“20 años. Hoy es siempre”, de Ismael Serrano

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DISCOS


“En este disco hay buena parte de nuestro mapa sentimental y de las huellas más personales del propio Ismael”

 

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Ismael Serrano
“20 años. Hoy es siempre”
MULTIVERSO

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.

 

El próximo 3 de marzo, Ismael Serrano comienza en Logroño la gira de celebración «20 años. Hoy es siempre», cuyo formato físico en doble cedé y deuvedé viene al caso. Barcelona, Valencia y Madrid ya han agotado sus entradas, en ésta última parada ya hay una segunda fecha. Argentina y Uruguay serán los primeros países en Latinoamérica donde se celebrará también el espectáculo. Y su público sigue tan comprometido como el primer día. Ismael atesora una audiencia variada, muy variada, con una base excepcionalmente sólida desde «Atrapados en azul» (1997), y que durante estos veinte años le ha mantenido en un éxito constante, en España y América. Todo en una época dificilísima para la cultura en general y la música en particular, sin apoyo real de grandes medios, desde un género tan intencionadamente denostado, pero tan necesario a la vez, como la canción de autor. Entonces, ¿cómo se explica la hazaña? Porque todo es verdad, todo es cierto. Cada sentimiento, cada crítica, cada retrato, cada historia, cada música y cada verso de su repertorio.

Sin duda, Ismael Serrano es uno de los enlaces más sobresaliente entre una y otra generación de cantautores, junto a nombres como Pedro Guerra y Javier Álvarez. Conecta a Serrat, Aute, Pablo Guerrero, Víctor Jara o Sabina con los jóvenes Rozalén, Marwan, El Kanka o Andrés Suárez. De hecho, varios de los momentos más elevados del directo llegan en las enriquecidas versiones de ‘Las cuatro y diez’ de Luis Eduardo Aute, ‘Y sin embargo’ de Joaquín Sabina, el eterno ‘Ojalá’ de Silvio Rodríguez, o la deliciosa ‘Aguas abril’ de Luis pastor. Por su parte, Rozalén interpreta y sabe acentuar junto a Ismael ‘Si se callase el ruido’. También hay espacio para interactuar con otros géneros, porque la canción de autor es un puente perfecto para unir rock, pop, hip hop en su vertiente slam o músicas más enraizadas en unos pocos y precisos minutos. La revisión de ‘Spaghetti del rock’, original del grupo argentino Divididos, es una buena prueba de lo escrito.

«20 años. Hoy es siempre» estrena canciones tan valiosas como ‘Ven’, y le corresponde, además, inaugurar un directo exquisito en lo musical, con una narrativa escénica perfectamente acomodada a la intensidad de cada pieza. Ismael es un gran músico y compositor desde el primer momento de su discografía, y con el paso del tiempo no ha hecho si no mejorar. Desde «Todo empieza y todo acaba en ti» (2013), ha encontrado en Jacob Sureda al aliado perfecto en la producción. Sureda, además, arregla y dirige con la pasión exacta que necesita el madrileño. Y la nómina de músicos realmente deslumbra: en la base rítmica encontramos a dos grandes como Vicente Climent y Paco Bastante, batería y bajo, respectivamente. En las guitarras se desliza Osvi Grecco, mientras el propio Jacob Sureda ataca piano y teclados, dotando a cada melodía del timbre que más le beneficia. Un trabajo que alcanza la matrícula de honor. Cuerdas, metales y los coros que se suman en ‘La llamada’ o ‘Papá, cuéntame otra vez’, no hacen si no agrandar canciones ya enormes de por sí. Todo fue grabado en junio y agosto del pasado año en el Auditorio Pilar Bardem de Rivas Vaciamadrid, y en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.

‘Últimamente’, ‘Cien días’, ‘La llamada’, la nueva ‘Nieve’ o la ya citada ‘Papá, cuéntame otra vez’, una letra de su hermano Daniel plena de ironía, tan actual como hace más de veinte años, conforman otro grupo destacado, aunque lo cierto es que todas estas canciones y el resto de minutos capturados en «20 años. Hoy es siempre», forman una cartografía más cierta de nuestra sociedad que todas las acciones, datos y palabrería de los bochornosos gobiernos decidiendo a diario que el dinero es la medida de todas las cosas, avasallando a cada individuo de alguna manera. En este disco hay buena parte de nuestro mapa sentimental y de las huellas más personales del propio Ismael. Pocas veces he escuchado tanta sinceridad como en ‘Vértigo’. La vida es eterna en poco más de cinco minutos.

Anterior crítica de discos: “Tras el huracán”, de Txetxu Altube.

 

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