Cinco discos para descubrir a Barricada

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Javier Escorzo se adentra por los pasadizos de la discografía de Barricada para enfocar con la linterna cinco discos imprescindibles para adentrarse en la música de la banda liderada por El Drogas.

 

Selección y texto: JAVIER ESCORZO.

 

Barricada es uno de esos grupos que no necesitan presentaciones. Durante tres décadas esculpió la monumental obra que le hizo ascender al olimpo del rock nacional, aunque sus integrantes siempre mantuvieron los pies en el suelo, en la calle a la que pertenecen sus canciones. Aquí recordamos cinco de sus discos para quien quiera recordar, o acercarse, a esta banda inmortal.

 

1. Noche de rock & roll (Soñua, 1983)

Pocas carreras musicales pueden presumir de tener un arranque tan impactante como el de Barricada con la carcajada siniestra de El Drogas al comienzo de “La silla eléctrica”, tema que abría su debut discográfico en 1983. Por aquel entonces, la banda que se convertiría en estandarte del llamado rock urbano nacional todavía no contaba con sus cuatro integrantes clásicos; estaban ya El Drogas y Boni, pero acompañados por Sergio Osés (voz y guitarra) y Mikel Astráin (batería). Pocos meses más tarde, Sergio se iría a la mili y sería sustituido por Alfredo Piedrafita, mientras que Mikel moriría a causa de un derrame cerebral, ocupando su puesto Fernando Coronado. A pesar de que en Noche de rock & roll el grupo todavía estaba buscando su personalidad, construyendo su estilo y depurando su sonido, y a pesar también de la escasez de medios con la que fue grabado, podemos apreciar en él toda la rabia y las ganas de triunfar de una banda que había llegado para quedarse.

 

 

2. Por instinto (Mercury, 1991)

La de los ochenta fue una década veloz, también para Barricada. Barrio conflictivo, No hay tregua, No sé qué hacer contigo, Rojo, Pasión por el ruido… A disco por año, superando con cada nuevo lanzamiento los éxitos cosechados por el anterior y sin dejar de tocar en directo, el boca a boca y el irresistible pellizco de sus canciones hicieron de ellos la banda de rock más popular de aquellos años. La primera gran explosión llegó con su mítico Doble directo, en el que resumían lo más granado de sus seis elepés anteriores. Aunque, posiblemente, alcanzaron su cénit de popularidad con Por instinto, que fue Disco de Platino y llegó a soñar en las radiofórmulas, algo inaudito para un grupo de rock del estilo de Barricada. El álbum contenía la que a la postre sigue siendo su canción más conocida, “En blanco y negro”.

 

 

3. Insolencia (Mercury, 1996)

Como muchas otras bandas que venían de triunfar en los ochenta, Barricada tuvo que pasar en los noventa su particular travesía del desierto. La borrachera de éxito vivida con Por instinto se mantuvo con Balas blancas, pero después llegó la resaca en trabajos como La araña o Insolencia. Hay que decir en su favor que estos cuatro navarros no se limitaron a repetir la mima fórmula, sino que investigaron y se zambulleron en nuevos sonidos sin abandonar nunca el rock, claro, pero acercándose a estilos como el grunge o el hardcore, o a bandas como Rage Against The Machine. Sin embargo, el gran público no les siguió en estas aventuras.

 

 

4. Bésame (DRO, 2002)

Tras esa época oscura en la que algunos llegaron a temer por la continuidad del grupo (otros, directamente, lo dieron por muerto), Barricada comenzó un lento pero inexorable renacimiento. El disco que empezó a cambiar las cosas fue Bésame, en el que convivían temas cercanos a su pasado reciente, más “metalero” (como “Bésame” o “Pisapapeles”) con otros en los que sonaban a ellos mismos en su versión más reconocible y disfrutable (“Echa a correr”, “El trompo”, “Con un par”). A pesar de que la conexión con el público se estaba recuperando a muy buen ritmo, todavía quedaban heridas abiertas y, durante la gira de este álbum, El Drogas anunció que abandonaba la banda. Finalmente le convencieron para que no lo hiciera y fue el batería Fernando Coronado, quien salió, siendo sustituido por Ibi. Este fue, por tanto, el último disco registrado por la formación clásica.

 

 

5. La tierra está sorda (DRO / WARNER, 2009)

La cumbre de su nueva ascensión, el clímax de su segunda juventud y una de las obras más sobresalientes de su larga y extensa trayectoria fue, sin duda, La tierra está sorda. Las buenas sensaciones recuperadas con Bésame se confirmaron y fueron creciendo con Hombre mate hombre y el directo Latidos y mordiscos. Después, El Drogas leyó más de un centenar de libros sobre la guerra civil española y la posterior dictadura. Recorrió España junto a Mamen, su socia, hablando con supervivientes y visitando lugares de memoria histórica. El resultado fue La tierra está sorda, un álbum descomunal, tanto por la ingente cantidad de información que contenía como por su calidad musical. Con él regresaron definitivamente a las buenas ventas (fue Disco de Oro) y los grandes aforos. Sin embargo, a su término, El Drogas abandonó el grupo. Los que se quedaron dijeron que no quería seguir, él dijo que le habían expulsado. Sea como fuere, Barricada buscó otro bajista y grabaron sin él tres discos más (Flechas cardinales, Quedan caminos por recorrer y Agur) antes de disolverse definitivamente, dejando tras de sí una de las trayectorias más brillantes y coherentes de la historia del rock español.

 

 

Anterior entrega: Cinco discos para descubrir a Wilco.

 

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