Chris Isaak en cinco canciones imprescindibles

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Foto: Eduardo Tébar.

 

Un viaje de cinco temas por la carrera del músico californiano que conjuga el rock de los cincuenta con el country de los sesenta y los setenta como nadie. Con esta selección, Eduardo Izquierdo repasa algunos de sus hitos más aplaudidos.

 

Selección y texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

El orgullo de Stockton (California), Christopher Joseph Isaak, conocido en el mundo del espectáculo como Chris Isaak, fue uno de los protagonistas del número 31 de Cuadernos Efe Eme. El tipo de la nariz fracturada, producto de su pasión por el boxeo, hijo de un conductor de grúas y una trabajadora de una fábrica de patatas fritas ha escrito, y lo sigue haciendo, algunas de las páginas más brillantes de la música norteamericana. Así que le ponemos música al citado artículo con una selección de cinco de sus numerosas enormes canciones.

 

1.- “Wicked game”, de Heart shaped world (1989)

La canción que lo cambió todo. Un antes y un después en la carrera de Chris Isaak. El cineasta David Lynch, fan acérrimo de nuestro protagonista, incluyó una versión instrumental del tema en su película Wild at heart. El dj de Atlanta, Lee Chesnut, hizo el resto. Investigó de dónde venía esa tonada instrumental hasta llegar a la versión cantada por Isaak y la puso sin parar en su programa. Poco a poco, esa hipnótica letra sobre un amor obsesivo y el increíble falsete de Chris fueron calando en el público y, a los dieciocho meses de su publicación –mucho tiempo para lo que suele ser habitual–, se convirtió en un auténtico bombazo llegando al doble platino en Estados Unidos.

2.- “Baby did a bad, bad thing”, de Forever blue (1995)

Otra canción “de película”. En todos los sentidos. No solo porque es una auténtica maravilla, sino porque en 1999 aparecería en Eyes wide shut, de Stanley Kubrick, elegida personalmente por Nicole Kidman, su protagonista femenina, mostrando esa unión que siempre ha habido entre lo cinematográfico y la carrera musical de Isaak. Como sucedió con “Wicked game”, su éxito llegó tardío, especialmente después de aparecer en la citada película. El videoclip oficial está protagonizado por la modelo Laetitia Casta, que aparece realizando posturas sugerentes desde una televisión a Chris Isaak, mientras este la observa en su habitación de hotel. Por ello fue censurado, y su versión “lasciva” solo podía emitirse pasadas las nueve de la noche.

3.- “Somebody’scrying”, de Forever blue (1995)

Repetimos disco con otra a soberbia. Un tema de ruptura, ya que el músico lo escribió tras separarse de su novia de entonces. De hecho, en declaraciones a diversos medios del momento, declaró que lo había escrito literalmente encerrado en un armario. En The Oak Ridger, por ejemplo, puede leerse que «mi casa tenía un vestidor grande en el pasillo, cerré la puerta y me senté debajo de los abrigos. Había una guitarra apoyada contra la pared en la parte de atrás. Empecé a afinarla y escribí la canción». Que el tipo estaba hecho polvo no hay quien lo dude. No en vano, todo Forever blue es un disco de ruptura, aunque quiso compensarlo con un videoclip animado de ambiente surfero para esta canción. En todo caso, que en la carpeta del álbum se incluyera una carta manuscrita datada el 13 de febrero de aquel mismo año, dirigida a su ex, lo dice todo.

4.- “Can’t do a thing (to stop me)”, de San Francisco days (1993)

A rebufo del éxito de “Wicked game” llegó un álbum que los fans de Isaak recuerdan siempre con cariño, no solo por su tema titular, sino también por esta canción en la que volvemos a ver, en su videoclip oficial, a un Chris Isaak retozando con una modelo semidesnuda. Marca de la casa. La canción habla de los remordimientos que siente el protagonista al estar con una mujer con la que no debería. Y, aunque lo sabe, no puede apartarse de ella.

5.- “Blue hotel”, de Chris Isaak (1986)

Tras su primer disco, Silvertone, Isaak decide titular de manera homónima el segundo. En él se incluye este tema que, si bien no sería el primer sencillo del álbum, sino el segundo, acabó copando todo el protagonismo. Con una interpretación vocal más cercana que nunca a la de su admirado Elvis Presley, el tema no fue un éxito en Estados Unidos, pero sí en países como Francia, Países Bajos o Reino Unido. A día de hoy sigue siendo uno de los grandes momentos de sus conciertos y una de las canciones más esperadas por el público.

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