12 lunas, de Lucas Masciano

Autor:

DISCOS

«Demuestra el perfecto acabado de las canciones antiguas y las excelentes perspectivas que se abren con las nuevas»

 

 

Lucas Masciano
12 lunas
AUTOEDITADO, 2019

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Hacía tiempo que el músico argentino Lucas Masciano no recalaba ni en España ni en un estudio de grabación. Desde esa tarde lejana en que David Otero lo descubrió tocando por las calles de Barcelona, había ido entregando discos regularmente, hasta que, retirado a la India en 2012, los fue espaciando un tanto más, aunque nunca ha dejado de dar giras y de meterse en otros campos, como el cine o la literatura.

Este 12 Lunas tampoco es un disco nuevo al completo. La idea surgió de unos conciertos en los que coincidió con Rozalén, a la que pidió que cantara una de sus canciones con él. A partir de aquí se fueron encadenando hasta llegar a completar este minielepé, en el que tres temas ya pertenecían a su repertorio y otros tres son nuevos.

El que canta junto a Rozalén es una absoluta delicia. “Siempre y cuando sobre todo” ya era una canción emotiva, pero la voz de la cantante de Albacete enamora y hace sentir la llama de un bolero clásico, canónico, con letra desesperada y un final eléctrico con un explosivo solo de guitarra. Luis Ramiro, amigo en andanzas callejeras, le acompaña en “Tal vez”, la melodía que más te atrapa, una preciosidad cantada con una tristeza especial que poco a poco se tempera dando sentimiento a una historia de infidelidades, arrepentimientos y reencuentros.

Masciano está en perfecta forma compositiva. Perfecta forma que reafirma otra de las nuevas, “Paciencia”, en este caso con Muerdo. Es su personal “Don’t worry, be happy”, plagado de un gozoso tono entre ska y góspel que está pidiendo a gritos coros y crescendos. Y, como contraste, uno de sus hitos más importantes, “Azabache”, con Álex Ubago, que en una versión muy acústica no desentonaría como clásico de la nueva trova cubana.

Las dos restantes, ”El secreto” y “Ojos de farol”, poseen un tono muy de cantautor al uso, y especialmente esta última demuestra el excelente manejo de melodías y estribillos por parte de Masciano. No es un disco del todo nuevo, no, pero demuestra dos cosas: el perfecto acabado de las canciones antiguas y las excelentes perspectivas que se abren con las nuevas.

Anterior crítica de discos: Experimentación y ensayo, de Algunos Hombres.

 

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