El disco del día: Rumba Vella

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«Asumiendo formas netamente puras —bajo eléctrico incluido para reforzar una sónica esencialmente acústica— la mayor aportación de Rumba Vella es la incorporación de un violín que no solo da color y relieve, sino que tiene fuerza expresiva a lo largo de todo el álbum y empasta a la perfección»

Rumba Vella
«Els ignorants»
TALLER DE MÚSICS /DISCMEDI


Texto: JUAN PUCHADES.


La rumba catalana clásica (o tradicionalista), tan necesitada de nombres que se unan a la causa de mantener un sonido que remita a las raíces del género para que este perdure frente a la avalancha de fusiones, encuentra en el quinteto Rumba Vella sangre joven para que la fiesta no decaiga. Integrado por el núcleo central de Rumbamazigha –un proyecto, sí, de fusión rumbera altamente interesante que estos días también acaba de publicar su primer disco–, los componentes de Rumba Vella son hijos, sobrinos o nietos de rumberos de estirpe. Como tales, en este debut recuerdan a los viejos maestros con ‘Son, son’, de Chango, y el nuevamente actual por su temática ‘Que disparen flores’, de Peret. Incluso, y esto resulta muy llamativo, releen un par de versiones que, en su día, ya grabaron sus mayores, ciñéndose, más o menos, a trabajar sobre las tomas ideadas por aquéllos: El ‘Hey’ de Julio Iglesias que registró Salsa Gitana en su mítica y fantasmal casete, y ‘Si tú te vas’, de Johnny Ventura, que hicieron suya Chipén. A eso se le llama rizar el rizo.

Entre otras, se atreven con el ‘Todo es color’ de Lole y Manuel, el ‘Cambalache’ de Díscepolo y el ‘Muévete’ de Rubén Blades, pero es en ellas donde más flaquean, pues muestran una cierta falta de riesgo al atacarlas, cuando se habría agradecido que olvidaran algo más los patrones originales (en ‘Cambalache’ hasta incluyen bandoneón) y las hubieran pervertido con ganas, algo en lo que pioneros como Peret o Chacho eran unos fenómenos, mucho más atrevidos y disparatados, desde luego. Pero bien está que Rumba Vella vaya buscando su camino, en el que, indudablemente, deben de imprimir su sello personal y no renunciar a la música que llevan pegada a los dedos y los oídos. A destacar que el venerable Joan Calabuig «Joanet» (Patriarcas de la Rumba) les regala las estupendas ‘Els ignorants’ y ‘Cultures’ (esta también foma parte del repertorio de Rumbamazigha),

Asumiendo formas netamente puras —bajo eléctrico incluido para reforzar una sónica esencialmente acústica— la mayor aportación musical de Rumba Vella es la incorporación de un violín que no solo da color y relieve, sino que tiene fuerza expresiva a lo largo de todo el álbum y empasta a la perfección en el conjunto. También cabe señalar la presencia de hasta tres vocalistas, cada uno con maneras y timbres personales, lo que les permite combinar voces y enfrentarse a distintas rítmicas y necesidades interpretativas: de la voz áspera, fuerte y muy gitana de Emili Calabuig a la dulce y caribeña de Jonathan Malla pasando por la más melódica de Jack Tarradellas.

Por momentos deslumbrante y cautivador, el estreno de Rumba Vella hace desear que el quinteto no tarde demasiado en entrar de nuevo en el estudio –en la rumba catalana las despedidas a la francesa o el dejar transcurrir años entre discos, son, por desgracia, un clásico demasiado habitual– y que lo hagan, a ser posible, soltándose más el pelo cuando ataquen versiones ajenas, pero, sobre todo, que se atrevan a componer temas propios (y en Rumbamazigha lo hacen). Porque, en gran medida, la supervivencia de la rumba catalana de calidad –digámoslo, venga, la no pachanguera, que tanto abunda–, depende necesariamente de canciones originales, de renovar repertorios, de crear temas con historias de hoy y para gente de hoy pero con vocación de perdurar. Por el momento, quedamos a la espera disfrutando de esta primera entrega, sabiendo que en manos de este quinteto, todavía hay esperanza.

Anterior entrega del disco del día: Morfi Grei & Electroputas.

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