Cine: “En el corazón del mar”, de Ron Howard

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“Aunque la configuración narrativa no resulte en exceso original, a nivel visual el filme es impresionante, los efectos especiales son asombrosos, la acción deja sin respiración y los momentos de tensión se suceden uno tras otro”

 

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“En el corazón del mar”
RON HOWARD, 2015

 

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

 

“En el corazón del mar” cuenta la historia de los marineros del ballenero Essex, naufragado en 1820 tras el ataque de un cachalote en el Pacífico Sur. El incidente, al parecer, inspiró parte de la leyenda de la ballena blanca que crearía 30 años más tarde Herman Melville con la publicación del clásico de la literatura norteamericana “Moby Dick”. En esta relación se insiste con la propia estructura narrativa del filme, que parte de la entrevista que el novelista hace a un superviviente para luego narrar la aventura en flashback. Si uno ha leído la novela, la película “gana puntos” por presentar en pantalla lo que Melville describía con todo lujo de detalles: el bullicioso puerto de Nantucket, cómo se cazaba una ballena en el siglo XIX o el complicado proceso de despedazarla (además de algunos guiños perversos como la oportuna mención a Nathaniel Hawthorne).

En ciertos momentos, el filme incluso parece querer recuperar algunos de los temas que ya se trataban en “Moby Dick” con maestría, como son las consecuencias de una obsesión malsana y delirante o la especial camaradería entre marineros, pero pasa por ellos de manera superficial, sin llegar a captarlos de manera tan pormenorizada.

De hecho, lo que más escasea en “En el corazón del mar” es la profundidad. Los personajes resultan planos y estereotipados y los conflictos o relaciones establecidos entre ellos quedan sin desarrollar y dan la sensación de pasar a cámara rápida ante nuestros ojos. La empatía con los tripulantes del Essex o al menos sentir compasión y angustia resulta inevitable, no por la complejidad psicológica que presentan, sino por el sufrimiento al que son sometidos. Ciertos giros narrativos chirrían por su exagerado tono de fatalidad y otros son repetitivos (por pensar que los hemos visto mil veces), haciendo que el conjunto se resienta.

Sin embargo, hemos de recordar que la película no pretende hacer una adaptación fiel de “Moby Dick”, sino ser un blockbuster ambientado en el mismo contexto. Y eso lo consigue. Aunque la configuración narrativa no resulte en exceso original, a nivel visual el filme es impresionante, los efectos especiales son asombrosos, la acción deja sin respiración y los momentos de tensión se suceden uno tras otro (especialmente al inicio del viaje del Essex).

 

“En el corazón del mar” es, pues, un entretenido filme de aventuras que hará las delicias de todos aquellos que quieran una película excitante y cargada de emociones fuertes, dejando algo desencantados a los que tal vez busquen algo diferente.

 

 

 

 

Anterior crítica de cine: “Langosta”, de Yorgos Lanthimos.

 

 

 

 

 

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