Alfonso Cardenal y Bruce Springsteen

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PUNTO DE PARTIDA

«Me impactó este disco porque, a mis 10 u 11 años, representaba dejar de ser niño y entrar en el misterioso mundo de los adolescentes»

 

Es una de las voces más sonadas de la SER y está al frente, desde hace ya siete años, de Sofá Sonoro, el aplaudido programa musical que analiza los discos fundamentales de la historia. Recién inaugurada su novena temporada, Alfonso Cardenal hace un inciso para hablarnos, cómo no, de un álbum; pero, esta vez, del que le cambió la vida a él: The river, de Bruce Springsteen.

 

 

 

 

Bruce Springsteen
The river
COLUMBIA RECORDS, 1980

 

Texto: ALFONSO CARDENAL / EFE EME.

 

Atendiendo a nuestra pregunta sobre cuál es el álbum que más le ha marcado, y que ha condicionado su trayectoria como periodista musical, Alfonso Cardenal lo tiene claro: «Ese disco tiene que ser The river, de Bruce Springsteen. Lo compré un verano con el dinero que me habían dado por mi cumpleaños. Entré en una tienda de Menorca, un establecimiento pequeño que tenía discos y también ropa deportiva. No había muchos, solo un par de estanterías. No fui con la idea de comprarme uno en concreto, pero cuando lo vi me miró y supe que tenía que ser ese. Lo compré en cedé porque, en 1994, el vinilo estaba casi desaparecido. Luego recuerdo llegar a casa, meterlo en el reproductor y salir a la calle sintiéndome muy mayor».

Este no fue el único disco que tenía aquel Alfonso preadolescente, pero sí el más significativo: «Tenía alguno más, pero este es el primero que recuerdo comprar sabiendo lo que estaba comprando, tras haber pasado un tiempo en la tienda mirando, observando, leyendo los créditos… Aquel disco no lo tenía, ni lo había escuchado entero, pero sí conocía varias canciones del mismo que me encantaban. En aquella época no tenías acceso a esos temas si no los grababas de la radio o te comprabas el elepé».

Tirando de memoria, el periodista reconoce que fue en el ambiente de casa y sus rutinas donde comenzó su gusto y admiración por Springsteen: «Conocía el disco por la canción que le daba nombre. En casa escuchaba a Springsteen porque mi padre tenía algún álbum y, cuando íbamos de viaje, también sonaba en el coche. Un día, en uno de esos trayectos, sonó “The river” y mi padre me explicó que era de Springsteen; desde entonces, y hasta que compré el disco, que igual pasó bastante tiempo, aquella era una canción mágica para mí. Además, mi padre había llevado a mi hermano mayor a la gira de ese álbum y todo eso tenía algo místico. Ya con los años y el tiempo, sigue siendo un álbum especial para mí y para mucha gente. Aquel primer disco lo perdí, pero lo he comprado muchas veces y en distintos formatos. De viaje en Tokio me compré una edición japonesa que es lo más preciado de mi colección. Me impactó este álbum porque, a mis 10 u 11 años, representaba dejar de ser niño y entrar en el misterioso mundo de los adultos, o más bien de los adolescentes».

Sobre el repertorio que compone The river, confiesa: «De inicio, había tres o cuatro temas que escuchaba en bucle, pero, después de abrasar el disco, me alejé de él. Cuando regresé a su lado, con los años, las que me gustaban eran otras. “The river» siempre será una canción especial para mí, pero también me gustan “Sherry darling”, “Fade away”, “Stone car” o “Drive all night”. Este disco es uno de los más importantes de la carrera del Boss, el álbum que le abre la puerta al estrellato tras Born to run, que es enorme. Todavía hoy lo sigo escuchando. Quizá no tanto como antes, por eso cuando algún día lo pongo resulta especial, me lleva a muchos sitios lejanos».

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