“The electric pinecones”, de Southern Culture on the Skids

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DISCOS

 “Probablemente su mayor logro sea conservar esa personalidad que los caracteriza innata, y que hace que sus discos no se conviertan en refritos de estilos”

 

southern-culture-on-the-skids-27-10-16

 

Southern Culture on the Skids
“The electric pinecones”
KUDZU RECORDS

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

La primera vez que presté atención a la música de Southern Culture on the Skids fue a mediados de los noventa, cuando ellos ya llevaban casi una década de carrera. Entonces tuve la extraña sensación de que, a pesar de su música, aparentemente minoritaria, y sus extravagancias, entre las que destacaba tirar pollo frito a su audiencia, era una banda con posibilidades de permanecer en el tiempo y, sobre todo, sobrevivir a modas. Sin que sirva de precedente (porque probablemente fallo más que acierto), el tiempo me ha acabado dando la razón con Rick Miller y los suyos.

Si contamos su directos, “The electric pinecones” es el decimoquinto disco de la banda de Chapel Hill, un lugar ciertamente interesante para la música norteamericana, del que han salido propuestas tan destacables y originales como Squirrel Nut Zippers, Ben Folds Five o Flat Duo Jets. Grabado esta vez en el estudio propio de Miller y editado con su propia etiqueta, aquí no hay trampa ni cartón. Los SCOTS – acrónimo por el que se refieren a ellos sus seguidores– siguen apostando por un estilo difícilmente clasificable y ahí puede que esté el secreto de su longeva trayectoria. Ahí y, por supuesto, en que siguen haciendo espléndidas canciones, porque uno puede ser muy original y especial, pero si no eres capaz de parir temas destacables estás condenado a la desaparición. Afortunadamente los SCOTS llevan varias décadas demostrando cómo se hace.

Dice su nota de prensa que “borran las fronteras de los géneros musicales” y ciertamente es así, aunque probablemente su mayor logro sea conservar esa personalidad que los caracteriza innata, y que hace que sus discos no se conviertan en refritos de estilos. “The electric pinecones” vuelve a ser una prueba de ello. Da inicio el pop, casi chicle, de ‘Freak flag’ que acaba convirtiéndose en un tema surf en toda regla. ‘Baby I like you’ no olvida su faceta más rockabilly y ‘Great skies’ introduce incluso algunas dosis de psicodelia sixties al disco, mientras ‘Downward mobility’ aporta puro blues en un estilo que recuerda y mucho a Howlin’Wolf. Dice Rick Miller que “The Pinecones es nuestra banda alter ego de garage folk-a-billy”, y ese estilo me parece la definición perfecta para lo que hay en este espléndido álbum. Una vez más.

Anterior crítica de discos: “El regreso”, de Andrés Calamaro.

 

 

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