punto de no respetar ni la legendaria integridad del mismísimo John Connor (en esta ocasión interpretado por Jason Clarke). Recordando en cierta manera a aquel despropósito que era “Prometheus” (Ridley Scott, 2012) cuando uno se paraba a reflexionar sobre lo que acababa de ver, los personajes de esta película dan tumbos de un lado a otro dejándose llevar por una sucesión de situaciones cuyo nivel de coherencia va en caída libre.

Para colmo, Emilia Clarke (“Juego de tronos”) no resulta convincente como la heroína de acción que en teoría ha de ser Sarah Connor y la escasa química que demuestra con el encargado de interpretar a Kyle Reese, Jai Courtney, tampoco ayuda. El filme además desaprovecha secundarios con mucho potencial entre los que se encuentran J.K. Simmons (“Whiplash”), utilizado inútilmente para tratar de crear comicidad a partir de su confusión, y Matt Smith (“Doctor Who”), cuyas breves apariciones no dan cuenta de la pretendida relevancia de su personaje.

Lo mejor, con diferencia, es la reaparición estelar de Arnold Schwarzenegger. Los guiños al envejecimiento pero no obsolescencia del actor en relación a su retorno en la franquicia son el único acercamiento aceptable que “Terminator: Génesis” hace a la saga original. Lo peor, que todo parece indicar que “Terminator” ha vuelto para quedarse, al menos durante algunos veranos.

 

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