Rockola, Discos. 9 de octubre de 2009

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CD DE LA SEMANA: «House of a thousand guitars», de Willie Nile.
«House of a thousand guitars es vitalista, evocador, audazmente crítico y rockero, muy rockero. El mejor disco de rock estadounidense del año»

Willie-NileCD-09-10-09Willie Nile
«House of a thousand guitars»

BLUE ROSE/MASTERTRAX

Cuando el rock and roll envejece gana en sabiduría, algo que unido al inicial enérgico espíritu suele dar como resultado obras profundas, conocimientos musicados del que ha vivido, ya se llame Bob Dylan, Neil Young o, sí, Willie Nile.

Es precisamente este último quien nos ocupa, un caballero neoyorquino que siempre ha permanecido alejado del mundanal ruido del negocio, de sus tejemanejes, sin conseguir el éxito masivo pero triunfando a la hora de ser dueño y señor de su producción creativa. ¿No debería ser esa la prioridad de todo músico?

«House of a thousand guitars» es un capítulo más en la segunda juventud que Nile está viviendo gracias a su anterior trabajo, el aclamado «Streets of New York». Se trata de un disco de rock norteamericano, condensado, bien estructurado y lleno de esa citada energía que proviene de las arrugas como cuerdas de guitarra, de las voces cargadas de un mensaje que es puro metalingüismo: Cante lo que cante, el tono de Nile sugiere un «créeme, he estado allí».

«House of a thousand guitars» es vitalista, evocador (‘Give me tomorrow’, ‘Little light’), audazmente crítico (‘Now that the war is over’) y rockero, muy rockero (‘Run’, ‘Doomsday dance’, ‘Magdalene’). Mención a parte merece la estremecedora ‘Touch me’, una de esas canciones que duelen, siendo quizá el mejor tema del disco. Un disco que hay que escuchar, en serio. Acercaos a él, es el mejor disco de rock estadounidense del año (sí, por encima de los nombres legendarios que han editado obra en 2009).
JUANJO ORDÁS.

 

 

Tórtel-09-10-09Tórtel
«Lugar nuevo»
LOS ENANOS GIGANTES

La unión de Joaquín Pascual (Surfin’ Bichos, Mercromina, Travolta) y Jorge Pérez (Ciudadano, Maderita), deja un primer disco –confiemos en que vengan más– de sentido folk acústico vestido con arreglos sencillos y próximos, con agradables notas de color aportadas por violín, trompeta, trombón o armónica y coros que refuerzan la voz, entre tímida y evocadora de Pérez, con la que pone en pie letras que hablan de «aquellas pequeñas cosas»: De viajes en coche, de recuerdos, de emociones, de historias que no pudieron ser.

Entre canciones sublimes y muy otoñales –es un disco para escuchar en esta época del año y dejar que te acompañe el próximo invierno– como ‘Aquella mañana’, ‘Literatura’ o la japonesa y minimalista ‘En una casa grande’, Tórtel, tienen el detallazo de incluir tres temas instrumentales, algo bastante infrecuente en estos tiempos de urgencias musicales, en los que sin voz parece que no hay composición.

Es cierto, la de Tórtel es música para gente poco deportiva, con barbita y camisa de cuadros, pero afortunadamente no les da por ponerse country y no suena ni una maldita steel guitar –parece una plaga en el actual rock español–, más bien están en la tradición del folk onda Pic-Nic o en el lado más campestre de los primeros CRAG.

Lo peor de todo en un disco francamente notable es la feucha y gélida portada, que en absoluta refleja el próximo, cálido y sincero contenido musical que cobija.
JUAN PUCHADES.

 

 

Champagne-09-10-09Champagne
«Flotando alrededor»

LUCINDA RECORDS

En ciertos casos un plumilla de la rama musical –aunque sea plumilla únicamente por afición y placer– debe plantearse la cuestión básica. Esa cuestión que debiera haber tenido presente cuando escribió su primera palabra, que ha de imaginar en su lector para intentar compartir el mismo código y que sin llegar a obsesionarle, porque lo paralizaría, sí que es bueno que lo asalte de vez en cuando. Se puede concretar así: ¿Qué es lo que hace que un disco sea bueno, que unas canciones alcancen mérito? La respuesta, es evidente, sería una enumeración interminable, pero entre todo el repertorio siempre me ha parecido que brillaba con bastante potencia una luz –subjetiva, común a otras manifestaciones humanas, difícil de demostrar, imposible de explicar– que venía a ser argumento de belleza: una canción es buena porque recrea sensaciones.

Éste es el único argumento que tengo ante el segundo disco de Champagne, gaditanos de San Fernando, que hacen patente que no hay cosa más difícil que trasmitir los valores de un disco de power pop. ¿Cómo se lo voy a contar a ustedes? Pues que en principio responde a lo que se le exige a su estilo en la parrilla de salida: es fresco, enérgico y adictivo. La producción de Josema Dalton garantiza que llegarán al mismo sitio al que llegaron sus paisanos Los Hermanos Dalton: a hacer un puñado de canciones vibrantes y emotivas que no se cuelan fácilmente entre la masa pero que alcanzan y mucho a las sensibilidades musicales que guardan como joya la perfección pop.

«Flotando alrededor» ya da el tono general: la apuesta melódica que nace en Los Brincos, la pulsión compacta de las guitarras, los estribillos matemáticos que dejan sin respiración. Algo de Red Kross, algo de Cooper y esos detalles sobre los que hay que estar ojo avizor en un estilo monolítico que sólo se hace original en ellos. A partir de ahí algún medio tiempo que deviene convencional y alguna canción en la que transmiten una excelente prestancia. Ahí queda ‘Robando tus sueños’, con guitarras canallas, solos que machacan a la guitarra rítmica y palabras que se escupen hasta cerrar el fraseo con unos agudos. Pura esencia de lo que fueron Burning.

También resulta grata ‘Sonada 79’, una delicia veraniega, pizpireta y festiva, que te clava el tarareo en la felicidad. Sin embargo, desbordan todos los tópicos con una nana. Sí señor, ‘Estrella’, melodía balanceante, deje «high school» y la canción que descubre una sensibilidad nueva: la primera nana power pop de la historia.
CÉSAR PRIETO.

 

 

Chucho-Valdés-09-10-09Chucho Valdés & Irakere
«Boleros inigualables»

EGREM/KARONTE

Grabado en agosto de 1996 paradójicamente en Sao Paulo, «Boleros inigualables» es uno de los trabajos más clásicos en cuanto a expresión musical en español realizado jamás por Chucho Valdés y sus Irakere. No vas a encontrar aquí al Chucho sinfónico ni a los Irakere del yoruba y la experimentación progresiva. Es una obra en la que un puñado de grandes músicos pararon por un momento para fijar la vista en la época de esplendor del bolero, eligiendo para ello algunas de las canciones más bellas jamás compuestas. Y con mucha cubanía, porque el bolero es algo muy cubano incluso cuando sus autores no lo son, como es el caso de Consuelo Velázquez y su célebre ‘Bésame mucho’.

El álbum incluye también ‘Sólamente una vez’, ‘Noche de ronda’, ‘Quizás, quizás, quizás’, ‘Estás en mi corazón’, ‘Tres palabras’, ‘El día que me quieras’, etc. etc. Y lo más importante: lejos del almibarado tópico que arrastran (para bien) estas canciones, los arreglos merecen la firma de quien los realiza, convirtiendo el trabajo en un paseo romántico, sí, por supuesto, pero con mucha sustancia y deleite.
GERNOT DUDDA.

 

 

GAS-09-10-09G.A.S. Drummers
«Decalogy»

RED VANETTE

G.A.S. Drummers es una veterana banda de Jérez con cinco discos a sus espaldas, incluido «Decalogy», su último trabajo. El álbum, producido por Paco Loco, exhibe músculo guitarrero, poderosos estribillos y gustos anglófilos. A los G.A.S. Drummers les atrae picotear del power pop, el punk, el folk y el garaje por eso no es extraño que entre sus influencias citen a The Clash, The Posies, The Who, Dinosaur Jr, The Jayhawaks, Neil Young…

Ninguna de las trece canciones incluidas en el álbum flaquea. El sonido es uniforme y te mantiene en tensión durante toda la audición del CD. Seguramente, el trabajo previo que hizo el grupo de preparar 40 canciones en maqueta, grabar 21 en el estudio para escoger finalmente 13 para el disco ha contribuido a que este trabajo de los jerezanos roce el notable alto.

Pero si tenemos que escoger alguno de los temas de «Decalogy» nos quedamos con los más vitaminados y efervescentes como ‘Teenage Wasteland’, ‘South’ y ‘Black wind’ o composiciones más folk como ‘American bliss’. G.A.S. Drummers han conseguido un disco de sonido homologable a nivel internacional que les puede abrir muchas puertas.
ÀLEX ORÓ.

 

 

ACE-09-10-09Ace Frehley
«Anomaly»

BRONX BORN RECORDS

Con la portada más fea que se haya visto en mucho tiempo y un diseño espantoso (¡huid de la edición limitada en forma de pirámide!) llega… ¡Un muy buen disco! En «Anomaly» (su primer disco en solitario en veinte años) el que fuera guitarrista de Kiss se aleja del sonido de la banda que le dio prestigio y popularidad para acercarse a la paleta sonora que exhibió en «Ace Frehley», su primer disco solista fechado en 1978. Es decir, rock and roll influido por Hendrix (¡esa excelente ‘Foxy and free’!) con tintes progresivos en según qué momentos (la instrumental ‘Genghis Khan’), expandiendo supuestos límites.

Las buenas canciones constituyen un trabajo sin pretensiones, que muestra a un músico en gran estado de forma, capaz de modernizar su estilo (‘Outer space’ es hasta agresiva para lo que Ace acostumbra) y de firmar brutales canciones de rock duro (‘Pain in the neck’, ‘Sister’) o pop (‘It’s a great life’), nada interesado en abordar terrenos que le son ajenos.

Poca rivalidad habrá respecto al próximo disco de Kiss. No solo juegan en ligas distintas, sino también en dimensiones lejanas.
JUANJO ORDÁS.

 

 

Eastwood-09-10-09Kyle Eastwood
«Metropolitain»

CANDID/KARONTE

Sí, señor. Kyle Eastwood es el primogénito de Clint Eastwood y coautor de la música de sus películas, como “Cartas desde Iwo-Jima”, “El intercambio” o “Gran Torino”. Pero también es un cualificado bajista y compositor de jazz con una interesantísima carrera propia en este sentido, lo que no mucha gente sabe. “Metropolitain” es su tercer trabajo para el sello Candid. Está producido a pachas entre Michael Stevens y Erin Davis, este último hijo de otro grande, Miles Davis. Y está grabado entre Los Ángeles y París, lo que le ha dado acceso a un mundo nuevo de músicos de sesión y a un espíritu diferente en la grabación (algo de lo que de sobras se benefició en su día el propio Miles).

Entre los puntales de su banda figuran primeros espadas, como el batería Manu Katché, el trompetista Till Brönner o el pianista Andrew McCormack. Y con razón es su trabajo más ecléctico y accesible. El recorrido es como una montaña rusa en el que se pasa fácilmente de ejercicios atléticos de jazz (‘The box’) a piezas sumamente delicadas que recuerdan enseguida su imaginativo trazo como músico de cine (‘Metropolitain’, ‘Song for you’). Muy recomendable.
GERNOT DUDDA.

 

 

Zarppa-09-10-09Juan Zarppa
«Desatascos y limpiezas»

LA PRODUKTIVA RECORDS

A veces los artistas se olvidan de lo importante que es el marketing. No se trata de gastar enormes sumas de dinero en campañas mastodónticas, sino de ser capaz de vender el arte a un público objetivo. No nos engañemos, hablamos de mercado.

Ese es el problema del disco debut de Juan Zarppa, que su nombre y portada no permiten hacerse una idea de la calidad que contiene, de la música que guarda, ni mucho menos hacerse una idea del estilo que practica. «Desatascos y limpiezas» (¿en serio no había un mejor título?) es una bonita colección de diez canciones –más un bonus– de rock sureño. Sí, como se lee, buenas canciones cubiertas por una presentación floja que no hace justicia al esfuerzo que el multiinstrumentista Zarppa y su compañero Salvador Granadero han debido poner a la hora de parir cada uno de los temas (la producción es limpia aunque quizá demasiado plana).

Juan Zarppa suena como un punto intermedio situado entre los M Clan más clásicos («Un buen momento») y los más comerciales («Usar y tirar»), aunque sin resultar ni tan técnico como los primeros ni tan asequible como los segundos. ‘Pendientes’ y ‘Momentos’ se sitúan como dos de los mejores momentos de un disco bien planteado, que puede gustar a los seguidores de la banda de Tarque e incluso a los de Loquillo apurando un poco.
JUANJO ORDÁS.

 

Anterior entrega de Rockola.

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