091: Haciendo frente a su leyenda

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“En la mente flotan una serie de inseguridades que son más ficticias que reales”

 

El regreso de 091 tenía una prueba de fuego en Madrid: un triplete en directo en la sala Joy Eslava. Al primer concierto acudió Arancha Moreno, y a la mañana siguiente, se reunió con ellos para analizar lo ocurrido en el escenario.

 

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

 

Parece que el tiempo siempre juega en contra, pero a veces lo hace a favor. Si no, que se lo digan a los 091. Su historia discográfica duró catorce años, hasta mayo del 96, con el “Último concierto” que grabaron en su Granada natal. Ahí se acabó todo, los conciertos y los discos, descatalogados y condenados al olvido. Pero muchos fans no olvidaron, y muchos artistas influidos por su repertorio, tampoco. Su leyenda creció sin ellos. Así, hasta que la pregunta incómoda (¿volveréis?) se despachó con una afirmación: un regreso con fecha de caducidad, para celebrar los veinte años de su adiós y saldar cuentas con la justicia artística. Tras un primer directo en Logroño, el triplete en Madrid se presentaba complicado: 10, 11 y 12 de marzo en la Joy Eslava, con todo vendido. La leyenda pesa, las expectativas también. Tras la actuación de la primera noche en la capital, todavía un poco tensos sobre el escenario, nos encontramos con ellos en su hotel, a escasos metros de la sala donde acaban de escribir los nuevos renglones de su historia en directo. Se muestran ilusionados, pero son conscientes de que hay muchos tornillos que ajustar, especialmente psicológicos. Con la primera actuación aún en la retina, nos atienden José Ignacio Lapido (guitarrista y compositor), José Antonio García (vocalista), Tacho González (batería), Víctor García Lapido (guitarrista) y Jacinto Ríos (bajista). Los Cero.

 

Han pasado solo unas horas desde vuestra primera actuación en Madrid. ¿Qué sensaciones tenéis después del primer concierto en la Joy?
Tacho: Muy buenas, era el primer concierto de verdad con nuestro público, los que compraron las primeras entradas. Hay gente que nos ha seguido desde hace muchos años, y también gente joven, de otras generaciones, que se han sumado a la causa. Fue una sensación buena, de familiaridad, de reencuentro, sensaciones reconfortantes.

 

Al borde del escenario había una mezcla generacional importante: chavales de treinta, señoras de cincuenta…
Tacho: Somos un grupo transversal, como se dice ahora (ríe).

 

Al margen de eso, ¿qué sensaciones habéis tenido en el escenario?
José Antonio: Estaba muy nervioso, con el pellizco metido.
Tacho: Sí, lo estábamos todos. Hasta que no pasen seis o siete conciertos no empezaremos a relajarnos. De todas formas, ese gusanillo te hace dar un plus. A veces te juega malas pasadas, pero también te da energía.
José Antonio: Verte con tus compañeros tocando de nuevo es una sensación rara. Pensábamos que no lo íbamos a hacer. Miro a un lado y a otro y veo que estamos todos juntos otra vez, tocando y pasándolo bien.
Lapido: Hay una especie de inseguridad que es un poco psicológica al lanzarte otra vez a interpretar las viejas canciones. En la mente flotan una serie de inseguridades que son más ficticias que reales, porque hemos vuelto a coger la forma en estos meses que llevamos ensayando, pero nuestra mente nos juega una mala pasada de creer que no está todo al cien por cien. Cuando nos separamos veníamos de tocar un montón de años juntos, largas giras, la máquina estaba superengrasada… pero ahora hemos logrado un punto de potencia escénica bastante importante, y una inseguridad un poco más psicológica que real.
Víctor: De todas maneras, cuando te ves apoyado por un público como el de ayer (jueves), que no paraban de cantar las canciones y a veces casi nos superaban en volumen a nosotros, te ayuda a asentarte un poco, a estar más tranquilo.

 

Esa sensación también se percibe desde fuera: sonáis muy bien, pero parece que no os acabáis de creer que sonáis muy bien. ¿Esa inseguridad es solo falta de rodaje por ser los primeros conciertos, o también es la separación tan larga, esos veinte años sin tocar juntos que ahora pasan factura?
José Antonio: Toda la vida nos ha pasado lo mismo: creíamos que no sonábamos bien, siempre hemos estado intentando superarnos. Nos ha pasado siempre.

 

O sea, que ahora volvéis con los mismos miedos…
José Antonio: Con los mismos miedos de siempre…
Tacho: Hemos sido un grupo de ensayar mucho, poco condescendientes. Siempre hemos sido muy autoexigentes, creo que ese tic no lo hemos perdido. Hoy gran parte del día y la comida la vamos a dedicar a hacer un repaso, ver qué cosas son mejorables…
Víctor: ¡A ensayar! No vamos a comer, vamos a ensayar (risas). Eso lo podríamos hacer el domingo, hoy es demasiado…
Tacho: Será irremediable que salgan estos temas durante el día, para intentar que esta noche esté mejor el show.

 

Sois un grupo que hace mucho análisis, hay otros que se dejan llevar más.
Lapido: Tenemos un diván en el local de ensayo (risas). Sí, hablamos mucho, discutimos mucho y consensuamos mucho, no solo las cuestiones musicales, sino lo que rodea al grupo. Estamos siempre intentando llegar al punto óptimo de todos los aspectos que está en nuestra mano mejorar.

 

Analizando el primer concierto en Madrid, segundo de este regreso, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor de subirse al escenario?
Lapido: Peor no creo que haya nada, no veo un aspecto negativo en esta resurrección. Si hemos dado el paso de reunirnos veinte años después es porque veíamos que todo lo que venía era positivo, para nosotros y nuestros seguidores. Hemos trabajado mucho, pero no hemos estado poniendo ladrillos en una tapia, sino construyendo canciones, una labor artística que es muy agradecida.
Víctor: Lo mejor es la respuesta del público. En nuestras carreras individuales no es tan habitual oír a la gente corear las canciones, cuando hay una pausa oír ese ambiente… eso es emocionante. Y cómo ha crecido el número de seguidores, es raro para una banda que lleva veinte años separada.
Tacho: Lo más positivo es darte cuenta de que todas las canciones que grabaste, los discos que hiciste y los esfuerzos no se han olvidado, no están en un pozo perdido de la historia, es una simiente que ahora ha florecido. Le hemos dado emoción a la gente y seguimos dándosela.
Lapido: Cuando nos fuimos en el 96 tocábamos en salas pequeñas y medianas, y no siempre se llenaban. Que nuestra vuelta haya creado esta expectación y esta gran aceptación donde vamos a tocar nos sorprende. Durante toda esta etapa nuestros discos han estado descatalogados, no ha sido fácil acercarse a nuestra música, alguien que quisiera comprar un disco de 091 lo tenía realmente crudo. Desde el 97 o el 98 no había un disco nuestro en las tiendas, por las vicisitudes de las compañías, que desaparecieron, fueron absorbidas… Eso hace más asombroso que haya gente que no nos conocía y se haya enganchado a esto. Es realmente sorprendente.

 

Para músicos que están acostumbrados a esto de tocar en salas pequeñas, no vender todo el aforo, etc… ¿Cómo se lleva esto de agotar tres noches en la Joy Eslava y generar tanta expectación, salas grandes? ¡Y tener backliners!
(Risas) Víctor: Los tuvimos, no tanto, pero íbamos con un buen equipo, y ahora también.
José Antonio: Lo que pasa es que era más reducido, íbamos todos en la misma furgoneta…
Tacho: Yo, que he estado alejado del mundo de la música, salvo una etapa con Mama Baker, me he dado cuenta de lo que han cambiado hasta los instrumentos, la cantidad de opciones que tienes, cómo las nuevas tecnologías facilitan la logística de los conciertos.

 

En cuanto al planteamiento en directo de este primer concierto madrileño, parece que el sonido y las canciones no han cambiado en exceso.
José Antonio: Lo que intentamos es mantener el mismo sonido, que no cambie. Creo que a la gente tampoco le gustaría encontrarse unos 091 totalmente diferentes, eso lo hemos mantenido.
Tacho: Algunas canciones sí las hemos arreglado, pero han sido cambios puntuales, cinco o seis canciones.
Víctor: Muy sutiles, tampoco cambian el sentido de la canción.

 

Dio la sensación de que os ajustasteis mucho al guion esa primera noche, ¿fue así?
Víctor: Sí, tampoco estábamos para tocar otra y ver (ríen).

 

El disco “Tormentas imaginarias” es el más representado en los directos, conté unos ocho temas en el setlist. ¿Ese elepé tiene un peso especial por algún motivo, es el disco con el que más conectan los Cero de 2016…?
Jacinto: Quizá de sonido puede que sí.
José Antonio: También es coincidencia, no premeditado. Había que elegir.
Lapido: El grueso del repertorio está sacado de los discos a partir del “12 canciones sin piedad”, es una cosa lógica, porque fue a partir de ese disco cuando el grupo empezó a tener un sonido definido, una madurez creativa que fue desarrollándose. Creo que las canciones a partir de ese disco son más defendibles que las anteriores, pero vaya: en sucesivos conciertos haremos variaciones del setlist, no radicalmente, pero recuperaremos de unos discos y de otros, una cosa más compensada.

 

 

¿Tanto como para recuperar aquel ‘Fuego en mi oficina’ del primer disco?
(Risas) Lapido: No sé…
Tacho: Hay opiniones encontradas.
Víctor: Yo les intento convencer de tocar ‘Esperar la lluvia’ y otros clásicos… el problema es que no hay tiempo. En los festivales se toca hora y pico, hay que quitar una hora de este repertorio.
Jacinto: Y nos cuesta trabajo quitar alguna canción cuando tenemos el repertorio conformado.
Tacho: Pero haremos cambios, porque somos conscientes de que hay mucha gente que irá a varios sitios, queremos ofrecerles canciones que no hemos tocado nunca en directo. No queríamos que fuera exactamente el repertorio del disco en directo del “Último concierto”, queríamos que hubiera seis o siete canciones que no estaban grabadas, iremos introduciendo más.
Lapido: Ayer tocamos ‘Nubes con forma de pistola’, estaba en el último disco de estudio, y nunca la habíamos tocado en directo, no recuerdo las razones. Yo la había tocado en solitario, y con Quique (González), pero fue la primera vez para la banda.

 

Ahí sacáis las acústicas y bajáis las revoluciones, ¿quizá encajaba menos antes por eso?
Lapido: Sí, el grupo siempre ha tenido una doble personalidad: una parte rockanrolera eléctrica, pero en los discos había un par de temas que tocaba más la fibra acústica, más folk. Hace veinte años quizá primaba más el rollo eléctrico en los repertorios.
Víctor: Eran los 90, tío. Nirvana…
Lapido: Ahora nos sentimos con más tranquilidad emocional para tocar ese tipo de canciones. Ya no nos parece tan raro sacar una acústica y hacer algo tranquilo, cuando éramos más jóvenes pensábamos que eso iba a “cortar el rollo”, pero ahora creemos que eso le da un plus de emotividad al repertorio.

 

¿Habéis grabado ese concierto para publicar un futuro disco, o lo vais a hacer en los próximos discos?
Tacho: Vamos a grabar estos conciertos, en principio para consumo interno, pero sí hay previsto grabar un disco en directo.
Lapido: No tenemos claro si va a ser un disco de un único concierto, o una selección de temas de distintos conciertos, eso es lo que estamos decidiendo. Hay una seria posibilidad de que se edite un disco en directo a lo largo de la gira. Se están grabando todos, pero los de Madrid se están grabando más para nosotros.

 

Ese posible disco testificará el regreso, y puede ser un ajuste de cuentas con vuestros problemas pasados con las producciones, ¿cierto?
Lapido: Sí, lo que pasa es que ahora hay una sobredosis de 091 en el terreno discográfico, esto es la ley del péndulo: hemos estado veinte años sin nuestros discos en las tiendas y ahora se han remasterizado todos, en cedé, vinilo, digital… Hemos pasado de la nada al todo. Acaban de reeditarse los discos que grabamos con Zafiro, catálogo que lleva Sony, y el otro día el “Tormentas imaginarias”. Hay sobreabundancia.

 

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“Tenemos varios carretes con muchas maquetas antiguas. Creemos que están ahí las maquetas de Joe Strummer”

 

En esta gira, ¿vais a invitar a algún miembro de 091 al escenario?
Tacho: Bueno, la gira no está totalmente cerrada. En la Plaza de Toros de Granada vamos a tocar solo nosotros, porque esos conciertos seguramente formarán parte del disco en directo que hagamos, pero después del verano tenemos en mente hacer algún concierto e invitar a algún exmiembro de los Cero, y a otros amigos, músicos que han reconocido que tenían una influencia importante de 091. Gente que ha llevado nuestro nombre por ahí en la época de sequía, que han sido la llama que han mantenido vivo nuestro recuerdo. Invitaremos a gente que ha declarado públicamente que son fans de los Cero.

 

¿El 31 de diciembre de 2016, cuando den las 12, se romperá el hechizo de esta gira?
(Risas) Tacho: Sí, en 2017 seremos calabaza de nuevo, y Jacinto dice que somos zombis andantes, porque tenemos fecha de caducidad.
Lapido: O yogures (más risas).
Tacho: Hemos perdido mucha credibilidad después de haber dicho que no íbamos a volver nunca. Hemos aprendido a no decir nunca jamás. No lo vamos a decir tajantemente.
Jacinto: Ahora estamos convencidos, pero no sabemos lo que puede pasar mañana o pasado.
Lapido: Los planes eran esos, hacer una celebración por el vigésimo aniversario de la despedida del grupo. Las celebraciones no hay que eternizarlas, un año celebrándolo es suficiente. Durante un año la gente se puede acercar y encontrarse con el grupo que ha añorado tanto tiempo. Para nosotros creo que es suficiente también un año. Vamos a disfrutarlo al máximo, creo que está bien que sea así.

 

¿Y si se enciende alguna mecha compositiva?
Tacho: Eso es difícil, la dinámica del grupo ahora es más de festejar que de pensar en hacer disco, no tenemos la cabeza en eso. Jose puede decirlo, que es el que compone las canciones.
Lapido: Yo ya tenía planes para hacer otro disco en solitario antes de que la gira se concretara, lo he retrasado por esto. Básicamente ya tengo las canciones de mi próximo disco compuestas, va a ser difícil (ríe).

 

La última pregunta la saco del cajón de los recuerdos. El disco que os produjo Joe Strummer, “Más de cien lobos”, no llegó a ver la luz como él lo ideó, la discográfica la varió después. ¿Que pasó con aquellas maquetas que os produjo el líder de los Clash?
Tacho: Ahora hemos estado haciendo recopilación, porque se ha editado un libro y se va a hacer una exposición con objetos nuestros en Granada, a finales de año. Y al revisar el material han aparecido algunas cintas de carrete antiguas que aún no hemos podido escuchar, nos hace falta un Revox de media pulgada…
José Antonio: Lo tengo yo.
Tacho: ¿Tú tienes uno? Pues tenemos que escucharlos, porque tenemos varios carretes con muchas de las maquetas antiguas. Creemos que están ahí las maquetas de Joe Strummer. Es mucho adelantar, pero Jose estaba pensando hacer con Pentatonia (el sello de Lapido) un disco de rarezas de 091.
Lapido: ¡Cuando deje de haber inflación de productos del grupo! Tenemos material en casete, en cintas de media pulgada, maquetas que se grabaron para consumo interno, cosas que hicimos en Granada, directos que grababa nuestro técnico de sonido de entonces, etc. Es cuestión de sentarse, ponerse aparatos que ya no se usan y hacer una selección digna, cero que hay material suficiente. Pero eso necesita tranquilidad, cuando terminemos con esto podríamos ponernos a oír y seleccionar.

 

O sea, que hay material tan inédito que no lo habéis escuchado todavía.
Lapido: Lo escucharíamos en su momento, pero lo guardas y no lo vuelves a escuchar. Algunas son pruebas que no necesitan ser editadas para que la gente las escuche, pero hay cosas que pueden tener cierto valor.

 

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