Casi imposible, de Jonathan Levine

Autor:

CINE

«Casi imposible no sonreír, reír y disfrutar con esta película»

 

Casi imposible
Jonathan Levine, 2019

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

Uno de los principales tropos de la comedia romántica desde la época clásica ha sido la construcción, desarrollo y desenlace de relaciones entre dos personajes que, a primera vista, están destinados a no entenderse, bien sea por una cuestión de caracteres, profesiones o clase. Casi imposible recoge el testigo de películas como Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953) o Notting Hill (Roger Michell, 1999) y presenta una mujer en una posición de poder y un co-protagonista masculino cuya situación hace que sea difícil que la relación salga adelante. En esta ocasión, la Secretaria de Estado Charlotte Field (Charlize Theron) se plantea presentarse como candidata a la presidencia de EEUU cuando se encuentra de casualidad con Fred Flarsky (Seth Rogen), un amigo de infancia que recientemente ha dejado su empleo como periodista, y le contrata como redactor de discursos con la idea de animar el contenido de sus intervenciones y mejorar con ello sus datos de popularidad.

Quizás sea porque gran parte de la carrera de Seth Rogen se ha construido en torno a su improbable representación como el objeto de interés de protagonistas femeninas que, a primera vista, “juegan en otra liga”; o quizás sea la impecable vis cómica de Charlize Theron (demostrada anteriormente gracias a los infravalorados guiones de Diablo Cody en filmes como Young adult, de 2011 o Tully, de 2018), pero la pareja protagonista de Casi imposible funciona a la perfección y resulta creíble, cercana y entrañable desde el primer minuto. Para ello, se recurre a la fórmula de las comedias románticas producidas por Netflix, que, en su mayoría, están consiguiendo insuflar nueva vida a un género cuya muerte se ha anunciado en numerosas ocasiones: retomar modelos y estructuras clásicas y tratar de refrescarlas y actualizarlas, enraizándolas en el contexto de realización. Si bien no hay escasez del tipo de humor atrevido y vulgar asociado a Seth Rogen y su amplia familia fílmica, Casi imposible es menos arriesgada en su puesta al día que las obras de la plataforma online y demasiado tímida a la hora de mojarse políticamente, resultando quizás excesivamente conservadora para su potencial. Las leves referencias a un incompetente y corrupto presidente que ha hecho carrera en televisión y los comentarios sobre las dificultades a las que Charlotte se enfrenta como mujer en un mundo masculinizado no son suficientes para compensar lo que es, en definitiva, una cansina y poco plausible llamada al compromiso y a considerar la validez de los argumentos de ambas partes.

 

 

En cualquier caso, y como ha de ser para que toda comedia romántica funcione, Seth Rogen y Charlize Theron son divertidos, encantadores y tienen una química física y conductual que hace que esta improbable pareja resulte viable tanto fuera como dentro de la pantalla y que sea casi imposible no sonreír, reír y disfrutar con esta película.

 

 

Anterior crítica de cine: Asbury Park: Riot, redemption, rock’n’roll, de Tom Jones.