15 canciones para redescubrir a Los Bravos menos conocidos

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A los pocos meses de su nacimiento se convirtió en el conjunto español con más proyección internacional al colocar su “Black is black” en los primeros puestos de las listas de éxito de medio planeta. No obstante, luchas de poder internas y externas, ambiciosos egos y el errático comportamiento de su vocalista acabaron dando al traste con una mágica aventura que, a partir de cuatro elepés y decenas de sencillos, va mucho más allá de los temas tarareados por el gran público. De hecho, Los Bravos siguieron brindaron al respetable momentos dignísimos tras la espantada de Mike Kennedy y, pese a lo que se afirma, trataron de perdurar en los setenta poniendo al día su repertorio. Aprovechando la entrevista inédita con Miguel Vicens y Pablo Sanllehí, publicada en el número 32 de Cuadernos Efe Eme, reivindicamos algunas de las canciones menos populares del quinteto.

 

Selección y texto: CÉSAR CAMPOY.

 

1. “Trapped” (1966)

Brillante y lúcida, abría el primer elepé de Los Bravos, que se construyó a partir de varias sesiones de grabación dirigidas por Ivor Raymonde, producidas por Alain Milhaud y supervisadas por el ingeniero Bill Price. Raymonde, que también se encargó de los arreglos, se había convertido en el enlace propuesto por Phil Solomon y DECCA para coordinar los destinos (sobre todo, internacionales) del proyecto. Ideada por el exitoso dúo compositivo integrado por el irlandés Phil Coulter y el escocés Bill Martin, también encabezó el sencillo que completaba, en su cara B, “Going nowhere”. Curiosamente, aunque no apareció en la banda sonora editada, en el primer filme de Los Bravos, Los chicos con las chicas (Javier Aguirre, 1967), el grupo protagoniza un clip a partir de ella.

2. “I’m cuttin’ out” (1966)

Frenética como pocas, muestra claramente ese espíritu netamente salvajote y beat de un quinteto que vio edulcoradas muchas de sus interpretaciones a partir de grandiosas orquestaciones y arreglos. El tema también se incluyó en el primer larga duración del combo e, inexplicablemente, pese a su evidente gancho, no formó parte de ningún sencillo. Compuesto por Martin y Coulter, como aquella primera remesa grabada en los estudios de la DECCA en la capital inglesa contó con los arreglos y dirección de Raymonde y la producción de Milhaud. Aquí podemos escucharla, en vivo, durante la emisión de un espacio radiofónico de la BBC.

3. “Baby, believe me” (1966)

Desde el principio se tuvo muy claro que Los Bravos serían unos en el mercado internacional, y otros en el español. Las dobles versiones de un mismo tema fueron frecuentes y, demostrando que no se iba a escatimar en gastos, la mayoría de ellas no solo incluían las ejecuciones de Mike en inglés y castellano, sino, también, instrumentaciones completamente diferentes. Este “Baby, belive me” es el ejemplo más claro. Se trata de una revisión de “La moto” que poco tiene que ver con la original. El elemento castizo y gamberro inicial deja paso, aquí, a una orquestación elegante aderezada con ritmos latinos, en la que guitarra, bajo y batería, ceden su protagonismo a vientos, xilófonos, picarones teclados y efectivas percusiones. Una verdadera joya que se integró en el primer elepé del grupo.

4. “Going nowhere” (1966)

Resulta difícil entender la razón por la cual esta magnífica pieza no aparece en ningún elepé oficial, y el motivo por el cual, en el mercado hispano, fue relegada a cara B del sencillo encabezado por “Trapped”. Es cierto que, en el resto del planeta (de Estados Unidos a toda Europa), se pensó en ella para repetir el éxito internacional de “Black is black”, y lideró el vinilo completado por “Brand new baby”. No era para menos. Su pasión y fuerza son indiscutibles, y el componente emotivo, evidente, a partir de un bajo magistral, un riff de guitarra magnífico y un teclado absolutamente épico. Sin duda, uno de los techos sonoros del proyecto, que fue compuesto por Estelle Levitt y Ruth Sexter y que, pese a no aparecer en el larga duración oficial de su banda sonora, es interpretado por el conjunto en la película Los chicos con las chicas.

5. “Show me” (1967)

Las infinitas posibilidades vocales de Mike facilitaron que Milhaud y compañía pudieran elegir diversas opciones sonoras entre un amplio repertorio. El alemán se movía como pez en el agua en los océanos del soul, así que apenas tuvo problemas a la hora de afrontar este explosivo “Show me” que su creador, Joe Tex, había bordado ese mismo año. El tema, pegadizo como pocos, se incluyó en el epé encabezado por “Sympathy” y en la banda sonora de Los chicos con las chicas, aunque no sonó en el filme. A estas alturas, la connivencia entre Raymonde y Milhaud funcionaba a la perfección. El primero seguía encargándose de la dirección musical, y ayudaba al segundo en las labores de producción.

6. “Like nobody else” (1967)

Fantástica versión original, en inglés, de aquel “Como nadie más” que apareció en el mercado español. Compuesta por los hermanos Gibb (los Bee Gees también la grabarían), “Like nobody else”, pese a no figurar en la banda sonora editada en vinilo del segundo filme de Los Bravos (Dame un poco de amooor…!, dirigido por José María Forqué), sí se integra en la propia película. De hecho, a partir de ella, el quinteto protagoniza (vía Estudios Moro) un clip impagable y surrealista, en el cual los músicos muestran su arte ataviados de toreros. Los coros lisérgicos y el fuzz guitarrero convierten este tema en una auténtica gema sonora.

7. “Play with fire and you’ll get burned” (1968)

Cuando se gesta la remesa de canciones que formarán parte de la banda sonora oficial del filme Dame un poco de amooor…!, Milhaud ya controlaba, totalmente, el proyecto. Nos encontramos en pleno proceso de transición entre Raymonde y Jean Bouchéty, el reputado músico en quien Alain decidió confiar tras chocar en repetidas ocasiones con el primero. De hecho, pese a que en este vinilo todavía quedan algunos números arreglados y dirigidos por Ivor, la mayoría, como en el caso del que nos ocupa, son cosa del compositor francés. Compuesto por el cuarteto integrado por Cohen, Grasso, Illingworth y MacKinnis, el tema, que rememora ligeramente el clásico “My girl”, también había sido grabado, ese año, por la soulera Brenda Jo Harris. En la película dirigida por José María Forqué pone música a un llamativo clip de dibujos animados, homenaje a la historieta y el cómic, realizada magistralmente por Francisco Macián bajo el manto, por supuesto, de los Estudios Moro.

8. “Deeper roots” (1968)

Este emocionante medio tiempo también formó parte de la banda sonora de Dame un poco de amooor…!. Compuesto por Steve Wadey, uno de los tres autores (junto a Tony Hayes y Michelle Grainger) del eterno “Black is black”, supura sonido británico por los cuatro costados. Su estructura, esa típica sucesión de acordes y, sobre todo, la trascendental incorporación de las cuerdas, recuerdan a grabaciones contemporáneas como el “Time seller” de The Spencer Davis Group. Sin duda, ese día Bouchéty se ganó el sueldo perfilando unos arreglos de primera.

9. “Save me, save me” (1969)

Compuesta por Scott English y Kenny Young, e integrada en el cuarto y último elepé del grupo, Ilustrísimos Bravos, encabezaba el sencillo que completaba, en su edición española, “Cool it” (en la internacional, la cara B elegida fue “Baby, I love you”). Otro logro del dúo Bouchéty-Milhaud, pese a que los basamentos del proyecto ya estaban resquebrajados. A estas alturas, Alain y Mike Kennedy ultimaban la aventura en solitario de este último, mientras que Tony Martínez, Pablo Sanllehí y Miguel Vicens, a los que se les había unido el valenciano Jesús Glück (tras el suicidio de Manolo Fernández y aquella macabra maniobra de sustitución protagonizada por el organista encapuchado Peter Shelley), planificaban cortar con su mánager y emprender una nueva aventura lejos de su alcance. De hecho, cuando el vinilo ve la luz, la escisión ya se ha consumado. De claro espíritu soulero y aupado en unos vistosos arreglos y unas guitarras hirientes, el número no fue grabado en DECCA, sino en otros reputados estudios, también situados en Londres: los Landsdowne.

10. “Wait a minute” (1969)

La solvencia compositiva de Vanda y Young había quedado demostrada, tanto en muchas de las referencias editadas por los propios The Easybeats, como en las adaptaciones de temas suyos ejecutadas por mil y un artistas. La estrella internacional de Los Bravos pareció recuperar algo de brillo con la publicación de aquel maravilloso “Bring a little lovin’”. Pocos meses después, Milhaud volvía a recurrir al catálogo inacabable de Harry y George para disponer de esta sentida criatura, incluida en Ilustrísimos Bravos, y arreglada al servicio de Mike. De hecho, este elepé es grabado sin apenas consultar al resto de los miembros. De ahí que, aunque aparezca en la carpeta el nombre del grupo, este sea un disco cincelado, por Milhaud y Bouchéty, a medida de un solista, repleto de arreglos e instrumentaciones que se alejaban de cualquier elemento rockero puro.

11. “Individuality” (1969)

Ya independizado de Milhaud, el cuarteto ficha a un estrafalario y provocativo cantante de 19 años llamado Bob Wright, que apenas permaneció en el conjunto seis meses. No obstante, su irrefrenable personalidad volvió a poner al grupo en el candelero. El combo, liberado de antiguas cadenas, parecía vivir una segunda juventud, y tomaba completamente las riendas de su destino. La incorporación de una sección de vientos y la participación de los miembros de Los Bravos en todas las grabaciones abría una nueva época en una formación que, además, interpretaba sus propias creaciones, ya que este “Individuality” fue compuesta por el propio Wright. Apareció en formato sencillo, en un vinilo completado por un “Vive la vida” ideado por Glück y Vicens, y producido por Los Bravos en colaboración con Steve Rowland. La calidad y formación musicales de Jesús, además, devenían imprescindibles, y el valenciano se encargaba de los arreglos. De fresco aire glam y elementos muy en la onda de la época, eso sí, el tema recuerda, sin remedio, al “Let’s spend the night together” de los Stones.

12. “Amor y simpatía (Love and sympathy)” (1969)

Apenas unos días después de prescindir de los servicios de un Bob que no acaba de encajar en el engranaje, la banda ofrece el puesto de vocalista a un candidato al cual desechó pocos meses antes. Se trata de Andy Anderson, hermano de un Jon Anderson (Yes) que llegará a colaborar con el grupo en ciertos momentos. El cambio supone un impulso evidente para Los Bravos. El ambiente mejora y, en él, Andy se siente cómodo. Es un trabajador nato y se integra sin problemas. Su estreno no puede ser más sonado. Este “Love and sympathy” (pese a estar interpretado en inglés, su título oficial será “Amor y simpatía”) es emotivamente maravilloso. Compuesto por Charles Ward y producido por Tony Hall, los arreglos de un inspiradísimo Glück le confieren una grandiosidad palpable, a partir de unos vientos imperiales, un hábil riff de guitarra, unos teclados y unos coros magnos y una línea de bajo endiablada… Publicado junto al clásico del ska “Rudi’s in love” como cara B, es una prueba evidente del nivel interpretativo que el combo había alcanzado.

13. “People talking around” (1970)

En junio de 1970, Los Bravos se alzan con el primer premio del festival internacional de conjuntos Barbarela ’70 celebrado en Palma de Mallorca. De nuevo, todo apunta a que el grupo se encuentra ante la penúltima oportunidad para relanzar su carrera. La canción ganadora del certamen se edita en formato sencillo acompañada de “Every dog has his day”. Una vez más se evidencia, tanto la calidad interpretativa como creadora del proyecto. El propio Andy se había lanzado a la composición, demostrando así su grado de compromiso, y Tony, Jesús y compañía deciden contar con los servicios de Pepe Nieto en los arreglos y la dirección musical. Todo pinta bien. Incluso DECCA vuelve a confiar en ellos, y distribuye el vinilo por toda Europa bajo su marca. Los Bravos se muestran ambiciosos, y siguen apostando por un sonido internacional, para nada, pasado de moda, en el que se nos ofrecen en estado puro, sin artificios. Esta grabación acabó convirtiéndose en el último coletazo de entidad de una criatura que, pese a que lo tenía todo en contra, a punto estuvo de renacer.

14. “En tu sonrisa (Inside your shadow)” (1971)

De ambientación siniestra y dramática, a partir de una trabajada combinación de órgano y guitarra aupada en unos juegos vocales depurados, este “En tu sonrisa (Inside your shadow)” (completaba, en la cara B, “Caminos del ayer”) alterna estrofa arriesgada con pegadizo estribillo y, sin duda, mereció mejor suerte. Compuesta por Christos Demetriou, Jack Russell y un John Kongos que ya facilitó al combo aquel “Every dog has his day”, llegó a distribuirse en parte de Europa y algunos países de Sudamérica. No obstante, la llama de Los Bravos se apagaba irremediablemente pese a la entidad indiscutible de sus grabaciones. Tras su publicación, la banda deja de existir, oficialmente, el 12 de octubre de 1971. Poco después, Miguel y Andy se refugian en Mallorca para, junto a miembros de Z-66, poner en marcha el dignísimo proyecto Zebra, mientras Tony, en solitario, se empecina en mantener vivo el proyecto.

15. “Better be you, better than me” (1973)

Tras la ruptura de finales del 71, como avanzábamos, Martínez decide seguir adelante con la marca con el permiso de sus ya ex compañeros. El guitarrista inicia, a partir de entonces, una incansable e insufrible travesía por el desierto (que finalizará, definitivamente, en 1977), reclutando a innumerables músicos como Rafael Marinelli, Toni Aguilar o Iñaki Egaña. Sin apenas ayuda, persistirá a la hora de tratar de poner a Los Bravos al día y, aunque las referencias publicadas serán contadísimas, algunas de ellas alcanzan un nivel más que destacable. Este contundente y claro ejemplo de mezcla de rock duro y progresivo vio la luz como cara B de una “Welcome to Mars” compuesta por el mismísimo Manolo Díaz (talismán de la formación en sus inicios). En estos Bravos liderados por Tony, las ideas son buenas. No obstante, el tiempo del grupo ha pasado. Casi nadie se acuerda o confía en ellos. Como el oyente avezado habrá adivinado, este “Better be you, better than me” es una revisión de la original, creada por un Gary Wright que la grabó, en 1969, con sus Spooky Tooth. Por supuesto, hablamos del mismo tema en que se inspiraron Judas Priest para registrar, en 1978, aquel polémico “Better by you, better than me”, lo cual demuestra que el olfato musical de Martínez permanecía intacto. Ejecutado con una maestría instrumental incuestionable, es una muestra del triste momento que atravesaba un combo abandonado a su suerte: el sencillo fue grabado en 1972 y no vio la luz hasta más de un año después.

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